Audio: la escalofriante confesión del marinero que mató al capitán y al primer oficial de un buque en el Río de la Plata
En la comunicación que mantuvo con personal del Centro de Control de Tráfico Río de La Plata tras cometer los crímenes, el hombre aseguró: “Los maté yo”
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Un escalofriante llamado encendió las alarmas anoche en el Centro de Control de Tráfico Río de La Plata. Quien se comunicaba con el personal era un marinero del buque tanque “Ayane”, de bandera de Malta. Y lo hacía para confesar un crimen: acababa de asesinar a balazos a su capitán y al primer oficial de la nave.
Carlos Lima, un expolicía bonaerense de 52 años, era uno de los 21 tripulantes que se encontraban en el barco fondeado en la zona de Espera y Servicio de Practicaje Rada La Plata. Por motivos que tendrían que ver con discusiones sobre el trabajo profesional a bordo, Lima disparó y mató al capitán, Alejandro Daniel García, de 39 años, y al primer oficial, Juan Alfonso Pegasano, de 48, según confirmaron fuentes vinculadas con la investigación.
En un breve fragmento de la conversación entre el personal del centro de control y Lima, se escucha el pedido del operador para que “amplíe la información” que intentaba brindarle en medio de lo que, se especula, era un brote psicótico de un hombre con antecedentes de violencia.
Lima había sido condenado a ocho años de prisión por el intento de asesinato de un vecino en La Plata, en un incidente ocurrido en 2008, un año después de su salida de la policía bonaerense. Cumplió la condena y volvió a la industria naval, en la que trabajaba en forma intermitente desde 1991, cuando egresó de la Escuela Nacional de Náutica.
Sin que le tiemble la voz, Lima detalló: “Sí, el capitán y el primer oficial están muertos, los maté yo”. A continuación, solicitó en tono imperativo: “Me voy a entregar, así que quiero que venga un guardacostas y me arreste. Listo, es tan sencillo como eso”.
Tras el mensaje, la Prefectura coordinó el envío al lugar de personal que se encontraba a bordo del guardacostas Cabo Corrientes —que navegaba por la zona donde se ubicaba el Ayane— mientras se hacían reiterados intentos para comunicarse con la embarcación. Finalmente, constataron el crimen de los dos hombres y el confeso asesino, oficial de cubierta y comunicaciones, fue detenido y puesto a disposición del juzgado federal N°3 de La Plata, a cargo de Ernesto Kreplak.
La pistola utilizada en el doble crimen no fue encontrada. Los investigadores sospechan que Lima la arrojó al agua. El resto de la tripulación no sabía si ese hombre que había sido aislado en un área del buque tenía o no en su poder esa arma, por lo que pedían con desesperación la llegada de los prefectos.
El audio de otro mensaje emitido desde el barco marcó la dramática situación que se vivía a bordo en las primeras horas de hoy. “No sabemos si tiene todavía el arma, lo logramos inmovilizar en la consola”, dijo un tripulante al comunicarse con la Prefectura.
Los agentes de la Prefectura lograron abordar el buque a la 1.40, en momentos en que el clima en esa zona dificultaba las tareas de acercar los navíos. Lima no ofreció resistencia. Se había entregado, prácticamente, al resto de los tripulantes, que lo mantuvieron retenido en un compartimiento. “Estaba muy tranquilo, no hubo inconvenientes para controlar la situación”, aseguraron oficiales de la Prefectura.
Lima estuvo en sus últimos años en la policía bonaerense con una licencia por problemas psiquiátricos. En noviembre de 2007 dejó esa fuerza de seguridad provincial y siete meses después fue detenido por disparar contra un vecino que le había recriminado por romper una calle en la localidad platense de City Bell. En ese momento, Lima era conocido como “El loco del pavimento”. Fueron varias las denuncias contra Lima en los días previos a los disparos.
Los testigos de ese ataque, registrado en 134 y 472, relataron que el comerciante baleado recibió seis impactos y que Lima seguía disparando una vez que vecinos pudieron trasladar a la víctima a un hospital. El tirador se atrincheró en su vivienda, dispuesto a resistir, hasta que fue rodeado por efectivos del Grupo Halcón y se rindió. Su víctima, identificada como Gustavo Alfaro, salvó su vida, y el agresor fue condenado en 2011.
Trece años después de balear a un vecino, Lima disparó nuevamente. Y está vez provocó dos muertes.
Los investigadores realizaban esta mañana peritajes dentro del buque, que estaba fondeado en la rada a la altura de la localidad ribereña de Punta Lara cuando se cometieron los asesinatos. También avanzaban en la toma de testimonios a los restantes miembros de la tripulación del Ayane, una embarcación que tenía previsto cargar en los próximos días 200 toneladas de gasoil. Había partido el 11 del actual del puerto de Buenos Aires.
La embarcación cumple servicios para la empresa bahía Grande, una compañía fundada en 1987 y que desde 2008 sumó a su oferta el transporte de combustible. En su página web hace referencia al buque tanque Ayane como uno de los dos petroleros que integran la flota de esa empresa.
Lima y sus víctimas habían compartido varios viajes y la relación no era buena. El confeso asesino será indagado en las próximas horas.
El posible brote psicótico es una de las potenciales causas que empezaron a ser analizadas por los investigadores. A los detectives les interesa, más allá del reconocimiento de la culpabilidad efectuado por Lima, saber por qué ese hombre había subido con un arma al buque. Si bien se trata de un expolicía, su condena por intento de homicidio quita toda posibilidad de contar con un permiso de portación. Y para determinar la posible pena, es importante establecer si Lima subió al barco con la intención de usar esa pistola que desapareció tras los disparos.
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