Atrapan a un boliviano acusado de proveer, en cuatro años, más de 1300 kilos de cocaína
A sus 40 años, el boliviano Antonio Castillo había sido condenado en su país a 13 años de prisión en 2004 por tráfico de sustancias ilegales. Eso no le impidió aparecer en los legajos de inteligencia de las fuerzas de seguridad a uno y otro lado de la frontera como el mayor proveedor de drogas del norte. Desde 2014 su nombre apareció ligado a, al menos, ocho grandes decomisos que totalizaron más de 1300 kilos de cocaína. Según los investigadores que lo perseguían, tenía sus propias cocinas en las que convertía la pasta base en clorhidrato; el estupefaciente que procesaba en laboratorios clandestinos como el que se descubrió hace cuatro años en Orán, Salta, bajaba por diversas rutas hasta Rosario y el conurbano.
Este año se detectó que Toño, que ya tiene 55 años, había fijado residencia en Bermejo, ciudad fronteriza frente a Salta. Información clasificada compartida entre oficiales de la Gendarmería y de la Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico (Felcn) boliviana derivó en la detención de Castillo, el viernes. Como el sospechoso se identificó con un DNI argentino y se comprobó que "no tenía ingreso legal" a Bolivia, se dispuso su expulsión de ese país. El sospechoso fue entregado a las autoridades argentinas durante el fin de semana en el paso internacional que une Bermejo y Aguas Blancas.
Toño será indagado hoy en Orán y, en los próximos días, será trasladado a la Capital, donde será puesto a disposición del juez federal Ariel Lijo, que persigue a Toño desde agosto de 2014, cuando efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) detuvieron en el Aeropuerto de Ezeiza a una "mula" con un kilo de cocaína, una "muestra" que llevaba a España para mostrar a potenciales compradores europeos la calidad del "producto".
Según pudo saber LA NACIÓN de fuentes de la investigación, ese mismo mes efectivos de la Gendarmería secuestraron más de 170 kilos de cocaína en Orán. Durante esos procedimientos se descubrió una cocina con capacidad para producir grandes cantidades de droga. En el operativo cayó la mujer de Castillo, Elsa Flores Ruiz. Toño escapó justo antes de la irrupción uniformada.
Posteriores investigaciones dieron paso a la operación "Lagarto Blanco", en diciembre de 2014, que terminó con 24 detenidos y 235 kilos de cocaína incautados.
Lijo, que para entonces había logrado detectar que los narcos, incluso detenidos, mantenían el control del negocio, siguió con los procedimientos. En junio de 2015 fue el tiempo de "Brujas Blancas" (operativo que se llamó así porque los narcos recurrían a la astrología para saber cuándo traficar): cinco detenidos y 200 kilos de cocaína que iban a viajar hasta Moreno, en la provincia de Buenos Aires.
Cuatro meses después fue interceptada en la ruta 7, a la altura de San Andrés de Giles, una camioneta que llevaba 240 kilos de droga. En diciembre de 2015 fue la hora de "Mudanza Blanca", con 400 kilos de cocaína ocultos en un camión de mudanza en Lomas de Zamora.
Hubo un hiato en la investigación hasta marzo de 2017, cuando dos bolivianos fueron detenidos en Orán con 62 kilos de cocaína. Como en las ocasiones anteriores, los indicios señalaban como el proveedor a Toño Castillo, que cayó cuando se iba a reunir con un nexo de su organización, llegado de Cochabamba.
En abril de este año, el fiscal Diego Luciani había acusado a 17 presuntos integrantes de esta banda por el tráfico de unos 900 kilos de cocaína.
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