“Atención: peligroso y violento”. Mandunga, el siniestro asaltante que busca Interpol por el homicidio en San Antonio de Padua
El prófugo tiene antecedentes por tráfico de drogas; luego de cumplir una condena de cuatro años y medio de prisión se dedicó a armar una banda que se dedicaba al robo de casas
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Gustavo Julio Alberto Mac Dougall era un conocido dealer de la zona Oeste. Después, se convirtió en distribuidor de estupefacientes. Pero, a principios de este año, “Mandunga”, tal como se lo identificaba en el ambiente del hampa de Ciudadela y Merlo, decidió dejar la comercialización de drogas y se dedicó a los robos en las viviendas, sin importar que estuvieran o no sus moradores. Y sin importar las consecuencias. Ahora, está prófugo e Interpol emitió una circular roja para profundizar su búsqueda y ponerlo a disposición de la Justicia como presunto coautor del asesinato del empresario Gabriel Esteban Izzo, ocurrido el 9 de este mes en San Antonio de Padua.
Aunque nació y se crio en Ciudadela, su último domicilio conocido es una casa en el partido de Mercedes. Cumplió una condena a cuatro años y medio de prisión por comercialización y venta de estupefacientes y abandonó la cárcel hace dos años. Había sido detenido en 2017, cuando llevaba dos kilos de cocaína que le habían entregado dos traficantes peruanos.
Actualmente está prófugo y lo buscan la Policía Federal y la Bonaerense. Por eso, su nombre y foto aparecen en una notificación roja de Interpol que indica que es un “prófugo buscado para un proceso penal” y advierte, sobre él: “Atención: peligroso, violento”.
Según la investigación encarada por los fiscales de Morón Marisa Monti y Claudio Oviedo, a Mac Dougall se lo acusa de ser uno de los cinco sospechosos que, el 9 de junio pasado, minutos después de las 3, irrumpió en la casa del matrimonio integrado por Izzo y su esposa, Silvana Petinari.
Los asaltantes rompieron la persiana de gruesos listones de madera de la planta baja del chalet situado en Italia 1077, cerca del centro comercial de San Antonio de Padua. El ruido despertó a Izzo, que fue a ver qué pasaba y caminó hacia el living empuñando una pistola Bersa calibre 9mm.
Se cruzó con los asaltantes en un pasillo distribuidor de ambientes entre el living y la cocina. Izzo intentó defenderse; trató de disparar, pero el arma se trabó. Entonces, el dueño de casa tomó un revólver calibre .38 que tenía en la cocina y comenzó un tiroteo con los malvivientes.
Durante el enfrentamiento hubo al menos doce disparos. Izzo recibió cinco impactos de bala que le provocaron la muerte en el acto. En tanto, Silvana Petinari –hija del histórico fabricante de acoplados y volcadores–, también fue agredida por los asaltantes. Está internada en estado delicado, como consecuencia de las heridas que le provocaron con un arma blanca cuando intentaron maniatarla con precintos. La víctima sufrió la pérdida del ojo derecho.
A raíz del tiroteo, uno de los asaltantes resultó herido en una pierna. Al escapar del chalet, el delincuente dejó un rastro de sangre en el living, en el jardín, la vereda y en el Volkswagen Gol gris que abordó con sus cómplices para huir de la escena del crimen.
Este sospechoso, cuyo nombre no trascendió, fue el cuarto acusado en ser identificado por los investigadores policiales y, en las próximas horas, el Ministerio Público de Morón pedirá su captura nacional e internacional.
El viernes, durante la mañana fue apresado uno de los cinco prófugos por el homicidio. Según fuentes policiales, el acusado Gustavo Potenza fue detenido por efectivos de la policía bonaerense en la casa de un amigo que le había dado refugio, en la localidad de Pontevedra, partido de Merlo.
Así, Potenza se convirtió en el segundo sospechoso detenido por su presunta responsabilidad en el homicidio de Izzo. Este domingo fue indagado: negó su participación en el crimen e incluso negó haber estado en el Volkswagen Gol gris que los cinco asaltantes usaron para llegar y huir de la escena del crimen.
Hace una semana fue apresado Walter Antonio Rodríguez Sierra, uruguayo, de 53 años, que figura como titular de ese auto. En su indagatoria, explicó que le había vendido el auto a Mac Dougall y que contaba con un documento que demostraba esa operación, aunque la transferencia aún no se había realizado. Además, manifestó que Mandunga lo había visitado el día del homicidio, después de las 11. Sostuvo que el acusado concurrió a su casa y le dijo que tenía que irse por problemas personales.
Al declarar como acusado, Rodríguez Sierra explicó que el local que funcionaba como pizzería, al lado del kiosco, en el que fue hallado el auto usado por los autores del homicidio, se lo había alquilado a Mac Dougall. Dijo que debido a que el negocio no funcionó, Mandunga se ofreció a trabajar como remisero para llevar a las empleadas de la cadena de kioscos que Rodríguez Sierra posee en la zona de Castelar y Merlo.
Varios de los testigos que declararon y que viven en las adyacencias del kiosco en el que fue abandonado el VW Gol coincidieron en que habían visto a Mac Dougall a bordo del vehículo y que habitualmente lo acompañaba un mecánico con supuestos problemas de adicción.
Con este dato, los investigadores policiales y judiciales allanaron las viviendas de Mac Dougall y del mecánico, que no era otro que Gustavo Potenza.
Sobre la situación procesal de Rodríguez Sierra, se pudo saber que el juez de Garantías Ricardo Fraga rechazó el pedido de excarcelación presentado por la defensa del acusado y resolvió que siga detenido hasta que se confirme o desestime su coartada.
La detención de Potenza se concretó durante una serie de allanamientos en los que también se revisaron domicilios vinculados a Mac Dougall y a Diego Correa, el sospechoso identificado a partir del cotejo de una huella dactilar encontrada en una puerta del Volkswagen gris.
Según fuentes de la investigación, solamente en jurisdicción de la Ciudad de Buenos Aires, Correa había sido detenido en cuatro oportunidades, entre 2018 y 2019. Enfrentó procesos por encubrimiento agravado y robo. Vive en la zona de José León Suárez y allí también era conocido por la policía bonaerense por una serie de escruches, tal como se conoce al robo de una vivienda en ausencia de moradores.
Entre las pruebas que fundaron el pedido de captura de Mandunga también figuran los peritajes balísticos que confirmaron que la pistola calibre .380, una de las dos armas halladas durante el allanamiento realizado en el local en el que funcionaba su pizzería, fue usada en el homicidio del empresario Izzo.
Según fuentes de la investigación, dicha arma y una pistola 9 mm fueron secuestradas en la pizzería que el sospechoso le alquilaba al dueño del Volkswagen Gol gris que los autores del ataque contra Izzo y su esposa usaron para huir de la escena del homicidio.
Al revisar la pizzería, los investigadores también hallaron tres colgantes y tres anillos que, según una familiar de Silvana Petinari, pertenecen a la víctima y que fueron robados de la vivienda por los delincuentes el 9 de junio pasado.
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