Ataque a Messi en Rosario: cómo se vive el drama de los baleados en la guardia del hospital de emergencias
En el HECA, notan que se amplió el rango de edad de los pacientes ingresados y que también ahora hay más mujeres; los ataques son más letales, con múltiples impactos producto de ráfagas de balas
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Con catorce disparos en la cara, los brazos y las piernas. Así llegó el fin de semana pasado al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA) un joven de 21 años que poco antes había sido acribillado en una fiesta que se celebraba frente a un maxikiosco en el barrio Belgrano, de Rosario. Por las múltiples heridas, los médicos de guardia del hospital de referencia municipal de esta ciudad que atienden casos de alta complejidad no pudieron hacer nada para salvarlo.
De este lado de la trinchera, los médicos que trabajan a diario con los heridos por enfrentamientos de bandas narcos ven un cambio de tendencia en los últimos meses. No solo crecieron los casos, sino que además se extendió el rango etario: si antes las víctimas eran adultos jóvenes, ahora los heridos con armas de fuego que llegan al HECA también son adultos mayores y adolescentes. Además, en las últimas semanas los profesionales notaron que también llegan más mujeres heridas.
Y eso no es todo. Mientras en años atrás los pacientes llegaban con una herida de arma de fuego en alguna extremidad, ahora caen con múltiples balazos, productos de ráfagas a repetición que tornan los ataques mucho más letales.
Los datos muestran en el hospital el drama que se vive en las calles. El promedio de ingresos por heridas de arma de fuego es de 40 al mes, cuando poco más de una década atrás era la mitad. Además, la estadía de estos pacientes en terapia intensiva también se duplicó: pasó de 7 a 15 días, por la complejidad de los cuadros. En diciembre pasado, tres de cada diez pacientes internados en terapia intensiva, habían sido baleados.
Jorge Bitar se asoma por una de las ventanas del primer piso del hospital de emergencias. Escucha el ruido de una sirena, lo que le advierte que está ingresando por avenida Pellegrini un paciente para la guardia. Bitar es el director del HECA, que funciona en un nuevo y moderno edificio desde 2008, una de las grandes apuestas de la gestión del socialista Hermes Binner.
En 2013, cuando se registró el record de homicidios dolosos por la guerra narco en la ciudad, Bitar era médico de guardia. Hoy, es el director, pero volvió a vivir desde adentro el peor registro de la violencia que cerró en 2022 y que sigue avanzando a pasos peligrosos también este año.
En su despacho, el hombre que maneja el hospital de mayor complejidad de la red de salud pública de Rosario, recibe a LA NACION. Dice que antes que las estadísticas, empezaron a notar un incremento en el trabajo y, sobre todo, de pacientes que empezaron a entrar con cuadros más complejos.
“Antes veíamos un herido con un orificio de entrada en la rodilla y otro con un orificio de entrada en el abdomen. Ahora, vemos pacientes ingresados con nueve, diez orificios de bala. Y el caso del último sábado, de un paciente que llegó con catorce orificios de bala”, expone.
Bitar analiza que hubo un cambio en los tipos de heridas, que de un impacto viró a ráfagas de balas. Algo que hizo que la atención de la emergencia cambie y se torne más compleja. “Eso nos genera también mayores días de estada en el hospital y más cirugías seriadas. Hay un trabajo que se acentúa”, cuenta.
En el Clemente Álvarez trabajan cerca de un millar de personas y en cada turno de guardia hay en simultáneo cerca de 200 profesionales, que incluyen médicos, enfermeros, camilleros, entre muchos otros profesionales de la salud.
-¿Cuál es el peor horario del día?
-Generalmente decimos que hay una hora pico, que es alrededor de las 20. Puede ser una coincidencia pero ese es un horario en el que se complejiza la llegada de pacientes. Aunque también sobre la madrugada hay un incremento fuerte de ingresos de pacientes con heridas de armas de fuego. Pasa a toda hora, pero durante la madrugada esto es una ciudad despierta.
-¿Existen días de la semana con más trabajo?
-Por supuesto que es más frecuente de los fines de semana. Desde el viernes hasta el domingo a la noche.
-¿Qué cambios notaron en los últimos años en cuanto al perfil de los heridos?
-Aumentó el rango etario: pasamos de un adulto joven promedio de unos 30 años, más o menos, hacia la adolescencia y la tercera edad. Y también estamos viendo, en los últimos días, que es más frecuente el ingreso de mujeres, algo preocupante.
-¿Las bandas de delincuentes suelen dejar en la puerta a los heridos, como pasa en las películas?
Lamentablemente ha pasado pero no es tan frecuente. Aunque sucedió hace una semana, con un paciente que tenía dos orificios de compatibles con heridas de arma fuego en el abdomen.
-¿Suelen volver a ver a los mismos heridos más de una vez?
-En 2013, cuando trabajaba como médico de guardia, me tocó atender a un paciente que tenía una herida de arma fuego en el tobillo. Se fue de alta un jueves con una férula. Al jueves siguiente ingresa un paciente a la guardia con herida de arma de fuego en el cráneo y lo reconocí por la férula que yo le había colocado la semana pasada. Solo que esta vez no sobrevivió. Rosario en cierto punto también es chico.
¿Notan un cambio en el tipo de armamento que utilizan los delincuentes?
-Esa pregunta es más para los médicos legistas, pero vemos en las heridas que nos llama la atención la cantidad de impactos. Parecerían ser armas que tiran a repetición, para decirlo de alguna manera. Como ráfagas.
¿Son más letales los ataques? ¿Buscan matar antes que herir?
-Uno puede ver cómo médico que la línea media de las heridas en cabeza y cuello, tórax, abdomen y pelvis es con una intención; es diferente al que llegaba con una herida en la rodilla
-¿Es complejo encontrar nuevos médicos que quieran incorporarse a trabajar bajo estas condiciones?
-Se ve que es más difícil conseguir médicos emergentólogos o cirujanos que estén dispuestos a involucrarse. El HECA no puede estar cualquier cirujano, son especialistas en trauma. Tampoco puede estar cualquier intensivista, acá son neuro intensivistas y médicos de terapia intensiva especializados en traumas. Incluso acá las cirugías son diferentes. Son múltiples cirugías en distintos tiempos.
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