Astudillo Castro: perros rastreadores no encontraron pistas en una comisaría
LA NACIONDarío Palavecino
MAR DEL PLATA. Un equipo con perros de rastreo que recorrió dependencias e inmediaciones del destacamento del paraje Mayor Buratovich, 82 kilómetros al sur de Bahía Blanca, sin encontrar pistas sobre el paradero de Facundo Astudillo Castro, desaparecido desde el pasado 30 de abril cuando salió desde su casa en la localidad de Pedro Luro con intenciones de visitar a su exnovia.
La medida fue dispuesta por el fiscal federal Santiago Martínez, a cargo de la investigación bajo la carátula de desaparición forzada de persona.
La familia del joven de 22 años insiste en acusar a policías bonaerense y recurrió al fuero federal, disconforme con la investigación original por averiguación de paradero que se tramitaba en tribunales provinciales de Bahía Blanca. Ahora, también por diferencias con el avance del expediente,la querella pidió que Martínez fuese desplazado del caso.
Los representantes legales de la familia de Astudillo Castro consideran que el fiscal Martínez permitió algunos desvíos en la pesquisa. Exponen como ejemplo de esa situación al aceptado testimonio de una mujer que dijo haber llevado a Facundo en lo que pudo haber sido su último tramo para acercarse hasta Bahía Blanca.
Hasta la fecha Martínez apuntó a efectivos de la Policía de la provincia de Buenos Aires asignados en destinos del partido de Villarino, en particular aquellos que están sobre la ruta 3, donde Astudillo Castro inició recorrido aquel 30 de abril decidido a llegar a Bahía Blanca. Ninguno de ellos está imputado ni desplazado de su cargo. La fuerza provincial solo asignó nuevos destinos a esos agentes.
En línea con esa hipótesis, el fiscal Martínez ordenó allanamientos en sedes policiales, secuestró dos móviles oficiales en la zona y también el auto particular de una oficial de esa fuerza. Además, fue incautado el libro de guardia y varios teléfonos celulares, que están sometidos a análisis de sus llamadas y mensajes.
La fiscalía federal pidió a empresas de telefonía un seguimiento de movimiento de aquellos aparatos y también del celular de Astudillo Castro. Su último mensaje fue enviado un amigo para avisarle que se quedaba sin señal. Del informe de esas prestadoras surge que desde el equipo de Facundo se envió al menos un mensaje el 30 de abril desde la zona de Bahía Blanca.
Concluido un amplio rastrillaje por tierra, aire y agua en un tramo de 110 kilómetros en la ruta 3, despliegue del que participaron más de 200 efectivos federales, Martínez ordenó que perros de rastreo busquen pistas de Facundo en el destacamento policial de Mayor Buratovich.
La jueza federal Gabriela Marrón, que interviene en el caso, hizo lugar al pedido del fiscal y autorizó un nuevo allanamiento a la subcomisaría de Mayor Buratovich. Se asignó a la División K9 de Punta Alta con equipo de adistradores y Duke, un perro especializado en búsqueda de personas. A pesar de algunos rumores, no se encontraron pistas.
La querella espera ahora por los peritajes genéticos ordenados sobre evidencia hallada en un móvil policial y en el vehículo particular de una policía. Se encontraron manchas que podrían ser de sangre, por lo que se espera conseguir muestras de ADN para cotejar con material genético aportado por familiares directos de Astudillo Castro. Más allá del foco puesto sobre policías, el fiscal federal dispuso una investigación sobre la exnovia y su familia.
En tanto, pese a las medidas de aislamiento social por la pandemia del Covid-19, organizaciones sociales y partidos de izquierda marcharon en la ciudad de Buenos Aires para reclamar por el caso de Facundo Astudillo Castro. Los manifestantes se concentraron frente a la Casa de la provincia de Buenos Aires y acusaron a la policía provincial por su presunta participación en la desaparición del joven de 22 años.
Por Darío Palavecino
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