Asesino serial: pidieron la prisión preventiva para el hombre que mató a su madre, su hermano, su hija y un perro
Se trata de Pablo Damián Grottini, quien hasta su detención trabajaba en una empresa de servicios fúnebres de San Nicolás
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La fiscal de San Nicolás María Belén Baños pidió que se le dicte la prisión preventiva a Pablo Damián Grottini, el empleado de una empresa de servicios fúnebres acusado de matar a su madre, su hermano, su hija de 10 años y a un perro.
Así lo informaron a LA NACION calificadas fuentes judiciales. Baños le imputó a Grottini los delitos de homicidio por el vínculo, por la alevosía y por el medio empleado (los asesinatos de sus familiares) y daño (por haber matado al perro de su hermano).
Grottini fue indagado anteayer. Él pidió declarar para explicar que hizo búsquedas en Internet para averiguar qué pasa si se inyecta aire en las venas con la idea de suicidarse y no con la intención de planear los homicidios de sus familiares.
Tras la detención del sospechoso, la fiscal Baños sostuvo que Grottini había buscado en Internet información sobre el resultado de inyectar aire en las venas de una persona. Eso quedó expuesto en un análisis preliminar de su computadora.
“La búsqueda versa sobre cómo dar muerte a una persona a partir de la introducción de algo en las venas. ‘Qué pasa si inyecto aire en las venas’, ‘qué medicamento se puede tomar para causar la muerte’, ‘cuánto después de introducir aire se produce el infarto’ y búsquedas similares”, se precisó.
La investigación comenzó el 23 de abril pasado, tras la muerte de Teresita Di Martino, la madre del sospechoso, en el Hospital San Felipe, de San Nicolás.
La mujer había llegado al hospital traslada por su hijo. Grottini sostuvo que su madre estaba descompuesta. “La paciente refirió sentirse mareada y angustiada por la muerte de otro hijo y de su nieta”, explicó en su momento la UFI N°12 de San Nicolás, en un comunicado de prensa.
Di Martino fue sometida a una serie de estudios que dieron como resultados “parámetros normales”, pero continuó internada en observación y se le colocó un suero para su hidratación.
“Estuvo a solas al cuidado de su hijo en el box número 3 de la guardia del hospital, que es un espacio cerrado, para un solo paciente. La salud de la paciente fue controlada por el personal médico. Se encontraba estable, incluso en condiciones de ser dada de alta. No presentaba ninguna complicación clínica y tampoco patologías previas que ameritaran su internación. Tampoco se le suministró ninguna medicación más allá de la solución fisiológica”, se agregó en el comunicado.
Pero, de pronto, Grottini avisó al personal médico que el “suero perdía”. “La enfermera de turno, luego de constatar que la vía estaba pinchada, atravesada de lado a lado, cambió el suero, observando que el hijo de la paciente tenía sus prendas de vestir mojadas”, explicaron fuentes judiciales.
La ropa mojada de Grottini fue el primer indicio que alertó al personal médico y a los enfermeros. Una hora y media después, el hijo de la paciente avisó que su madre estaba dormida. Pero, en realidad, estaba muerta.
Germán Grottini, el hermano del sospechoso, murió en julio de 2019 a los 32 años. Falleció en una clínica de San Nicolás a la que había llegado con mareos, náuseas y somnolencia, según su historial médico.
“El médico que lo atendió declaró que no pensaban dejarlo internado más de 24 horas. Le habían colocado suero. El cuadro era leve y la evolución rápida y favorable. Quedó internado en una habitación al cuidado de su hermano y su madre”, se afirmó en el comunicado de prensa difundido por el Ministerio Público Fiscal.
En determinado momento, cuando la madre del paciente volvió del quiosco, descubrió que su hijo no reaccionaba. Estaba muerto.
Dos o tres días después, Grottini habría matado el perro de su hermano. Le habría inyectado una sustancia que provocó la muerte del animal, informaron fuentes judiciales.
Dos años después, en julio pasado, la hija de Grottini ingresó en el Hospital San Felipe con dolores en el pecho. Los resultados de los estudios médicos no arrojaron nada fuera de lo normal, pero se decidió dejar en observación a la niña con suero.
Horas más tarde, encontrándose Ailén, de 10 años, junto a su padre, se constató que el suero estaba dañado, el cual no fue cambiado por uno sano porque se encontraba bien, en condiciones de ser dada de alta. A los pocos minutos, el padre dio aviso al personal de guardia que la niña no estaba bien, constatándose de inmediato que la misma había palidecido y se encontraba débil y mareada, de manera repentina”, explicaron fuentes judiciales.
Debió ser trasladada a terapia intensiva. Quedó al cuidado de su padre. La niña, poco después, falleció.
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