Asesinato a quemarropa. Una banda de menores que se mostraba con armas en las redes aparece como responsable del homicidio del cirujano
Un adolescente de 17 años y otro de 16 están detenidos por la muerte del médico Juan Carlos Cruz
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La investigación por el asesinato del médico Juan Carlos Cruz, de 52 años, sumó el segundo detenido. Se trata de un menor de 17 años, que se presentó ayer por la tarde en una comisaría de Morón, acompañado de un abogado. Por la mañana, en medio una suelta de globos blancos, en el Cementerio Parque de Hurlingham, los familiares, amigos y compañeros del hospital Carrillo, donde la víctima trabajaba como jefe de emergencias, despidieron los restos del cirujano asesinado el jueves pasado cuando llegaba a la casa de su madre, en Morón.
El cortejo fúnebre había partido de la cochería Pache de Morón, encabezado por una ambulancia que tenía fotos de la víctima. Durante la inhumación, los familiares y amigos despidieron los restos del médico con aplausos y con el reclamo de “justicia”.
Hasta el momento, la investigación por el homicidio del médico Cruz tiene dos acusados detenidos, de 16 y 17 años. Uno de los acusados declaró, dijo que era inocente y que no tenía ningún vínculo con el homicidio y el otro se negó a responder preguntas. El tercer sospechoso está identificado y también es menor.
“Le quisimos dar un susto y se nos escapó el tiro”, le dijo a un familiar uno de los menores acusados de asesinar de un balazo en la cabeza al médico Cruz. Así, el adolescente de 17 años, que se presentó en la comisaría acompañado por un abogado, habría tratado de explicar cómo se desencadenó el homicidio.
Según la autopsia, a Cruz le dispararon a quemarropa, con el cañón de la pistola 9 mm casi apoyado en la cabeza. El balazo ingresó por el parietal derecho y salió por la región occipital izquierda, en un disparo que dejó en el orificio de entrada signos de ahumamiento y deflagración de fulminante.
“Le pegamos con el fierro y ahí salió el tiro”, habría expresado uno de los detenidos a un integrante de su entorno. No obstante, aunque los acusados intenten presentar como argumento de defensa la posibilidad de que no tuvieron la intención de matar al médico, la calificación penal por la que serán indagados en las próximas horas será homicidio criminis causae, una figura penal que tiene una expectativa de condena de prisión perpetua.
De todas maneras, al tratarse de menores punibles, el máximo de la pena que les podría corresponder en un eventual juicio oral sería de 15 años de prisión. Se trata de la mitad de lo que le hubiera correspondido a un mayor sentenciado por la misma calificación penal.
En caso de ser condenados, la pena se les aplicará cuando sea mayores y cumplirán la condena en una cárcel común, pero con presos de su edad.
Los tres menores acusados de asesinar al médico Cruz forman parte de una banda de adolescentes que se dedicaba a asaltar en la zona de Morón sur. Cuando robaban automóviles, cruzaban a La Matanza y los abandonaban en Rafael Castillo, luego de canibalizarlos y llevarse las autopartes que podían cargar.
Publicaban fotos con armas en la red social Facebook y se jactaban de que no dudaban en matar. El jueves pasado concretaron esa amenaza cuando le dispararon un balazo en la cabeza al médico, en un ataque que duró 19 segundos desde que lo sorprendieron cuando descargaba un equipo de aire acondicionado frente a la casa de su madre, forcejearon para robarle el celular, lo balearon en la cabeza, le quitaron las llaves del auto mientras estaba en el piso y abordaron el Fiat Cronos rojo de la víctima para huir de la esquina de Lanús y Gregoria Pérez.
Los responsables de la investigación dividieron la búsqueda de los agresores en dos escenarios: el lugar donde mataron a Cruz y la zona en la que fue hallado el automóvil de la víctima.
Primero comenzaron con la revisión de las cámaras de seguridad instaladas en las adyacencias de la escena del crimen. Así, determinaron que dos minutos antes de matar al médico los tres sospechosos pasaron por la esquina de Cartagena y Monseñor Aneiros, en la Plaza Patagones. A las 16.56, llegaron al cruce de Gregoria Pérez y Lanús, donde sorprendieron a Cruz cuando sacaba un equipo de aire acondicionado del baúl de su Fiat Cronos rojo.
Tres alumnos del colegio secundario situado frente a la escena del ataque vieron la agresión y escucharon el disparo.
Al revisar la escena del crimen, los técnicos de la División Policía Científica hallaron una vaina 9 mm, que eventualmente será objeto de un peritaje balístico. Aunque todavía la policía no encontró ningún arma.
En la tercera grabación, realizada por una cámara de seguridad del Municipio de Morón, quedó registrado el paso de los agresores a las 17.08, cuando doblaron a la izquierda en el cruce de la avenida Perón y Stevenson, en dirección a la zona de La Matanza.
A las 17.35, el llamado de un vecino al número de emergencias 911, alertó sobre el hallazgo del automóvil del médico en la esquina de Andrade y Aguirre, en el barrio Don Bosco, de la localidad de Rafael Castillo.
Este lugar se convirtió en el segundo escenario de la investigación, debido a que los policías y los funcionarios judiciales comenzaron a buscar grabaciones de cámaras de seguridad que permitieran reconstruir el recorrido realizado por los sospechosos después de descartar el vehículo.
Si bien en esa zona de La Matanza no había muchas cámaras de seguridad, resultó clave para identificar a los sospechosos la difusión de las imágenes obtenidas en Morón.
Los investigadores recibieron comunicaciones de testigos que reconocieron a los tres integrantes de la banda que atacó al médico.
Con los datos aportados por esas personas, se estableció que los autores del homicidio vivían a no más de veinte cuadras de la escena del crimen.
Eran menores que formaban parte de un grupo delictivo que se dedicaba a asaltar a los vecinos del barrio y que era investigado por un policía que se desempeña en una comisaría de la zona. Ese uniformado había recopilado varias de las fotos con armas que los menores delincuentes publicaban en Facebook y que uno de los sospechosos borró, después del homicidio.
Episodios que se repiten
No fue un hecho aislado que chicos de entre 16 y 17 años, que son punibles para la ley argentina, hubieran participado en un hecho de sangre en territorio bonaerense.
Las estadísticas oficiales pusieron al descubierto el aumento de menores involucrados en delitos en territorio bonaerense. Durante 2022, hubo 22.100 procesos contra adolescentes de 16 y 17 años, en territorio bonaerense. Dicha cifra fue 19% mayor que la cantidad de expedientes penales con menores imputados que los registrados en 2021. En tanto que hubo 61 menores punibles procesados por homicidio a los que los magistrados les dictaron prisión preventiva.
Ese dato puso al descubierto que los menores delincuentes son cada vez más violentos, tienen fácil acceso a las armas de fuego y no dudan en disparar y matar.
Según fuentes oficiales, en lo que va del año creció 40% la cantidad de medidas de seguridad dictadas por magistrados del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil para menores de 16 años, considerados no punibles acusados de homicidios.
Sobre los factores que provocaron el crecimiento de la espiral de violencia entre los menores de 16 años, los funcionarios judiciales coincidieron en que existe una multicausalidad. De ese universo de causas se destacan la falta de escolarización, el fácil acceso a las armas de fuego, la adicción a las drogas y la ausencia de contención familiar.
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