Asesinaron al sicario que había baleado la vivienda del exgobernador Antonio Bonfatti
La víctima fue ejecutada en la propiedad de un juez, donde cumplía prisión domiciliaria; el ataque provocó, además, otro muerto y dos heridos
ROSARIO.- Lo primero que hicieron los sicarios cuando llegaron a la mansión del barrio La Florida fue cortar la electricidad. Emanuel Sandoval, alias Ema Pimpi, el hombre de 28 años que fue condenado por atacar a balazos en 2013 la casa del exgobernador Antonio Bonfatti, había instalado un sistema de videovigilancia en esa casa de 600 metros cuadrados, que es propiedad de un juez de Rosario. Como no podía salir de allí, porque tenía una tobillera electrónica monitoreada por la Justicia -estaba imputado de otras dos tentativas de homicidio-, resultó ayer un blanco fácil para sus enemigos del mundo del narcotráfico. Fue ejecutado allí, al igual que otro hombre.
Tras cortar la luz e impedir que fueran observados por las cámaras, los atacantes rompieron la puerta con una maza, entraron y comenzaron a disparar. A Sandoval, a quien iban a buscar, lo hirieron de cuatro tiros, y murió a las 7.30 en el Hospital Alberdi. Otro joven, Mirko Saldaño, que estaba en el living de la propiedad, también falleció y dos personas fueron lesionadas por los disparos. Los vecinos de esa zona residencial cercana al río Paraná quedaron estupefactos, mientras empezaban a escuchar al amanecer el canto histriónico de las calandrias por ese sector donde circulan pocos autos. Nadie se animó a salir por un buen rato. Los vecinos siempre miraron de reojo esa casa donde paraban autos importados y entraba gente durante las 24 horas.
Sandoval fue quien admitió en un juicio abreviado en 2015, homologado por la entonces jueza Alejandra Rodenas, actual vicegobernadora electa, que el 11 de octubre de 2013 había disparado contra la casa del gobernador Antonio Bonfatti, quien esa noche miraba la TV en el living de su casa, por donde entraron los 14 balazos. En una decisión que acarreó mucha polémica, la querella ejercida en ese momento por el exministro de Justicia Héctor Superti, en representación de Bonfatti, accedió en diciembre de 2015 a que la condena fuera de tres años y medio para el "instigador" y "organizador" del ataque. En ese momento Sandoval estaba con detención domiciliaria y a los pocos días quedó en libertad.
El otro imputado en ese caso fue el policía Pablo Espíndola, a quien le secuestraron un arma calibre 11,25 que se usó en el atentado contra la casa del entonces gobernador. En junio de 2017, este suboficial fue condenado a seis años de prisión, casi el doble de pena de la recibida por Sandoval, que había admitido la participación en el ataque.
El abogado que representó a Bonfatti en ese momento fue Claudio Puccinelli, hermano de Oscar Puccinelli, el camarista del fuero civil que alquiló la casa donde ayer fue asesinado Ema Pimpi. El exabogado de Bonfatti aclaró que no tiene trato con su hermano desde hace más de 20 años.
Sandoval había pedido el 11 de abril pasado cumplir la prisión domiciliaria que le dictaron por dos tentativas de homicidio en un ataque a balazos en Fray Luis Beltránen la casa que pertenece al juez, en Pago Largo 654, una mansión de 600 metros cuadrados, que Puccinelli había colocado hace varios años en alquiler mediante la inmobiliaria STI. Fue allí donde este hombre de 28 años, con un extenso prontuario vinculado al narcotráfico, recibió cuatro disparos.
En la historia criminal de Sandoval siempre rondó la sospecha de que era un sicario de Esteban Alvarado, quien está preso desde febrero pasado, cuando fue detenido en Río Tercero, Córdoba, mientras se encontraba prófugo por el asesinato del prestamista Lucio Maldonado. Ema Pimpi comenzó siendo un soldadito de Alvarado y después se transformó en un jugador de mayor peso en la geografía narco rosarina.
Alvarado fue acusado de ser el instigador del crimen del prestamista, pero se sospecha, según las investigaciones, que es uno de los grandes jugadores del narcotráfico en Rosario, donde pelea la hegemonía con la banda de Los Monos, algo que por lo menos provocó seis crímenes en los últimos meses. Alvarado, quien era jefe de Sandoval, fue socio de Luis Medina, un empresario narco que fue asesinado el 31 de diciembre de 2013 en el acceso sur de Rosario, junto con su novia Justina Pérez. Ahora se volverá a investigar ese homicidio, que había quedado impune. Esa causa también estuvo a cargo de la entonces jueza Alejandra Rodenas, actual vicegobernadora electa.
Ese caso generó muchas conjeturas, aunque la investigación judicial nunca prosperó, cuando funcionarios policiales y políticos del gobierno de Bonfatti abrieron sin orden judicial la computadora que Medina había dejado en la habitación del hotel del casino City Center. Un peritaje de Gendarmería determinó que no se alteraron archivos. Siempre rondó la pregunta: ¿qué buscaban en esa computadora? Uno de los jefes policiales que estuvieron en esa habitación de hotel con la notebook fue el titular del área de Investigaciones Guillermo Morgan, quien fue asesinado seis meses después con dos disparos en la cabeza en un extraño asalto en el negocio de su hijo en pleno centro de Rosario.
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