Arrestaron a un exjefe de inteligencia policial por regentear el negocio narco
Al exjefe de inteligencia de Drogas Peligrosas de Santa Fe los narcos le decían Speedy, como el histórico dibujo animado de Warner Brothers. Alejandro Druetta era rápido, como el ratón. Aunque no utilizaba esa velocidad para detener a los narcos que debía perseguir, sino para hacer negocios con ellos.
Por eso el juez federal de Rosario Marcelo Bailaque ordenó la detención de este comisario que, tras una extensa investigación de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y del fiscal Claudio Kishimoto lograron detectar que el exjefe de Inteligencia suministraba a un narco de Rosario estupefacientes -que probablemente obtenía en otros operativos- para vender y después detenía a los dealers y consumidores para hacer buena letra en la policía, donde logró ascensos importantes. Incluso, usaba a los medios de comunicación para que difundieran sus operativos "exitosos", que -de acuerdo a las actas analizadas en la causa- se originaban con denuncias anónimas.
La corrupción en la policía de Santa Fe supura cada vez más a través de decenas de casos en los que aparecen involucrados efectivos jerárquicos de esa fuerza. El lunes pasado fueron imputados como miembro de una asociación ilícita tres comisarios y un oficial por estar "infiltrados" en las investigaciones para favorecer al supuesto narco Esteban Alvarado.
La clave para que se ordenara la detención de Druetta y del policía Juan Dal Mastro, alias Tiburón, fue la declaración de un narco arrepentido que contó detalles de la relación que tenía a fines del año pasado con el entonces jefe de Inteligencia. Los investigadores reunieron cinco expedientes en los que se corroboran los dichos del detenido, algo que le dio -según las fuentes judiciales- mucha solidez a la causa.
"El jefe era Druetta, que era el que entregaba la droga y decía a quién le tenían que vender", declaró el arrepentido en el expediente N°44820/2018, y agregó que "también pedía que le "entregara" a gente que compraba droga para detenerlos con procedimientos que usaba para ascender en la carrera policial".
El narco arrepentido contó de un caso en el que Druetta, según el expediente, le dio 500 troqueles de LSD, con dosis con forma de bicicleta. El vendedor de esta sustancia tenía un comprador. El jefe policial se quedaba con el dinero. La entrega del estupefaciente se produjo en el parque España, en pleno centro de Rosario. Druetta pasó a buscar por el departamento del narco el dinero que había obtenido.
Otro de los delitos que cometía el policía era introducir en las actas datos falsos que le proveía el narco. Eso se detectó en varios expedientes.
Druetta ya había sido investigado en abril de 2018, cuando se allanaron tres domicilios en Rosario y Alvear, donde la Gendarmería secuestró computadoras, teléfonos y 150.000 pesos. Fue procesado en ese momento por "confabulación" con el narco Ignacio Actis Caporale, un joven que fue detenido en 2016 con el nombre falso de Alex Aqua cuando participaba de una competencia automovilística en el autódromo de la Ciudad de Buenos Aires. El jefe policial fue imputado ahora como jefe de una asociación ilícita.
El fiscal Kishimoto encontró en el expediente de Caporale, que estaba prófugo desde que la Policía de Seguridad Aeroportuaria allanó su departamento en el centro de Rosario en 2012, unas escuchas telefónicas en las que se sospechaba que este narcotraficante hablaba con un policía. El sospechoso se evadió cuando recibió un aviso sobre el allanamiento de su casa. Estaba en viaje desde Colombia y su rastro se perdió cuando el vuelo hizo una escala en Lima.
Tras una serie de peritajes que hizo la División Acústica Forense de la Policía Federal se comprobó que era la voz de Druetta, quien en la indagatoria dijo que no era suyo el Nextel con el que se realizaban esas llamadas. En esas conversaciones el jefe policial le avisaba al narco que lo iban a trasladar a Venado Tuerto, en el sur de Santa Fe, y que eso lo iba a favorecer, porque podría vender droga en esa zona.
Druetta tuvo una participación importante en el caso de la causa del exjefe de la Policía Hugo Tognoli en 2012, quien fue absuelto el año pasado en la causa en Rosario, aunque poco antes fue condenado en otro juicio a seis años por la justicia federal de Santa Fe.
El entonces comisario Druetta detuvo a dos de los narcos que estuvieron involucrados con Tognoli, como Carlos Ascaíni y Aldo Orozco, quienes manejaban, según la causa, el tráfico de estupefacientes en el sur de la provincia de Santa Fe. Ahora surgen sospechas sobre porqué cayeron esos jugadores del narcotráfico en esa región.
Detuvo a Ascaíni en la intersección de las rutas 90 y 94, donde secuestró en su auto un kilo de cocaína. El peritaje que se hizo en la causa dio una sorpresa. Eran 960 gramos de azúcar impalpable y solo 40 gramos de cocaína. Ascaíni fue liberado y luego detenido, con más pruebas, el 9 de marzo de 2013 por orden de los fiscales Federico Reynares Solari y Juan Murray, quienes lo acusaron de formar una empresa criminal conjunta con Tognoli. El narco de Villa Cañás fue condenado en junio de 2018 a diez años de prisión.
A Orozco, alias Totola, lo detuvo junto con 16 personas en Firmat, en un operativo que también terminó mal, con el narco en libertad porque las actas no coincidían. Se sospechaba que Druetta pretendía correr del negocio de la venta de drogas a Totola para instalarlo a Actis Caporale, su supuesto narcosocio de Rosario.
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