Apuñalaron a un hombre: preocupa a los vecinos de San Telmo el agresivo comportamiento de “trapitos”
Aseguran que un grupo de cuidacoches violentos genera temor en los alrededores de la plaza Dorrego, donde un empresario de 72 años fue acuchillado por la espalda el domingo pasado
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La escena se repite en mucho barrios porteños. Estacionar un vehículo en la vía pública puede convertirse en un imán que atrae a irregulares cuidacoches, los llamados “trapitos” que, supuestamente, cuidan los automóviles a cambio de un pago. En mucho casos apelan a la intimidación para obtener un dinero por el servicio no solicitado por el automovilista. Y pueden generarse situaciones de extremo peligro, como la vivida en la noche del pasado domingo en San Telmo, donde fue acuchillado un hombre de 72 años.
La víctima fue identificada como Mario Jorge Polak, quien acompañado por su pareja estacionó el vehículo en Humberto Primo al 400. Allí fue interceptado por un “trapito” que exigió la entrega de dinero; el hombre se habría negado y fue apuñalado por la espalda. Sufrió heridas de gravedad, pero se recupera en el Sanatorio Otamendi. Según pudo confimar la nacion, la víctima sufrió la extirpación del bazo y tiene una lesión en el diafragma, por lo que aún permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos, aunque fuera de peligro.
Ese episodio generó temor entre los vecinos de San Telmo, en una zona que tiene una importante oferta gastronómica y locales de anticuarios. Los comentarios en ese lugar alertan sobre la agresividad de grupos que presionan a automovilistas que estaciones en los alrededores de la plaza Dorrego.
La mayoría de los vecinos consultados por LA NACION aseveraron que se sintieron “extorsionados” y obligados a pagar importantes suma de dinero, no bien se bajan de sus vehículos.
“Yo trabajo muy cerca y a veces dejo la camioneta en Humberto Primo. Es común que estacionás y te pidan que les des la plata ahí mismo. Algunos se ponen pesados y, la verdad, da un poco de miedo . Pensás que le pueden hacer algo al auto”, contó Viviana, que todos los días está en esa zona de San Telmo. La mujer de 53 años agregó: “De noche acá es más jodido, depende de donde estacionés te revientan el auto. Te rompen los vidrios para robarte lo que tengas adentro”.
Un testimonio similar brindó el encargado de una pizzería. Afirmó que en la plaza Dorrego hay “15 o 20 personas, la mayoría de ellos varones de entre 25 a 40 años aproximadamente”, quienes exigen dinero tanto a automovilistas como a peatones. Contó que se trata de personas en situación de calle.
“Se juntan en ese árbol -dijo y señaló al centro de la plaza Dorrego-, y desde el mediodía están todos tomando y fumando. Esos no son ‘trapitos’, son borrachines, que cuando hay clientes en la vereda les manotean la comida del plato; piden plata todo el tiempo, se agarran a trompadas, es un desastre”. El gastronómico añadió que comerciantes, junto a una agrupación vecinal, radicaron 20 denuncias en un lapso de pocos días y solicitó un refuerzo policial.
Para los vecinos y ocasionales visitantes de San Telmo, la situación no es nueva. “Yo vengo hace mil años al lugar, antes era por mi viejo y ahora por mi. Es prácticamente extorsivo lo que te hacen, exigir que pagués para poder estacionar en la calle”, comentó Analía, apenas se bajó de su automóvil estacionado en Humberto Primo al 400.
Ella vive en el conurbano, pero en forma cotidiana recorre la zona de la plaza Dorrego. Distingue a cuidacoches que buscan una changa de subsistencia de aquellos que quieren aprovecharse en base a amenazas físicas. “La verdad, con los verdaderos trapitos no hay grandes problemas. Pero hay otras personas y, aunque veo presencia policial, honestamente, me da ahora más miedo por lo que pasó con el hombre apuñalado”.
Para Oscar, de 74 años, la situación en La Boca es peor aún que la experimentada en San Telmo: “Acá en la plaza Dorrego está lleno de esta gente, son como 20 que se apropian del espacio de los turistas. De casualidad encontré un lugar para estacionar, pero esto pasa en todos lados. En Caminito hay una mafia terrible, vas a un restaurante y te dicen ‘dame 500 pesos o te vas de acá’. Pero lo que pasó acá con este hombre es una atrocidad total, no se puede llegar a ese límite”, comentó Oscar.
El reconocido orfebre Juan Carlos Pallarols vive cerca del lugar donde se registró el ataque del “trapito”. Se lamentó por lo sucedido. “Me da mucha tristeza lo que pasó, porque al que se gana los pesos trabajando acá 12 o 14 horas diarias, esto lo perjudica. Perjudica la ciudad, el prestigio de nuestra sociedad, el turismo. Yo estoy muy orgulloso del barrio de San Telmo, nací en Lomas de Zamora pero hace 55 años que estoy acá”, dijo a LA NACION el artista que creó varios bastones presidenciales.
“Hay que hacer algo -agregó Pallarols-para que esta situación no se repita. Creo que se están perdiendo ciertos valores. Yo viví una vida mucho más hermosa, con valores, ética, con respeto. Dejaba la bicicleta ahí –señaló la plaza Dorrego- y nadie la robaba. El otro día, acá a mitad de cuadra, un pibe dejó la moto y le puso el candado. Se la llevaron igual.”
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