Apelan la decisión del juez que liberó a un acusado de violación porque usó un preservativo
Cuatro fiscales cuestionan la resolución de Rodolfo Mingarini por considerar que empleó un “razonamiento sin perspectiva de género”; solicitaron la prisión preventiva del imputado
- 2 minutos de lectura'
Cuatro fiscales de Santa Fe apelaron la resolución con la que el juez provincial Rodolfo Mingarini liberó a un acusado de abuso sexual porque se había colocado un preservativo para consumar el hecho al considerar que el magistrado empleó un “razonamiento sin perspectiva de género”. La decisión generó una profunda polémica, por la forma en que desestimó la denuncia de la mujer que sufrió el ataque. “No puedo entender cómo si va a tener relaciones forzadas, sometiéndola, se tomaría el tiempo para colocarse el profiláctico y luego avanzar sobre el cuerpo de la víctima”, fue una de las frases utilizadas por el juez en su argumentación.
La resolución, que se dio a conocer en coincidencia con la fecha en la que se conmemoran seis años de la primera marcha Ni Una Menos a nivel nacional, fue apelada por los fiscales Celeste Minniti, Alejandra Del Río Ayala, Matías Broggi y Roberto Olcese, quienes solicitaron la prisión preventiva del imputado, que fue liberado por Mingarini en una audiencia en la que debía decidir si dictaba la prisión preventiva.
Los fiscales del Ministerio Público de la Acusación criticaron varios párrafos del fallo; entre ellos, los que aluden al tipo de violencia que pudo haber ejercido el acusado. En ese sentido, indicaron que algunas frases de Mingarini representan “una referencia implícita a una exigencia de que la violencia desplegada sea de cierta magnitud” y aclararon que “la tipificación penal no establece en ningún sentido una exigencia de magnitud, ni tampoco la persistencia o continuidad de la violencia que se despliega”.
”El tipo penal no exige resistencia alguna. Menos aún, podría exigir una resistencia en todo momento, heroica, continua, hasta el último aliento de la víctima, que sí es la que parece estar exigiendo el juez, por lo que es perfectamente posible colocarse un preservativo en circunstancias como las descriptas”.
También mencionaron que el magistrado “olvida que [la víctima] puede haber quedado paralizada por el miedo o que puede haber reaccionado de cualquier otra forma, ya que no existe una única reacción, menos aún una reacción ‘correcta’, al igual que no existe una única víctima”.
La apelación de los fiscales pretende revertir la decisión con la que Mingarini, en abril pasado, liberó al acusado por no poder “relacionar ni entrar en la lógica” de cómo fue que se colocó un profiláctico cuando estaba sometiendo a la víctima; en definitiva, expresó que no hay “suficiente evidencia” para determinar que la relación fue forzada.
El magistrado también valoró que el imputado “se presenta voluntaria y espontáneamente y sin ser acompañado por ningún profesional ni de confianza ni asistido por la defensa pública porque precisamente había tomado conocimiento de que el personal policial estaba tratando de ubicarlo”.