Apartaron a la jueza que investigaba la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro
La familia del joven y los fiscales reclamaban su desplazamiento por “parcialidad demostrada”; el cadáver del joven fue hallado en agosto de 2020
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La Cámara Federal de Casación Penal apartó este lunes a la jueza federal de Bahía Blanca María Gabriela Marrón de la investigación por la desaparición y muerte de Facundo Astudillo Castro, el joven de 19 años cuyo cadáver fue hallado en agosto de 2020 en medio de profundos cuestionamientos que pesan sobre la Policía bonaerense.
Según fuentes judiciales consultadas por Télam, la Sala I de Casación resolvió aceptar el pedido de los fiscales Horacio Azzolin, Iara Silvestre y Andrés Heim y de los abogados que representan a la madre de Facundo, quienes habían recusado a la jueza federal 2 de Bahía Blanca por “la parcialidad demostrada en su actuación”.
Con esta decisión, el expediente por la desaparición y muerte de Facundo deberá ser remitido a un nuevo magistrado. Una posibilidad es quede a cargo del otro juez federal de Bahía Blanca, Walter Ezequiel López Da Silva.
”Sacamos a la maldita jueza y vamos por Justicia. Hoy mis lágrimas son de esperanza y de Justicia”, expresó Cristina Castro, la madre de Facundo, en su estado de WhatsApp, donde además publicó una foto de su hijo sonriendo y tocando un redoblante.
En un fallo de 45 fojas, los camaristas Daniel Antonio Petrone, Ana María Figueroa y Diego G. Barroetaveña resolvieron apartar a la jueza Marrón, quien era duramente cuestionada por los fiscales y por la querella, representada por los abogados Luciano Peretto y Leandro Aparicio.
En el momento de fundamentar su pedido, los fiscales habían asegurado que mantener al frente del expediente a la jueza Marrón “era una sentencia definitiva dado que su continuidad sellará el futuro de la presente instrucción en razón de la parcialidad demostrada en su actuación; circunstancia que “resulta un gravamen de imposible, insuficiente, inconveniente y tardía reparación ulterior”.
El pedido de los fiscales había tenido un dictamen favorable por parte del fiscal general ante la Cámara de Casación Javier De Luca, quien también había considerado que la magistrada no practicó ninguna medida conducente e “incorporó a la causa elementos que en lugar de esclarecer, entorpecen la búsqueda de la verdad real”.
La recusación había sido rechazada en marzo pasado por la Cámara Federal y en abril la Cámara de Apelaciones denegó la apelación presentada por los representantes del Ministerio Público Fiscal frente a esa decisión. A raíz de ello, Azzolin y Heim interpusieron un recurso de queja ante la Sala I del Tribunal de Alzada, y en ese marco intervino De Luca, fiscal general y titular de la fiscalía 4 ante la Cámara de Casación Penal.
”La descripción de las circunstancias del caso en estudio no deja lugar a dudas respecto de que la jueza de la causa ya tiene una posición tomada (un prejuicio) sobre cómo se sucedieron los acontecimientos que derivaron en la muerte del joven Astudillo, lo cual es totalmente incompatible con la actitud y apertura mental que debe adoptar cualquier magistrado en la etapa de investigación o averiguación de un posible crimen”, manifestó en su dictamen el fiscal De Luca.
En ese sentido, el fiscal señaló que la magistrada “no practicó ninguna medida conducente, denegó las propuestas por la fiscalía, hizo perder un tiempo precioso a la pesquisa” y recordó la frase “el tiempo que pasa es la verdad que huye”.
A su vez, agregó que sus decisiones terminaron produciendo obstáculos y desvíos de la investigación hacia un único rumbo, el de su hipótesis”.
El caso
Facundo Astudillo Castro fue visto por última vez el 30 de abril de 2020, en plena cuarentena estricta por la pandemia del coronavirus, y la Justicia comenzó a intervenir unos días después, tras la denuncia de su madre, por lo que se inició una causa por “averiguación de paradero” que estuvo a cargo del fiscal Rodolfo De Lucía, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 20 de Bahía Blanca, y de la jueza de Garantías N° 3 de esa ciudad, Susana Calcinelli.
En julio, casi tres meses después, el fiscal De Lucía declinó el expediente, a pedido de los abogados de Cristina Castro, hacia la Justicia federal, que comenzó a investigar el caso como una presunta “desaparición forzada” en la cual habrían participado policías bonaerenses.
Desde entonces, los investigadores determinaron que el joven había sido detenido a la altura del kilómetro 779 de la ruta nacional 3, en la localidad de Mayor Buratovich, por el oficial Mario Gabriel Sosa y su colega Jana Curuhinca, que lo advirtieron por violar el aislamiento obligatorio y le labraron una infracción. Allí, los efectivos le pidieron su DNI y lo fotografiaron de espaldas junto a la camioneta policial, tras lo cual le permitieron continuar su marcha, dijeron.
Luego, la oficial Siomara Flores, que es medio hermana de la oficial Curuhinca y era pareja de Sosa -lo que fue corroborado tras el análisis del teléfono celular del oficial- declaró que había trasladado a Facundo unos 25 kilómetros a bordo de su vehículo, desde Mayor Buratovich hasta Teniente Origone.
Según los investigadores, horas más tarde, en el kilómetro 750, Facundo Astudillo Castro fue nuevamente interceptado por la policía, esta vez, por el teniente 1° Alberto González, quien declaró que lo identificó con su carnet de conducir, ya que el joven no habría tenido en su poder el DNI.
A partir de que el caso tomó estado público, con los cuatro policías como sospechosos de una eventual desaparición forzada seguida de muerte, los rastrillajes se multiplicaron. El cadáver de Facundo fue hallado el sábado 15 de agosto en el canal “Cola de ballena”, un cangrejal situado en Villarino Viejo, contiguo a la localidad de la localidad de General Cerri.
Desde un primer momento, la madre de Facundo mantiene sus sospechas de que la policía bonaerense tiene responsabilidad en la desaparición y muerte de su hijo, y hasta pidieron en reiteradas oportunidades -sin éxito- la detención de los cuatro efectivos que fueron quienes lo retuvieron en la ruta mientras el joven caminaba hacia Bahía Blanca.
La autopsia realizada por expertos del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) determinó que el joven murió como consecuencia de una “asfixia por sumersión”.
En tanto, en septiembre pasado un peritaje realizado por expertos en rastros de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) determinó que la ropa hallada en la mochila de Facundo estaba dañada “con algún elemento químico” y presentaba “cortes y puntazos”.
Con información de la agencia Télam
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