Antes de que lo asesinaran se encargó de señalar a los supuestos culpables
A un año del crimen de Gabriel Eiriz, al parecer por un conflicto vecinal en el barrio de Los Tilos en Pilar, el caso sigue sin resolverse
Hasta hace un año Gabriel Eiriz, de 41 años, se ocupaba de los reclamos vecinales en el barrio de Los Tilos de Pilar. Se ocupó de reclamar por la poda de los árboles, por la no recolección de basura, por los robos y la falta de presencia policial en la zona y por denunciar las fiestas clandestinas que se hacían en el barrio. Lo mataron a las 00.30 del 8 de octubre de 2013 de un tiro en la cabeza, lo que los vecinos del barrio interpretan como un claro mensaje.
"No vuelvas a joder a los inquilinos porque vas a terminar muy mal" fue una de las tantas amenazas que denunció Gabriel Eiriz 20 días antes de su muerte en la UFI 3 de Pilar donde queda explícito que "el denunciante teme por su vida y la de su familia".
Eiriz vivía hacía 12 años en una casa quinta de Carlos Calvo al 1700 que había comprado para que lo visiten sus hijos de 7, 8 y 13 años. El conflicto que motivó las amenazas era con la propietaria de la casa lindera a la de Eiriz, Amelia Storani Domínguez, y con su inquilino Ezequiel Salsamendi, el organizador de las fiestas. Según la familia Eiriz, Gabriel ya les había avisado que esta era gente muy "pesada" y estaba asustado. Les había comentado que los había visto armados, que el padre de Salsamendi cumplía condena perpetua por matar a un ex cuñado en el año 2005 y que lo habían amenazado que si le arruinaba el negocio lo iban a "cagar a palos".
"La muerte de mi hermano fue la solución para todos ellos, cada uno sigue haciendo sus negocios y ahora nadie más molesta y el crimen está impune", dijo Gustavo Eiriz, hermano de Gabriel. Durante el año las fiestas se siguieron haciendo en varias casas y según cuentan los vecinos, que prefirieron no ser identificados por temor a represalias, hace dos semanas hubo una gran fiesta de tres días con música, drogas y alcohol que fue suspendida por la policía y clausuraron la casa quinta. Pero Salsamendi alquila otras cuatro casas por la zona.
Según constató LA NACION, el sitio www.despedialnovio.com.ar sigue activo y ante una consulta para una fiesta de 30 personas dijeron que tenían disponibilidad tanto en noviembre como en diciembre.
La familia Eiriz pide justicia por la muerte de Gabriel y denuncia que este crimen no ha sido resuelto por una serie de complicidades policiales. "A Storani el inquilino se lo consiguió el entonces Subcomisario Javier Sastre". Las amenazas al celular de mi hermano las hizo la supuesta prima de Storani, Mariela Perez Argüello, una oficial de la Policía Federal de Merlo desde su propio celular", comentó Gustavo Eiriz.
"El accionar policial esa noche también nos genera muchas dudas porque ellos conocían a mi hermano por las reuniones. En una hora y media levantaron el cuerpo y agotaron para lo que había para hacer. La fiscal no se presentó, manejó todo la policía que se fue del lugar sin dejar custodia. Tampoco nos avisaron lo que había", relató Gustavo Eiriz.
Además, la familia también denuncia inacción judicial. "Mi hermano denunció ante el fiscal Gonzalo Acosta que había gente pesada que lo había amenazado de muerte y no se tomó una sola medida para protegerlo. Luego la causa de homicidio está en manos de la fiscal Cecilia Chaieb en la UFI 4 y a un año del homicidio la causa está totalmente parada, los sospechosos no han sido ni indagados ni detenidos, por eso la denunciamos y pedimos que se aparte del caso", dijo el hermano de la víctima.
En la última reunión que tuvieron los vecinos, una semana antes de la muerte de Gabriel Eiriz, éste les dijo: "Si me matan ya saben para donde mirar". Un día después de esa reunión, el 2 de octubre, Gabriel, junto con otros vecinos, se reunieron con el Intendente de Pilar, Humberto Zúccaro.
La reunión era por dos temas puntuales: la inseguridad y calles públicas tomadas por emprendimientos privados y, al pasar, le comentaron también el tema de las fiestas clandestinas. Según recuerdan los vecinos el secretario de gobierno Marcelo Parra dijo que se haría cargo del tema.
Carmen Guagliardi, la madre de Gabriel Eiriz, cree que es algo "insólito" lo que pasó y como actuaron los distintos poderes. "El compró esa casa para estar tranquilo con sus hijos y al aire libre y por querer defender su lugar le pasó lo que le pasó", comentó. La noche del asesinato, en la casa de Gabriel Eiriz no faltó nada, estaba el celular y la billetera de Gabriel, el objetivo era otro.
Hoy sus hermanos y su madre, mientras juntan firmas para que la agente de la Policía Federal que presuntamente amenazó a Gabriel sea expulsada de la fuerza, buscan que el caso se reactive. "Pedimos que se investigue a fondo a los sospechosos que dejó mi hermano en las denuncias y luego que paguen por el no accionar judicial que tuvo mi hermano", planteó Gustavo Eiriz.
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