Ametralladoras, fusiles y droga: la caída de Pantro, el nuevo capo narco de la 1-11-14
Según una investigación judicial Johny Ray Arnao Quispe es el jefe de la organización criminal que opera hace más de 20 años en el Bajo Flores; decomisaron un arsenal
- 7 minutos de lectura'
Se sumó en 2010 a la temible organización narco asentada en la villa 1-11-14, en el Bajo Flores. Comenzó como custodio. Con el correr de los años sumó mayores responsabilidades. En 2013 ya cumplía el rol de encargado de seguridad de la banda y, a su vez, manejaba dos puntos de venta de estupefacientes. El tiempo pasó y con Marco Estrada Gonzáles, más conocido como Marcos, preso y condenado a 24 años de cárcel, y su hermano Fernando Estrada Gonzáles, alias Pity, prófugo, Johny Ray Arnao Quispe, apodado Pantro, se convirtió en el nuevo jefe de la gavilla.
Así se sostuvo en un dictamen donde el fiscal federal Eduardo Taiano, su colega Diego Iglesias, funcionario a cargo de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), y Cecilia Amil Martín, que conduce la Unidad Fiscal Especializada en la Investigación de Delitos Vinculados con Estupefacientes (Ufeide) del Ministerio Público porteño, pidieron la detención de Pantro y otros 22 sospechosos.
Una filmación registrada el 20 de agosto pasado dejó en evidencia el poder y cómo opera la banda narco dentro de los pasillos de la 1-11-14. En el video se observa cómo un integrante de la organización requisa a un posible comprador ante la sospecha de que era un policía encubierto. Además, en el expediente se incorporaron fotografías de las filas de consumidores en las cercanías de los puntos de venta.
El juez federal Ariel Lijo hizo lugar al pedido del Equipo Conjunto de Investigación (ECI) y ordenó el arresto de los 23 imputados y también una serie de 24 allanamientos en viviendas de la villa 1-11-14 y domicilios ubicados en los barrios de Flores, Villa Soldati y en Villa Celina, en La Matanza.
“Las tareas de investigación desarrolladas hasta el momento por la Policía Federal Argentina (PFA) como la declaración de un testigo de identidad reservada posicionan a Arnao Quispe como el actual jefe de la organización narcocriminal, siendo quien coordinaría y supervisaría la distribución de drogas en ambos turnos en los que trabaja la banda a través de los puntos de venta”, sostuvieron los fiscales Amil Martín, Iglesias y Taiano en el dictamen, al que tuvo acceso LA NACION.
Los allanamientos se hicieron en las últimas horas y hubo 12 detenidos. Entre ellos Arnao Quispe, el supuesto jefe. Fue apresado por detectives de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la PFA en su domicilio de Villa Celina, en La Matanza.
Según fuentes judiciales, cerca del inmueble donde fue apresado Pantro se allanó otra vivienda donde se secuestraron un fusil automático liviano (FAL), dos ametralladoras, dos escopetas, una pistola transformada en ametralladora, municiones, un silenciador y dos chalecos antibalas.
La organización criminal que históricamente lideraron los hermanos Estrada Gonzáles, de nacionalidad peruana como Pantro, lleva más de 20 años asentada en el Bajo Flores.
“Se pudo establecer que la estructura de la organización se mantiene vigente, tanto a través de miembros antiguos como de nuevos integrantes, y se ha mantenido el dominio territorial ejercido sobre el sector histórico [ conocido como el sector de los peruanos] -sin que se puedan desarrollar actividades lícitas ni ilícitas sin la conformidad de la banda- y que en ese sector la actividad principal sigue siendo la venta de estupefacientes”, sostuvieron los fiscales en el momento de fundamentar los pedidos de detenciones y los allanamientos.
Pero, los representantes del Ministerio Público también afirmaron que la organización criminal, supuestamente liderada por Pantro, sumó un nuevo negocio ilegal al concierto de delitos de venta de estupefacientes y acopio de armas: las extorsiones a comerciantes que trabajan legalmente en la villa 1-11-14.
En el expediente se incorporó una publicación de la red social Facebook que “da cuenta también de la preocupación de vecinos del barrio respecto a la violencia con que operaría la banda. La actividad [ilegal] se habría extendido no solo a la comercialización de drogas, sino también a la extorsión de comerciantes”.
En un segundo nivel, detrás de Pantro, se encontraría Ulises Romero Godoy, apodado Pitufo o Niño Azul. “Resulta ser una de las figuras preponderantes de la actividad ilícita dentro de la organización narcocriminal. Concretamente en el marco de este expediente se lo ubica como uno de los actuales organizadores de la actividad ilícita y el responsable de uno de los turnos de venta de drogas”, explicaron los fiscales en su dictamen.
Cuando los representantes del Ministerio Público se refieren a “turnos” lo hacen en referencia a la metodología de la venta de estupefacientes.
“Desde sus inicios la organización investigada detenta una compleja estructura de funcionamiento, dividiendo sus actividades en distintos estratos, esto es, personas que detentan diversos roles, funciones y turnos de 28 días consecutivos y rotativos entre las dos facciones [el grupo de Marcos y de Pity]”, recordaron Taiano, Iglesias y Amil Marín.
En el juicio donde los jueces Javier Ríos, Andrés Basso y Fernando Machado Pelloni, integrantes del Tribunal Oral Federal (TOF) N° 3 condenaron a Marcos, el fiscal Diego Velasco sostuvo que en un turno de 28 días se podía llegar a recaudar $14.000.000 equivalentes, en su momento, a 900.000 euros.
Los turnos en los puntos de venta siguen vigentes en la actualidad. Así se explicó en el expediente: “También, por medio de las tareas de la PFA se ha logrado establecer la continuidad del sistema de turnos rotativos, durando cada turno 28 días consecutivos, lo cuales culminan los días jueves, para dar inicio a un nuevo turno los días viernes de cada semana. Si bien es difícil poder determinar la identidad de quienes actúan en uno u otro turno, es evidente la existencia de un acuerdo de voluntades que permite mantener la hegemonía de la distribución de drogas”.
En el momento de describir cómo es la seguridad dentro de la organización criminal, los fiscales explicaron la tarea de los “satélites”, “marcadores” y “chalecos”.
“Los ‘marcadores’ se ubican en lugares estratégicos dentro del barrio de manera tal que los puntos de venta de sustancias estupefacientes cuentan con un sistema de anillos de seguridad. Estas personas siempre mantienen entre ellos contacto visual, pudiendo advertir de esta manera si ingresa alguna persona y/o presencia policial al sector que se encuentran custodiando. También los ´satélites´ vigilan la presencia de personas extrañas recorriendo el sector de la banda y los puntos de venta. Dentro del sistema de seguridad también se encuentran los ´chalecos´, que son aquellas personas -mayormente armadas- encargadas de brindar seguridad a una persona jerárquica dentro de la banda o a algún punto de venta”, dijeron los fiscales.
En medio de la investigación, el 20 de agosto pasado, hubo un procedimiento en la villa 1-11-14 hecho por personal de la PFA donde secuestraron anotaciones a mano con la recaudación de cada turno y de cada vendedor, y donde se decomisaron ocho kilos de marihuana y 4795 envoltorios de pasta base y de pequeñas dosis de cocaína.
En los allanamientos de las últimas horas también fue detenida Alicia Bordón Sarabia, conocida como Raquel, su segundo nombre. Según la investigación de los fiscales que intervienen en la causa, la sospechosa, de nacionalidad paraguaya, sería una de las encargadas del cobro de una “tarifa” a los vendedores ambulantes y comerciantes de la zona para que puedan trabajar sin inconvenientes.
“A partir de que otras personas se hicieran cargo [del negocio narco] de la villa, habría cambiado la relación de con los vecinos, toda vez que habría una mujer, luego identificada como Raquel, que sería la encargada de cobrar dinero a los comerciantes y remiserías, siendo hoy en día obligatorio este arancel. Esta mujer trabajaría para Pantro y Pitufo y no viviría en la 1-11-14″, se sostuvo en el dictamen fiscal.
Otras noticias de Narcomenudeo
Más leídas de Seguridad
Drama en Mendoza. Murió un hombre que fue baleado por su madre anciana porque “no podía cuidarlo más”
Tragedia familiar. Un padre y su hija murieron tras caer a un arroyo en medio de una pelea
40 segundos de horror. El violento ataque a cuchillazos de un hombre a una mujer en una pizzería de Núñez
Boedo. Incendio y evacuación en la fábrica de alfajores Jorgito