Amenazas de bomba en colegios. Descubren un caso idéntico en la India y un fiscal busca avanzar con la ayuda de Interpol
Una intimidación con el mismo texto llegó el martes a una escuela de Bangalore, en el sur de la nación asiática;
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Nuevas alarmas se encendieron después de que llegara a manos del fiscal Alejandro Musso la noticia de que una escuela de las afueras de Bangalore, una ciudad del sur de la India, asiento de las principales empresas de desarrollo de alta tecnología del país más poblado del mundo, recibió una amenaza de bomba a través de un mail que repetía, en hindi, exactamente el mismo texto de la proclama que, más o menos en simultáneo, llegó a más de una decena de colegios de la zona norte del conurbano, Quilmes, Lomas de Zamora y la ciudad de Buenos Aires.
A partir de esa novedad, al titular de la Unidad Fiscal Especializada en Investigaciones de Ciberdelito (Ufeic) de San Isidro se le abrieron, ahora, nuevos caminos para avanzar en la investigación de los episodios sufridos por miles de familias de las comunidades educativas de los colegios Goethe Schule, San Andrés, Florence Nightingale, St. John’s, Colegio Riverside School y Northlands, en el corredor de partidos entre Vicente López y Tigre.
Por un lado, pedirá la colaboración de Interpol para que, a través de los canales oficiales de la central de policía internacional, las sedes de los distintos países informen si tuvieron en las últimas horas falsas amenazas de bombas en establecimientos escolares con la misma metodología de intimidación e idéntico mensaje de alarma, un texto críptico, con una referencia a la masacre en una escuela de Belgrado, Serbia, en la que un chico de 13 años armado con dos pistolas 9 milímetros de su padre mató a ocho compañeros y a un guardia de seguridad, que no se descarta que pudiese haber sido escrito con una app de inteligencia artificial tipo Chat GPT-3.
Además, también requirió asistencia de especialistas internacionales para trabajar en la identificación de la IP del usuario que, a través de un servidor enmascarado en una red virtual VPN, envió el correo electrónico encriptado con la amenaza de bomba.
Mientras, su equipo de especialistas realiza búsquedas abiertas en la web para intentar descifrar si el críptico mensaje incluido en el mail enviado a los colegios argentinos y, al menos, también a la Escuela Internacional Ebenezer, de Anekal, en las afueras de Bangalore –en una semana en la que se estaba en el proceso de admisión al Bachillerato Internacional de inglés–, fue copiado de algún blog o sitio en los que abrevan jóvenes de todo el mundo influenciados por la temática de las escuelas y los tiroteos que incluyen a adolescentes.
El antecedente y otras similitudes
Como informó LA NACION, la Ufeic de San Isidro comenzó a revisar, en un primer momento, las actuaciones judiciales de marzo que permitieron identificar al adolescente de 16 años que, durante cinco días seguidos, envió correos electrónicos advirtiendo sobre la -falsa- presencia de explosivos en Riverside School. Partieron de la premisa de que había similitudes entre esa intimidación al prestigioso colegio de Acassuso y la masiva intimidación que este martes golpeó a escuelas privadas de Vicente López, San Isidro, San Fernando, Tigre, Capital y Quilmes.
El indicio principal fue que el autor de las amenazas usó un mail de ciberseguridad, con método de enmascaramiento de origen y de usuario (aunque los servidores, en uno y otro caso, son distintos); el otro, la reiteración de Riverside como objetivo de la falsa alarma de explosivos. Por eso, no se descartó que el chico que fue identificado en el episodio de marzo pueda estar, de alguna manera, vinculado con la nueva saga intimidatoria. Sea como autor o como “tutor” o “ideólogo” de otro joven al que eventualmente hubiese preparado para actuar.
El hecho de que se haya descubierto que hubo una amenaza con idéntica metodología y mensaje al otro lado del planeta reforzó la sospecha del primer día de pesquisa, sobre todo porque durante la investigación del falso atentado contra Riverside se había descubierto que F, el alumno de 16 años que estaba detrás de la maniobra –al que se debió buscar una vacante en otro colegio de la zona después de este episodio– mantenía fluidos contactos, a través de foros opacos de Internet, con otros jóvenes que compartían el mismo tono de acciones, mensajes y consignas, con referencias a “ataques a escuelas en todo el mundo”, a la “sociedad podrida”, a que “la escuela hace esclavos perfectos” y a la promesa de un “doloroso final”. Como si se tratara de una cofradía internacional.
El texto, en la Argentina y en la India, fue el mismo, aunque escrito en distintos idiomas. El mensaje era el siguiente: “Siempre hemos esperado este día. La podredumbre viene literalmente de todas partes. Cada año hay muchos ataques a escuelas en todo el mundo, una respuesta a una sociedad podrida. Creado desde el nacimiento del hombre, la esencia misma del mal. La escuela hace esclavos perfectos. Intentaste hacernos tan insignificantes como tú. Siempre pensamos en el día en que decidimos salir de la sombras. Tras conocer el tiroteo en Belgrado, valiente guerrero de 13 años, el odio ya no se puede contener. Todo lo que sentirás antes de morir son fragmentos que perforan tu cuerpo. El olor de las balas de plomo que te dispararon. El sonido de un disparo será una larga vida para ti. Te quemaremos en queroseno. Ahogados en sangre. Somos el comienzo de tu doloroso final”.
Las amenazas que Riverside School recibió entre el 5 y el 9 de marzo pasados –en los que se advertía que el colegio estaba “dinamitado” y que si los directivos llamaban a la policía “los explosivos van a detonar” fueron más “personalizadas” que el genérico “hay artefactos explosivos en el edificio” que llegó ayer por mail a aquellos seis colegios del corredor norte del conurbano, a cinco de la ciudad de Buenos Aires –Devoto School, Escuela Cristóforo Colombo, Nightingale Institute, St. Matthew’s College sede fundadora y Saint Catherine’s–, y al St. George’s College, de Quilmes, y el Sagrado Corazón, de Lomas de Zamora.
En aquella oportunidad, el autor de la intimidación usó Proton Mail, un servicio de correo electrónico diseñado especialmente con características de ciberseguridad, para comunicaciones encriptadas, que está cifrado de extremo a extremo y usa VPN, un tipo de red privada virtual que permite enmascarar el tráfico en Internet y “disfrazar” la identidad en línea de un usuario. Ese proveedor está basado en Suiza.
En la serie de ciberamenazas simultáneas de este martes, el autor usó otro servidor, del mismo tipo, aunque con otro tipo de seteos, provisto por una empresa con sede en los Estados Unidos, según pudo saber LA NACION.
La investigación de marzo concluyó con un allanamiento en un chalet de Martínez donde viven un matrimonio y sus dos hijos. El fiscal Musso comprobó que uno de ellos estaba detrás de las amenazas a Riverside, de donde era alumno. Además de varias armas largas (una de ellas, un fusil de tiro táctico y un rifle Grant M1 de la Segunda Guerra Mundial), que fueron secuestradas preventivamente por el peligro que implicaba que ese arsenal estuviera al alcance de un sospechoso de haber ideado y ejecutado una resonante intimidación pública, el representante del Ministerio Público secuestró una notebook en la que halló poderosos indicios de cargo, incluidas búsquedas de Internet que revelan que el chico investigó a quienes lo investigaban.
Como el imputado es menor de edad, la causa pasó al Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de San Isidro; desde el 28 de abril pasado está en manos de la fiscal Silvia Gremes y del Juzgado de Garantías del Joven N°2 del distrito. Además, se dio intervención a la Justicia de Familia de San Isidro para que tutele la contención y tratamiento del menor, que quedó bajo el cuidado de sus padres, en la misma casa en la que vivía, aunque ahora cursa la secundaria en otro colegio. Según confiaron fuentes del caso a LA NACION, para conseguir que el Ministerio de Educación bonaerense autorizara el cambio fue necesaria la presentación de un oficio judicial.
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