Amenaza en Aeroparque. Anunció a los gritos que llevaba una bomba: lo hizo porque no lo dejabar embarcar la valija en cabina
La siuación se produjo en el preembarque de un vuelo a Tucumán y motivó la suspensión preventivas de operaciones mientras duró la inspección y se comprobó que era todo falso; el pasajero quedó detenido
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Con sorna, pero con bronca, después de que la aerolínea se negara a dejarlo embarcar con una valija más grande de lo permitido en cabina y que deberían llevar el equipaje a la bodega del avión, el pasajero le dijo al tripulante de cabina: “Tomá, llevala, tiene una bomba”. La sola mención de la palabra “bomba” obligó a suspender momentáneamente las operaciones del mediodía en el Aeroparque Jorge Newbery y dio paso a un exhaustivo operativo de búsqueda que finalizó cuando se corroboró que era todo una mentira, la insensata reacción de un hombre ofuscado, que terminó detenido y a disposición de la jueza federal María Eugenia Capuchetti, la misma que tiene a su cargo la investigación del intento de magnicidio de Cristina Kirchner.
El Grupo Especial de Control de Explosivos y Armas Especiales (Gedex) de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) tuvo a su cargo la ejecución del protocolo de desactivación de explosivos ante la amenaza de bomba realizada a las 12.37 por un pasajero que acababa de abordar el vuelo 1484 de Aerolíneas Argentinas que debía decolar a las 11.55 con destino a San Miguel de Tucumán. Llevaba 172 pasajeros y seis tripulantes.
Según pudo saber LA NACION, el pasajero en conflicto fue identificado como José Osvaldo Moyental, de 64 años. Será incluido, a partir de este episodio, en el listado de “pasajeros disruptivos” que tiene prohibido viajar por Aerolíneas Argentinas por un determinado tiempo.
“Visiblemente ofuscado por alguna situación con la empresa aerocomercial, el hombre manifestó a viva voz que llevaba consigo un artefacto explosivo, por tal motivo de forma inmediata personal del Gedex, que inició el procedimiento avalado por la Justicia”, informaron fuentes de la PSA.
El avión –un Boeing 737 NG/Max, matrícula LV-GVE– debió ser trasladada a un sector aislado para ser inspeccionado de manera exhaustiva, como así también la tripulación y los pasajeros, con la colaboración del SAME y Bomberos. Asimismo, con canes entrenados en la detección de explosivos y un escáner móvil (ScanVan), los oficiales controlaron todo el equipaje y la carga, que fue depositada en la pista.
Luego de corroborar que no existía ningún artefacto ni amenazas, se normalizó la operatoria de la aeroestación metropolitana y se reprogramó el vuelo, que finalmente fue despachado a las 15.56.
Se espera que a las 19.59 toque pista el LV-GVE en el viaje de regreso desde San Miguel de Tucumán. En ese momento, la tripulación entregará en las oficinas de Aerolíneas Argentinas un informe del inusual episodio.
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