Amenaza de bomba. Procesaron a la azafata: perdió la licencia y no podrá acercarse a ningún aeropuerto
El juez federal Federico Villena le dictó la prisión preventiva, le concedió el arresto domiciliario y le trabó un embargo por $400 millones
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Daniela Carbone, la azafata que ayer fue echada de Aerolíneas Argentinas por haber amenazado de bomba un vuelo que debía partir hacia Miami el 21 de mayo pasado, fue procesada con prisión preventiva por intimidación pública, entorpecimiento del transporte aéreo y coacción agravada.
Lo resolvió el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena, que le dictó la prisión domiciliaria y le trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de $400 millones. En su resolución, además, le suspendió la matrícula profesional de tripulante de cabina y le prohibió acercarse a las zonas restringidas de cualquier aeropuerto del país.
“Efectuado un pormenorizado análisis de las distintas constancias que componen estas actuaciones y puesto a resolver la situación procesal, adelanto que, de la detenida y objetiva lectura de los elementos probatorios glosados al sumario, a la luz del sistema de valoración de la prueba y con el grado de certeza que la instancia reclama, habré de considerar a Daniela Carbone prima facie como autora penalmente responsable de los delitos de intimidación pública en concurso ideal con el delito de entorpecimiento del transporte aéreo, que a su vez concurren con el delito de coacción agravada por haber sido cometido mediante amenazas anónimas, todo ellos en su calidad de empleada pública de la empresa Aerolíneas Argentinas”, sostuvo el juez Villena en su resolución de 105 páginas, a la que tuvo acceso LA NACION.
Según el expediente judicial, la amenaza de bomba fue el 21 de mayo pasado a las 8.10. Un empleado de la línea aérea de bandera recibió un mensaje de voz por medio de Whatsapp donde le advertían: “Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami, que se deje de joder con la política y que chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”.
Después de recibir la amenaza de bomba, “ante la gravedad” de la situación, se hicieron las diligencias correspondientes para identificar la aeronave. “Resultó ser el avión correspondiente al vuelo AR 1304, con matrícula LVFVH, de pertenencia de la empresa Aerolíneas Argentinas, y que en esos momentos se encontraba ubicada en la posición número 15 de la plataforma operativa, en el sector restringido, próximo a partir con destino a Miami, en los Estados Unidos”, según la reconstrucción del expediente judicial.
Los pasajeros y tripulantes tuvieron que esperar siete horas para poder despegar. El avión comenzó el viaje tras un exhaustivo operativo de seguridad, que permitió descartar la presencia de artefactos explosivos en la aeronave. Se trataba de una falsa amenaza.
Villena resolvió hoy, por un lado, la situación procesal y, por otro, la prisión domiciliaria. “He de destacar que a partir de la implementación de las nuevas pulseras/tobilleras electrónicas de control satelital por GPS se permite efectuar un seguimiento permanente de la imputada, garantizándose de esta forma que la misma será habida en caso de requerirse su comparecencia, como así también que no abandonará el país, asegurando de esta forma su sujeción al proceso”, sostuvo el magistrado al conceder la morigeración del arresto.
A partir de la información aportada por el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) y por una empresa que presta el servicio de telefonía móvil, se pudo identificar a la propietaria del aparato desde dónde se hizo la amenaza de bomba.
Se trataba de la hija de Carbone. La azafata había usado el iPhone de su hija para enviar el audio de voz. Hoy, la joven fue sobreseída por el magistrado. Villena afirmó: “Haciendo expresa mención que la formación del proceso en nada afecta el buen nombre y honor del que hubiera gozado la nombrada”.
Carbone, por orden del juez Villena, fue detenida por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) el 28 de mayo pasado. Fue apresada en el aeropuerto internacional de Ezeiza, cuando volvía del exterior en lo que resultó ser su último vuelo como azafata de Aerolíneas Argentinas. Dos días después se negó a declarar durante la audiencia donde fue indagada.
Según se explicó en la resolución donde la sospechosa fue procesada, Carbone utilizó una página web para distorsionar su voz.
“Por otro lado, y si bien no hace al objeto del presente resolutorio ni a los elementos que configuran los delitos investigados, estimo conveniente indicar que en virtud de las conversaciones mantenidas por la imputada, sumado el análisis efectuado por el personal de la PSA interviniente y las declaraciones testimoniales de los miembros de la tripulación, se pudo corroborar que Carbone mantuvo una relación de pareja con P. H., quien formaba parte de la tripulación originaria del vuelo AR 1304 en cuestión y que la separación de ambos habría sido el motivo de la ejecución de los hechos investigados [por la amenaza de bombas]”, explicó el magistrado en la resolución donde procesó a la sospechosa.
Promesas y obligaciones
Al conceder la prisión domiciliaria, el juez Villena le impuso a Carbone las siguientes medidas para cumplir:
- La promesa de someterse al procedimiento y de no obstaculizar la investigación
- La obligación de presentarse ante todo llamado del tribunal
- La prohibición de salida del territorio nacional sin autorización previa
- La retención de documentos de viaje
- La prohibición de concurrir a las zonas restringidas de todos los aeropuertos del país
- La vigilancia de la imputada por medio de un dispositivo electrónico de posicionamiento de su ubicación física
Carbone cumplirá la prisión domiciliaria en un country de Pilar, informaron fuentes judiciales.
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