Alta médica para el joven atacado en una disco: "Quiero que mis agresores no estén libres"
MAR DEL PLATA.– Casi dos semanas después de una salvaje agresión a botellazos en la cabeza que lo mantuvo cinco días en terapia intensiva, Matías Montín recibió el alta médica y por fin podrá regresar a su casa, en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, en Moreno. "Quiero que se haga justicia, que mis agresores no estén libres", reclamó en referencia a los tres acusados del ataque en la discoteca Ananá, en Playa Grande.
El joven de 20 años se recupera de lesiones importantes en el cráneo, con varias fracturas y un hematoma interno que implicaba mayor riesgo por posibles consecuencias neurológicas. Los estudios confirmaron que no creció y los profesionales que atienden al paciente consideran que esos restos de sangre desaparecerán con el tiempo, sin dejar secuelas.
"No será lo mismo mi vida, deberé pasar los próximos meses sin hacer ejercicios físicos y tampoco podré tomar alcohol entre otras restricciones de cuidado", dijo Montín en su primer contacto con los medios, ya listo para partir de esta ciudad a la que había venido con su familia y amigos para pasar las vacaciones. El plan de diversión estuvo al filo de derivar en una tragedia.
También por primera vez contó cómo fue aquel instante previo a la gresca en la discoteca del complejo La Normandina, a la que había asistido como en días anteriores. Esa madrugada advirtió que a uno de sus amigos lo habían golpeado en el baño. Por eso, cuando regresó al salón, buscó la mesa donde estaba el agresor y caminó hacia él.
"Mi intención fue tranquilizar las aguas, disfrutar la noche, no pelearnos, pero no llegué ni a verles la cara", dijo sobre aquel instante en que recibió un violento golpe en la cabeza con una botella de champagne, acción que reconoció Gabriel Galvano, oriundo de Rosario. Con él estaban el jugador de fútbol Matías Belloso –que había protagonizado aquella discusión en el sector de sanitarios- y Guillermo Bracamonte, hijo del jefe de la barra brava de Rosario Central.
Primer recuerdo
Su primer recuerdo posterior a esa caminata por el local bailable es dentro de una sala, atendido por una enfermera que le limpiaba la sangre que caía de la cabeza. "En el boliche estuvieron mal y bien, mal porque los patovicas no actuaron rápido. Bien porque tenían una enfermera y me asistió rápido", recordó Montín, acompañado por sus padres.
Bracamonte y Galvano estuvieron detenidos cuatro días en una unidad penal, hasta que la justicia les concedió la excarcelación, previo pago de una caución de 3.000.000 de pesos. Belloso, por su parte, declaró y quedó en libertad.
Montín reclama que la justicia los detenga. "No es por lo que me pasó a mí sino porque va a quedar que cualquiera pega y sabe que va a quedar libre", dijo sobre lo vivido y posibles hechos similares que se repitan. "El reclamo es que haya justicia y no vuelva a pasar", insistió.
Sobre sus agresores dijo que no tiene nada personal con ellos, ni siquiera bronca. Y que solo les querría preguntar "por qué fue tan violento lo que pasó". "Yo solo quería calmar las aguas, hablar, pero después pasó lo que pasó", destacó.
Galvano está imputado por lesiones graves y los otros dos acusados afrontan cargos por lesiones leves en riña. La fiscal del caso, Andrea Gómez, ya anticipó que no tiene elementos para agravar la calificación del hecho. La querella había reclamado que se impute a los tres por tentativa de homicidio.
Carlos Montín, padre de Matías, remarcó que la mayor tranquilidad ahora es que se puede llevar a su hijo "a casa y con vida". "Hace dos semanas estábamos minuto a minuto, viendo si se recuperaba", recordó.
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