Allanamientos y detenciones: un grupo de jefes policiales está bajo sospecha por pasar información para matar a un barra de Newell’s
En medio de un clima de extrema tensión, se produjeron en Rosario tres nuevos asesinatos durante las últimas horas, crímenes ligados a tramas narco
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ROSARIO.- Unas horas después de que el presidente Alberto Fernández dijera que “la policía es uno de los problemas que tiene Santa Fe”, una causa judicial derivó en una serie de allanamientos y detenciones con fuertes sorpresas: altos jefes de la policía están involucrados en una trama en la que se investigan nexos con un grupo narco y la barra de Newell’s. La pesquisa tomó una velocidad inesperada luego de que información clave de la causa fuera filtrada por un agente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), quien estaba bajo sospecha.
Como si fuera una casualidad del destino, que nadie ya lo cree en Rosario, horas antes de que se produjeran las detenciones y los allanamientos se produjo una extraña fuga de seis presos de la seccional 10a. esta ciudad, donde hace tres meses fueron desplazados los jefes por realizar allanamientos a la banda contraria a la que les pagaba sobornos. En medio de ese clima de extrema tensión se produjeron tres nuevos asesinatos durante las últimas horas, crímenes ligados a tramas narco.
El fiscal José Luis Caterina ordenó la detención de un grupo de policías en actividad y retirados que están vinculados a la trama de crímenes narco en torno a la barra de Newell’s, pero además aparecen involucrados en una causa federal en la que se investiga la provisión de cocaína y la venta de armas a grupos criminales de Rosario.
La sospecha es que pasaban información reservada para que Guillermo Chupa Sosa ordenara la ejecución de Nelson Saravia, apodado Chivo, el 23 de octubre de 2021.
Como si fuera una película de clase B, los policías fueron detenidos en un galpón en la zona sur de Rosario, que funciona como una especie de aguantadero, mientras cenaban asado en medio de una noche asfixiante. En el lugar también había un motorhome. Entre los presentes estaban el exjefe de Drogas Peligrosas de Rosario Alejandro Franganillo y el exsubjefe de la policía de Rosario Marcelo Mendoza, conocido como Malevo. Los dos exjefes no fueron detenidos.
En la llamada “peña” también comían asado cuando irrumpieron los uniformados de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), los subdirectores (retirados) de la Policía Marcelo Bazán, quien prestó funciones en la Unidad Regional II de Rosario, y Eduardo Zapata.
En el galpón se secuestraron armas y dinero en efectivo, pero también fueron allanadas las residencias de los jefes policiales. Los efectivos de la AIC encontraron una caja fuerte, que luego de ser abierta se llevaron una sorpresa: había 20.000 dólares y más de 530.000 pesos. En la casa de Franganillo, exjefe de Drogas Peligrosas y actual secretario de Seguridad del municipio de Granadero Baigorria, gobernada por el PJ, los agentes encontraron más dinero. Separados en sobres de papel madera, que estaban dentro de un maletín, había 300.000 pesos y 2.400 dólares.
Quedaron detenidos el subinspector David Arellano y Marcos Barúa, quien presta servicios de la comisaría 9a de Rosario. Se ordenó además la detención del expolicía Juan José Raffo, que fue condenado en la causa de Los Monos, pero como todos preveían no estaba en su casa.
Los efectivos detenidos están sospechados de pasar información a un grupo criminal para llevar adelante un homicidio que se inscribió en los enfrentamientos por el mercado de las drogas dentro de la barra brava de Newell’s.
Los policías habrían colaborado en la misión de matar al jefe de la barra Chivo Saravia. El encargado de esa muerte fue un rival interno en la hinchada, Ojito Sosa, un hombre que estaba en la mira desde hace mucho tiempo, por sus nexos con los policías.
Pero a la par de la investigación provincial, que está centrada en los dos homicidios, estos jefes policiales aparecen en otra investigación en la justicia federal, que lleva adelante la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar). Según fuentes judiciales, en ese expediente se investiga si estos policías podrían estar ligados a la provisión de drogas. Raffo es el que aparecería con mayor claridad dentro del radar de la justicia federal.
Lo más llamativo es que Raffo recibió una ayuda durante las últimas semanas para poder fugarse con anticipación. Como publicó Aire de Santa Fe el 11 de enero pasado, se sospecha y se investiga si un agente de la AFI de Rosario filtró información calificada de la causa.
Al espía le secuestraron el celular y ahora se investiga si podría haber pasado información a un fiscal del Ministerio Público de la Acusación (MPA). La trama es confusa por ahora, porque además hay un fiscal del MPA de Rosario que también podría quedar involucrado en esta filtración.
Fuentes de un organismo nacional dijeron que después de que se produjera la incautación del teléfono del espía, por orden del juez federal Carlos Vera Barros, se abrió una investigación interna en la AFI.
Los antecedentes del espía señalan que entró en el organismo de inteligencia en 2015 en Rosario y que después, por motivos que aún se desconocen, dejó de prestar servicios en la agencia de inteligencia, a la que regresó en enero de 2021.
En el medio ocupó un alto cargo en la Anmac, el organismo que se dedica al registro y control de armas de fuego. Este agente sería propietario de un polígono de práctica de tiro privado en Arroyo Seco.
Lo cierto es que a partir de que la información sobre esta causa trascendió por los sótanos de la Justicia, Raffo se fugó. Este expolicía estuvo ligado históricamente a la barra de Newell’s, en tiempos en que también tenía una fuerte relación con la banda de Los Monos.
Raffo fue condenado a cinco años y 10 meses en un juicio abreviado. En 2019 empezó a tener salidas transitorias y actualmente ya se encontraba en plena libertad.
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