Alerta por posibles atentados contra objetivos policiales tras el arresto de piqueteros con explosivos caseros
El arresto de jefes piqueteros que acopiaban en un local de Berazategui armas y explosivos, y que además tendrían nexos en la Triple Frontera encendió la alarma. Ayer, el jefe de la Policía Federal Argentina, comisario general Néstor Roncaglia, admitió que hay una situación de "alerta" ante el riesgo de que aquel hallazgo esté relacionado con células capaces de cometer un atentado en el país o de incentivar situaciones de conmoción pública.
Así lo reconoció en una entrevista con el periodista Javier Díaz, del canal de noticias A24. "Estamos atentos y alertas como consecuencia de un procedimiento que llevó a cabo la Policía de la Ciudad. Ustedes saben que el 10 de octubre pasado la Policía de la Ciudad interceptó a dos muchachos que les arrojó un explosivo en la zona de Constitución. A partir de eso se desarrolló una investigación de la que surgen una serie de elementos que permiten pensar que iban a cometer atentados en algunas dependencias policiales. Por eso estamos en alerta tanto la Policía de la Ciudad como la Policía Federal. Estamos atentos. Ya sufrimos un par de hechos de movimientos anárquicos, en nuestro Departamento Central hace dos años y en el mausoleo del coronel Falcón en el cementerio de Recoleta", dijo Roncaglia.
Hoy, el vicejefe de gobierno porteño a cargo del Ministerio de Justicia y Seguridad, Diego Santilli; el secretario de Seguridad de la Ciudad, Marcelo D’Alessandro, y el jefe de la Policía de la Ciudad, Gabriel Berard, darán detalles del operativo del que habla el comisario general de la Federal.
Tal como publicó LA NACION en su edición de ayer, tras el arresto de aquellos dos sospechosos que hace poco menos de un mes, cuanto escapaban de la policía, arrojaron un bolso que detonó casi frente a la sede de la Policía de la Ciudad, en Hornos y Caseros, los detectives de la fuerza de seguridad porteña concretaron anteayer seis allanamientos en la zona sur de conurbano. En Berazategui, en un local del Movimiento Popular 22 de Agosto, se encontraron armas y granadas caseras.
Según se pudo determinar, tenían capacidad para construir artefactos explosivos de sofisticada preparación. Contaban, incluso, con detonadores a distancia que podían activar con teléfonos celulares y montar en vehículos para ser usados, eventualmente, como coches-bomba. Los detenidos habrían intentado adquirir más de ese material en Ciudad del Este, Paraguay.
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