Alejandro Miguel Ochoa: el motochorro reincidente que atacaba a mujeres que caminan solas
Se conocieron dos nuevos videos de otros asaltos previos llevados a cabo con la misma modalidad que usó en el caso en que causó la muerte de la psicóloga social María Rosa Daglio en Ramos Mejía, hace once días
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Alejandro Miguel Ochoa tenía una especialidad: asaltar a mujeres que caminaban solas. Para eso, una vez que las detectaba subía con su moto a la vereda, se les acercaba lentamente por detrás y en cuanto pasaba junto a ellas les arrancaba la cartera o el bolso que llevaran colgado. Luego aceleraba, sin importarle que, la mayoría de las veces, ese tirón hacía que sus víctimas volaran por el aire y cayeran pesadamente al piso.
Así mató a la psicóloga María Rosa Daglio, en Belgrano al 300, Ramos Mejía, el viernes 19 de este mes; así le causó duras lesiones a una vecina de Castelar y a una jubilada de Haedo, donde mañana habrá una marcha por la inseguridad, convocada por vecinos y comerciantes. Será a las 20, en avenida Rivadavia y Perito Moreno.
En las últimas horas se conocieron el video del ataque registrado en Gobernador Emilio Castro al 400, de Haedo, y el que sufrió la mujer de Castelar, identificada solo como Raquel, cuatro días antes del asalto por el que Ochoa, que tenía pedido de captura por asaltar a otra mujer en Castelar, terminó detenido por matar a Daglio para robarle el celular.
Hace once meses, el juez de la Sala I de la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata, Marcelo Riquert, lo benefició con la presión domiciliaria, sin monitoreo con tobillera electrónica. Esta medida, concedida a raíz de la pandemia del Covid-19, permitió que Ochoa saliera del penal de Batán antes que se agotará la condena a ocho años y medio de prisión que un tribunal oral marplatense le impuso por asaltar en moto a Giovanna, una estudiante rosarina que estaba de vacaciones en Mar del Plata.
El antecedente
En octubre pasado, Ochoa había sido detenido por el asalto contra otra mujer, en Castelar. En esa oportunidad, ante la policía, el motochorro aportó un documento con el nombre de su hermano. Al pedir los antecedentes, sin saber que el ladrón había entregado una falsa identidad, los policías determinaron que no pesaba sobre el aprehendido ningún pedido de captura ni prontuario y, luego de consultar con la fiscalía, lo liberaron.
Sin embargo, cuando el sumario pasó a la fiscalía de Flagrancia, de Morón, advirtieron que el ladrón usaba una identidad falsa y ordenaron la detención. Ya era tarde.
A este pedido de captura se sumó otra solicitud dictada por la Sala I de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Mar del Plata por haber violado las condiciones de la prisión domiciliaria que le habían otorgado el 29 de abril pasado.
A pesar de tener esos dos pedidos de captura en su contra, Ochoa se movió con toda impunidad y siguió con los asaltos contra mujeres solas hasta que hace ocho días fue detenido en la casa de su madre, en Castelar, acusado del asesinato de Daglio.
Durante el allanamiento en la casa de su madre, la policía encontró la moto Gilera 350 gris que había utilizado cuando, luego de subir a la vereda, sorprendió por la espalda a la psicóloga social (que hablaba por teléfono en la puerta de su casa) y arrojarla al piso de un tirón para sacarle el celular.
El ataque de Ochoa contra Daglio quedó grabado por las cámaras de seguridad instaladas en Belgrano al 300, en Ramos Mejía, al igual que ocurrió el 15 de marzo pasado con el asalto contra Raquel, una vecina de Castelar y, antes, en febrero, con la agresión a una mujer en Gobernador Emilio Castro al 400, en Haedo.
Cuando cometió estos asaltos Ochoa debía estar preso, pero el camarista Marcelo Riquert lo había beneficiado con el arresto domiciliario, a pesar de que su condena de ocho años y medio de prisión por un asalto similar a los que cometió recientemente vencía en agosto de 2024. Además, la policía no lo buscó cuando, ya en octubre pasado, se supo que había quebrado aquella prisión domiciliaria y había vuelto a su habitualidad: asaltar a mujeres que caminan solas por la vereda.
Al concederle ese beneficio, el juez Riquert tuvo en cuenta que Ochoa había tomado clases de yoga y de teatro y había realizado cursos para convertirse en instructor de ajedrez mientras estuvo detenido en Batán.
El magistrado desestimó el dictamen del fiscal de Ejecución penal de Mar del Plata, Ricardo Marcelo Blanco, que manifestó que Ochoa no sufría ninguna patología preexistente que lo convirtiera en paciente de riesgo ante un eventual contagio de Covid 19.
Además, el representante del Ministerio Público fundó su resolución en los informes negativos de los peritos del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).
A raíz del escándalo por el beneficio concedido al motochorro que asaltó y mató cuando salió de la cárcel, el diputado nacional de Juntos por el Cambio Alberto Asseff pidió que el camarista Riquert sea sometido a un jurado de enjuiciamiento de magistrados para evaluar si corresponde su destitución por presunto mal desempeño de sus funciones.
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