Airbnb, galgos y sala de tortura: los increíbles hallazgos en las propiedades confiscadas a los jefes narco de Rosario
En un casco de una estancia de Esteban Alvarado había cama metálica conectada a la red eléctrica; en una casa de los Cantero secuestraron 13.000 dólares y perros usados en carreras ilegales
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ROSARIO. Los agentes de la Policía de Investigaciones se sorprendieron cuando encontraron una sala de torturas en una pequeña casa auxiliar del casco de la estancia Los Muchachos. En una habitación había una cama con elástico de metal y cables que salían de una conexión eléctrica. En ese campo, ubicado cerca de la localidad de Piñero, a unos 25 kilómetros de esta ciudad, Esteban Alvarado y sus secuaces torturaron y asesinaron al prestamista Lucio Maldonado en noviembre de 2018.
No es el único rastro que queda en esa casa. Los policías de la PDI hallaron caballos de carrera y media docena de perros de raza pitbull. Fue parte de una tarea que se hizo con bajo perfil entre mayo y junio pasados, cuando el gobierno de Santa Fe, a través de la Agencia Provincial de Registro, Administración y Destino de Bienes y Derechos Patrimoniales (Aprad), tomó posesión de los bienes decomisados a los dos principales grupos narco de Rosario, el que lidera Alvarado y el de Los Monos.
Las operaciones se llevaron adelante con la PDI y grupos tácticos, porque temían que podía haber lugares ocupados y sobre todo resistencia. En la mayoría de los inmuebles había gente viviendo, como ocurrió en una casa en Granadero Baigorria, de Ariel “Guille” Cantero, que ocupaba un cuñado del líder de Los Monos; tenía varias armas y que quedó detenido.
En total fueron desalojadas nueve propiedades que ahora están en posesión del gobierno santafesino. Los inmuebles, cuya valuación oscila entre los 3 y 4 millones de dólares, están ubicadas en Rosario y en localidades vecinas, como Pérez, Funes, Piñero y Granadero Baigorria.
Tras tomar el control de esos bienes –decomisados en causas judiciales como la del juicio que llevaron adelante los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery que terminó con la condena de Alvarado a prisión perpetua–, la administración que encabeza Maximiliano Pullaro tiene previsto llevar a remate algunas de las propiedades, como ser la casa construida sobre tres lotes del country Puerto Roldán donde actualmente vivía una abogada penalista, que fue desalojada, y que, incluso, recurrió la medida ante la Justicia a través de otro letrado.
En Pérez, los agentes de la PDI, con apoyo de fuerzas tácticas, entraron por primera vez en la mansión de Los Monos que muchos recuerdan por algunas extravagancias de ese ambiente criminal, como una pileta con la icónica forma del ratón Mickey. Ese predio, que está apartado de las zonas urbanas, tiene una superficie de tres hectáreas. En teoría, los Cantero tenían previsto que ese lugar fuera un haras para criar caballos de carrera.
Luego de revisar las distintas dependencias, que estaban en pésimo estado, tras haber quedado abandonadas durante casi una década, secuestraron 13.000 dólares que estaban escondidos. El lugar estaba habitado por gente que supuestamente pertenece a la organización, pero como la propiedad estaba a medio terminar, cuando los líderes del grupo narco fueron detenidos, quedó inconclusa. El paso del tiempo y la falta de mantenimiento provocaron que el lugar quedara prácticamente en ruinas.
Como ocurrió en la estancia de Alvarado, en ese predio también hallaron perros. En este caso, agentes de la Brigada de Rescate Animal pusieron a resguardo 13 galgos que, se sospecha, eran usados en carreras ilegales. Es un rasgo típico de este grupo criminal. En 2022, cuando se realizó el allanamiento de la casa del “Viejo” Máximo Cantero, fundador de la banda, también se secuestraron galgos y otros animales, como gallos de riña.
En mayo pasado se terminó de tomar posesión de seis propiedades de Esteban Alvarado. El ícono de los bienes que estaban a cargo de este jefe narco es la estancia Los Muchachos. La caída de este criminal se produjo a partir de que en un allanamiento que se hizo en ese campo en 2019, donde se encontró documentación relevante que indicaba que varios jefes policiales vivían en inmuebles del narco más importante de Rosario.
En un departamento de lujo en Condominios del Alto, muy cerca de la ribera del Paraná, vivía el jefe de Inteligencia de la Policía de Investigaciones Javier Makhat. Los fiscales Schiappa Pietra y Edery ordenaron allanar ese piso exclusivo y se encontraron cuando los policías golpearon la puerta que allí vivía su jefe.
La investigación contra Alvarado desnudó la intensa corrupción y connivencia policial, que daba protección a este narcotraficante, que acumuló una fortuna con el tráfico de drogas.
Ese juicio también dejó al descubierto las sospechas de que en la Justicia federal se había omitido investigar a Alvarado durante años, como ocurrió con el caso del juez Marcelo Bailaque, que actualmente está siendo sometido a una investigación en el Consejo de la Magistratura de la Nación.
A Alvarado se lo condenó primero por un homicidio en el fuero provincial, donde los fiscales profundizaron una investigación más allá de ese episodio que logró revelar las relaciones y protecciones del Estado que explicaban su crecimiento económico. Demorar una investigación, como ocurrió en el juzgado de Bailaque, significó no solo impunidad, sino dinero y muertes.
En la investigación de Schiappa Pietra y Edery se logró dimensionar esa fortuna: 38 inmuebles, 165 vehículos de todo tipo (camiones, camionetas, autos, semirremolques), depósitos de dinero en 20 cuentas inmovilizadas por orden del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y una madeja de propiedades en manos de testaferros. Una parte, 18 propiedades, ya fueron subastadas en 2022, y ahora queda otra parte, que recién ahora el Estado tomó posesión.
En esa tanda había una casa en calle Bolivia 1833, en el barrio Belgrano, que perteneció a otro jefe policial, el ex titular de Inteligencia de Drogas Peligrosas Gustavo Spoleti, quien terminó su carrera como titular de la Plana Mayor de la Jefatura de San Lorenzo.
En el inicio de la causa, Spoleti fue citado como imputado en la misma audiencia que Alvarado. Fue el 22 de noviembre de 2019. Los fiscales Edery y Schiappa Pietra indicaron que el excomisario realizó una maniobra junto con Jorge Benegas, uno de los encargados comerciales de Alvarado, con la venta y escrituración de esa casa, lo que le permitió justificar los montos que le demandaron al jefe policial poder construir su vivienda en Fisherton.
La defensa de Spoleti se mostró sorprendida, ya que, dijeron entonces, esa propiedad fue investigada en una causa por supuesto enriquecimiento ilícito de 2014 que ya había archivado la entonces jueza de Instrucción Alejandra Rodenas, exvicegobernadora que fue mencionada por el propio Alvarado en un audio cuando fue detenido en Río Tercero, Córdoba.
En el caso de Los Monos, la toma de control por parte de la Aprad fue el 24 de junio pasado. Todo se hizo bajo un extremo bajo perfil, para evitar que una filtración de información derivara en represalias y enfrentamientos con los integrantes del grupo criminal cuyo jefe, Guille Cantero, está preso en el penal federal de Marcos Paz bajo estrictas medidas de seguridad.
Las autoridades tomaron posesión de cinco inmuebles, entre ellos, la mansión abandonada de Pérez, que fue decomisada en 2018, pero recién ahora se logró tomar el control de esa propiedad. Además, se desalojaron dos casas en Granadero Baigorria, otra en Rosario y una casa en Funes, que está construida sobre dos lotes. Esta última era alquilada de forma temporaria a través de la aplicación internacional Airbnb.
Al ingresar detectaron que esa residencia estaba vacía, pero los administradores habían dejado instrucciones para quienes la alquilaban, como ser las claves de wifi. En las casas allanadas en Granadero Baigorria se secuestraron armas. Allí vivía un cuñado de Guille Cantero, que quedó detenido.
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