Ahora imputan por homicidio al policía que mató al chico de 9 años al dispararles a motochorros
La fiscalía de Avellaneda/Lanús agravó la imputación contra el oficial Juan Alberto García Tonzo, autor de los disparos que segaron la vida de Bastian Escalante; nuevos videos resultaron determinantes para modificar la calificación del hecho
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La aparición de nuevos videos fue determinante para agravar la situación procesal del policía que mató a Bastian Escalante, el chico de 9 años que caminaba con su madre tras su entrenamiento de fútbol en la Sociedad de Fomento Barrio de La Carne, de Wilde cuando quedó trágicamente en la trayectoria de los disparos que el oficial bonaerense hizo contra motochorros que habían intentado asaltarlo, la noche del 10 de julio pasado.
El policía Juan Alberto García Tonzo estaba detenido desde el 19 de agosto, imputado por exceso en la legítima defensa. Pero el 5 de este mes el fiscal general de Avellaneda/Lanús, Guillermo Castro, citó a la madre del menor y a su abogado, Matías Morla, para comunicarles que la carátula había cambiado a “homicidio” a la luz de la incorporación de nuevas pruebas de cargo.
El dramático suceso –uno más en la larga serie de hechos criminales que azota al conurbano– ocurrió a las 20.37 del 10 de julio, cuando Bastian iba en su bicicleta a ritmo lento acompañado por su madre, Johana Montoya, que caminaba a su lado, tras haber terminado su entrenamiento de fútbol de la categoría 2013.
Apenas habían hecho una cuadra por Caxaraville cuando ella advirtió que un par de motochorros intentaban robarle la moto Rouser NS200 a una persona que vestía de civil y que luego se determinó que se trataba de un policía. Divisó que llegaban otros dos delincuentes y que el hombre asaltado había sacado un arma. Cuando le gritó a su hijo que debían volver urgentemente sobre sus pasos sintió las detonaciones.
Bastian pedaleó hasta que no pudo más; alcanzó a decir “¡ay, ma!”, y cayó al suelo, desvanecido. Johana, desesperada, contó después: “Me decía que le dolía. Cuando vi dónde tenía lastimado me di cuenta de que era en el cuello. Pedí socorro y llegó un patrullero que nos llevó a la UPA [Unidad de Pronta Atención] y de ahí al Hospital Finocchieto. Solamente lo vi al policía. Tampoco vi que los chorros dispararan cuando iban a toda velocidad por al lado nuestro por Caxaraville huyendo de la balacera... Al único que le vi un arma fue al policía”.
Uno de los proyectiles entró por la cervical derecha de Bastián y salió por su hombro izquierdo. Y el otro impactó en el omóplato. En el hospital sufrió un shock hipovolémico por hemorragia aguda y dos paros cardiorrespiratorios. Superó el primero, pero mientras lo operaban hizo un segundo paro y murió.
Se determinó que el autor de los dos tiros que alcanzaron a Bastian fue García Tonzo, integrante del Comando de Patrulla de Avellaneda. Los primeros peritajes realizados por la Policía Federal establecieron que las únicas ocho vainas servidas encontradas en el lugar del hecho fueron disparadas por una sola arma, la que portaba el agente, una “pistola semiautomática de acción simple y doble, calibre 9x19 mm (9mm Luger), marca Bersa, modelo TPR9, con numeración serial 13-J84797″.
En el mismo informe, dirigido al fiscal Juan Ignacio Colazo, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) N°2 del Fuero de Responsabilidad Juvenil de Lomas de Zamora, se precisó: “Las vainas servidas individualizadas como N°1, 2, 3, 4, 5, 6, 8 y 15 han sido percutadas por dicha arma de fuego”, precisaron. Además, en los videos recogidos y adjuntados a la investigación no se advirtió que los asaltantes exhibieran armas ni que hubiesen disparado.
Un segundo peritaje de la Federal estableció que “los seis cartuchos de balas secuestrados eran de uso prohibido”, ya que eran “munición de proyectil expansivo y con envoltura metálica, sin punta y con núcleo de plomo hueco o deformable, con cabeza chata, con deformaciones, ranuras o estrías capaces de producir heridas desgarrantes en toda otra actividad que no sea la de caza o tiro deportivo”.
Con relación a las vainas encontradas en el lugar, se volvió a comprobar que habían salido de la pistola del policía. Y que otras cuatro no pudieron ser certificadas por el estado en el que estaban, ya que no eran aptas para dicha arma, sino para caza o tiro deportivo y provocan un daño tremendo.
La conclusión final fue que la pistola Bersa de García Tonzo estaba en condiciones de ser disparada, fue la única arma secuestrada y las vainas halladas le pertenecían.
Vaivenes del caso
El policía había sido beneficiado el 23 de julio pasado con la excarcelación; se ponderó que no existía riesgo de fuga ni de entorpecimiento del proceso. Pero con la incorporación de los nuevos peritajes esa decisión fue revertida el 19 de agosto por la Sala II de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora. Los jueces Pablo Little, Alejandro Rojas y Esteban Baccini destacaron los peligros de “entorpecimiento” que podría haber en la investigación, por lo que ordenaron la “inmediata detención”.
“El fiscal general nos acompañó desde un primer momento y corrigió los errores que cometió el fiscal Colazo. Por eso ahora iremos por el homicidio agravado, que es lo que encuadra esta causa. Tal como vaticiné desde el primer momento, y se cumplieron todos los pasos, Tonzo terminará con prisión perpetua”, expresó a LA NACION Matías Morla, abogado de los padres de Bastian.
Más indicios
En la investigación se accedió al contenido del celular de García Tonzo y se encontraron las siguientes búsquedas en Internet: “lesiones graves por exceso en la legítima defensa” y “abogado penalista en Wilde”. También aparece un diálogo con un tal Oscar, que horas después del asesinato le pregunta: “¿Cómo estás, negro?”, a lo que el policía le respondió: “Sí, sí, yo bien. Un momento de mierda, pero bien”.
En un nuevo video incorporado a la causa se ve que el policía sigue disparando cuando los delincuentes ya se habían ido de la escena del asalto. Además se advierte que dispara, hace una pausa y vuelve a gatillar.
También se ve que apenas termina de disparar, regresa al lugar donde había dejado su moto, cuando él había manifestado que fue a ayudar a Johana, que se encontraba en la esquina con su hijo herido en brazos.
En otra de las filmaciones, en la que se recopila solo el audio de las distintas cámaras de seguridad aportadas por vecinos, se escuchan al menos diez detonaciones y alcanzan a percibirse los llantos y gritos de la madre de Bastian.
En el minuto 7 de ese compilado se ve cómo llegan en dos motos los delincuentes que intentan atacar al policía, pero no se advierte que portaran armas. Se visualiza que García Tonzo abre fuego, se guarece detrás de una columna de luz, luego avanza hasta mitad de cuadra, aproximadamente, y sigue disparando.
En el minuto 10 consta un relevamiento de impactos de bala y se observa los impactos de los disparos que efectuó García Tonzo en distintas casas aledañas. Y en el minuto 11 surge otro dato que marca que los impactos de bala en las propiedades salieron del lado del policía, descartando que los delincuentes hayan disparado durante en su huida.
Respecto a este último video incorporado, Morla aporta: “Su análisis resultó clave porque se observó la mentira de García Tonzo. Él disparó cuando los delincuentes ya habían escapado, sin ningún sentido. Y encima, cuando terminó su faena, volvió como si nada al lugar donde estaba su moto y no fue a auxiliar a Johana, como dijo. Ahora solo queda elevar a juicio y hacer justicia por Bastian”.
Mientras tanto, el defensor de García Tonzo renunció a la representación del imputado. Hoy, la madre de Bastian se presentará a declarar ante el fiscal Mariano Zito por una investigación paralela que puso el foco sobre la oficial Paola Perrino, sospechosa de encubrir y entorpecer la investigación. Ella fue la primera en llegar a la escena del crimen y la fiscalía quiere saber si dio al resto de los policías la orden de que levantaran las vainas halladas en el piso, como denunció Johana Montoya, quien sigue implorando y exigiendo justicia: “No voy a parar hasta que pague por lo que hizo, destrozar para siempre una familia y los sueños de mi hijo”.
Lo que viene ahora es el pedido de elevación a juicio que Morla, en su rol de querellante, solicitará a la brevedad, pero con una nueva carátula: la de homicidio agravado, con una pena de prisión perpetua.
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