ADN del crimen: violentos menores roban en piraña y son jefes de bandas
En los últimos dos meses aumentó la cantidad de jóvenes de entre 13 y 15 años detenidos por delitos graves
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Se juntan para salir a robar en la modalidad piraña. Armados, no dudan en pararse frente a un automovilista, rodearlo, apuntarle a la cabeza y enfrentarse a balazos con la policía. Tienen entre 13 y 15 años. Por su edad, no son punibles para la ley, así que, si los detienen, el Estado los manda a sus casas. Pero la mayoría no cuenta con familias que los contengan. Entonces, regresan rápidamente a la calle, donde consiguen un arma con notable facilidad.
No están escolarizados, pero tienen la capacidad de manejar el automóvil que roban y no dudan en disparar a los policías que los persiguen. Son más violentos que los mayores. Dejaron de ser miembros de relleno en las bandas para convertirse en jefes de los grupos delictivos que, tanto en la modalidad piraña como en manada, asaltan a vecinos que van a trabajar, a los alumnos que se dirigen a colegios o a los comerciantes.
Los menores de 13 a 15 años que no se dedican a robar son elegidos por los jefes de las bandas de narcotraficantes que dominan el conurbano para que se desempeñen como sicarios. Cuando cumplen 16 años, los narcos los descartan porque pueden ser objeto de procesos penales. Ese es el perfil de los menores delincuentes que protagonizaron los hechos de sangre más importantes este año.
Según fuentes oficiales, ascendieron 3,5% los homicidios protagonizados por menores de edad y el 65% los delitos cometidos por menores fueron con armas de fuego. Además, hay chicos menores de 10 años que cometieron delitos en más de una oportunidad.
Pero en los últimos 60 días la situación se agravó. Según fuentes judiciales, hasta agosto, en un juzgado de Garantías del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil bonaerense, con jurisdicción en una de las zonas de mayor conflictividad criminal del conurbano, se dictaban dos medidas de seguridad por turno contra un menor no punible.
A partir de septiembre, en ese mismo juzgado se dispusieron ocho medidas de seguridad por turno contra chicos menores de 16 años.
Debido a que no se los puede procesar penalmente porque para la ley son no punibles, los chicos detenidos por cometer delitos deben ser sobreseídos y enviados con sus familias. Aunque el artículo 64 de la ley 13.634 concede al magistrado la posibilidad de dictar una medida de seguridad, también conocida como “medida restrictiva de la libertad ambulatoria”. El efecto práctico de esta medida radica en que el chico que cometió un delito, aunque tenga menos de 16 años, sea alojado en un instituto de menores.
Esta medida de seguridad se puede extender hasta que el menor delincuente cumpla los 18 años y se dicta para casos en los que los chicos fueron acusados de episodios de violencia extrema, como homicidios o lesiones gravísimas. La aplicación de la denominada medida de seguridad depende de la gravedad el hecho. El juez aplica dicha medida luego de analizar el informe de un grupo asistentes sociales y psicólogos que entrevistaron al adolescente y realizaron un informe socioambiental de la familia para corroborar que, en caso de enviarlo a la casa, tendrá contención afectiva. En la práctica esa contención familiar no existe.
El chico que atacó a la madre
Este fue el caso de J., de 13 años, quien fue detenido el 2 de noviembre pasado a las 23, en la esquina de Chacho Peñaloza y José Tallón, de Villa Centenario, partido de Lomas de Zamora. Junto a un cómplice, de 15 años, a quien se identificará como N., y con otros tres menores se hicieron pasar por un cliente de una aplicación de remises, pidieron un vehículo para que los pasara a buscar por Venzano al 900. Cuando el conductor del remise llegó a la dirección requerida, fue rodeado por un grupo de chicos que, en la modalidad piraña, le robaron su Fiat Siena, el celular y $ 3000 de recaudación.
“Estás puesto”, le dijo J. al remisero mientras le apoyaba en la cintura lo que el testigo definió como un “adminículo”, aunque los investigadores policiales indicaron que podría haberlo apuntado con un arma. Esta presunción se fundó en que, a siete cuadras del lugar del robo, los efectivos de la policía bonaerense que habían sido alertados del robo a través de una comunicación al número de emergencias 911 interceptaron el Fiat Siena, conducido por J., y mantuvieron un tiroteo con el menor de 13 años N. y el resto de los asaltantes. Todos estaban armados.
Ante la violencia expuesta por J. y N., el juez de Garantías del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil dispuso la medida de seguridad para ambos chicos. En el caso de N. se concretó. Pero el Organismo Provincial de la Niñez y Adolescencia de Buenos Aires indicó que no alojaban a menores de 14 años en los institutos.
El problema con J. se agravó porque sus padres se negaron a recibirlo. Ni la familia ni el organismo del que dependen los institutos de menores de la provincia de Buenos Aires se querían hacer cargo del menor delincuente.
Hace dos días, la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Lomas de Zamora revocó la medida de seguridad contra J. y N. aplicada por el juez de Garantías, y los chicos, de 13 y 15 años, detenidos por robar con armas y disparar a los policías que los detuvieron recuperaron la libertad. La madre de J. denunció que este intentó apuñalarla y se negó a recibirlo en la casa.
Los menores no punibles no necesitan de una resolución judicial para volver a la calle. En muchos casos, se escapan de los institutos de menores. Se trata de centros de detención que dependen del Organismo de la Niñez y que no tienen guardiacárceles o uniformados que los custodien, sino celadores con guardapolvo.
Juli tiene 15 años y había sido detenida en septiembre pasado en el barrio Corimayo, del partido de Almirante Brown, acusada de interceptar a una adolescente cuando regresaba a su casa, luego de vender ropa en el centro de Burzaco. Junto con una cómplice, de la misma edad, descendió de una moto, le arrebató la bolsa con ropa a la víctima, le asestó un corte en una mano y otro en las costillas, la arrojó a la zanja y le robó el celular.
Hace dos días, Juli huyó del Centro de Contención Pelletier, en La Plata. Ella y su cómplice, también, de 15 años, fueron acusadas de 30 robos cometidos en Corimayo.
Hace seis meses, el Organismo de la Niñez y Adolescencia dictó una resolución en la que dispuso que los menores de 16 años para los que se dictaran medidas de seguridad debían ser alojados en centros de contención, como el Pelletier, de La Plata.
Esos centros de contención cuentan con un régimen de semilibertad, no cerrado como los institutos de menores, por lo que en casos de chicos acusados de delitos graves como homicidios existe la posibilidad concreta de la fuga. Tal como ocurrió con Juli, acusada de intento de asesinato.
Nada hizo el Estado con respecto a los menores no punibles indocumentados. La ley no autoriza a los fiscales, jueces y policías a tomarles las huellas digitales para identificarlos. Esta circunstancia provocó, por ejemplo, que no se pueda elaborar un registro de las detenciones que tuvieron. El único fundamento para pedir las huellas digitales radica en que exista la sospecha firme de que no se trata de un menor, sino que, en realidad, es un adulto que se hace pasar por un chico para evitar que lo manden a la cárcel.
Tampoco es punible J., la chica de 15 años que acompañaba Leandro Suárez, de 29, el autor material del homicidio del kiosquero Roberto Sabo, en Ramos Mejía. La adolescente, que vive en el barrio Ejército de los Andes, también conocido como Fuerte Apache, fue grabada por una cámara de seguridad cuando actuaba como “campana”, en la puerta del local, mientras su novio mataba a Sabo.
La banda del Audi
Tienen 15 años cuatro de los cinco integrantes de la denominada banda del Audi, que fueron detenidos por la Policía de la Ciudad, acusados de robar automóviles de alta de gama de los estacionamientos en los que irrumpían armados.
Según la investigación encarada por los detectives de la Policía de la Ciudad, esos menores fueron los autores de seis asaltos en los que robaron un Audi A 3 y una camioneta Toyota, después de amenazar con armas al encargado del estacionamiento situado en Paseo Colón e Independencia. El quinto integrante de la banda también es menor. Tiene 17 años. Pero por su edad puede ser sometido a un proceso penal, diferente al que se aplica a los mayores de 18 años.
Durante los últimos cinco días, también fueron detenidos chicos, de 15 años, por distintos robos que, al ser grabados por cámaras de seguridad, tomaron estado público porque se viralizaron los videos.
En Lomas del Mirador, un chico de esa edad fue detenido cuando, con tres cómplices, robó un Ford Mondeo. La policía persiguió a los delincuentes, los apresó y, al revisar al adolescente, secuestraron un revólver calibre .32.
Otros adolescentes de 15 años fueron apresados en Avellaneda y Merlo, respectivamente, por asaltar a vecinos que esperaban el colectivo. En el primero de los casos, ocurrido en Mitre e Independencia, un grupo de delincuentes atacó a un hombre y lo golpearon para que entregara el dinero que llevaba. Debido a que la víctima se resistía, el tercer integrante de la banda, que tiene 15 años, asestó tres puñaladas en el rostro al vecino hasta que logró vencer su resistencia y le pudo robar $2900 que llevaba
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