ADN del crimen. Una estafa millonaria se cruza en la ruta de la "banda del juez"
Oculta detrás del casco de una estancia en Chascomús se esconde una trama de traición y estafa en la que el contador de la dueña del establecimiento rural Haras del Sur S.A. -que no tiene vinculación con el homónimo country ubicado a la vera de la ruta 2- fue procesado por apoderarse de manera irregular del control societario cuando esa mujer quedó postrada a raíz de un accidente automovilístico.
Al advertir la maniobra, la empresaria denunció al contador Alberto Martín David, que, además, es el tesorero del club Deportivo Chascomús. A partir del inicio de una causa en su contra, el acusado recurrió a los servicios del traficante de influencias Fernando Galimberti, quien a su vez se relacionó con Enrique Petrullo, preso por actuar como intermediario del camarista Martín Ordoqui en la denominada "banda del juez" que tiene como principal imputado al exmagistrado César Melazo.
Merced a los oficios del grupo formado por Galimberti, Petrullo y Ordoqui, el contador logró que la denuncia en su contra circulara por distintas fiscalías del Departamento Judicial La Plata con el objetivo de que pasara el tiempo y así se decretara la prescripción.
En mayo de 2011, María Esther Arrix, propietaria de establecimientos rurales, sufrió un accidente automovilístico que le causó graves lesiones que le impidieron movilizarse por sus propios medios. La empresaria sufrió fracturas expuestas y una lesión que derivó en la extirpación del bazo.
"Prácticamente la dieron por fallecida", se indicó en la denuncia. Arrix permaneció postrada durante más de un año y medio.
Sin embargo, la empresaria se recuperó de las lesiones y del estado depresivo que sufría y advirtió que el contador, al que le había firmado un poder para administrar las propiedades mientras estaba imposibilitada de moverse, vendió las acciones de los establecimientos rurales, valuados, en conjunto, en más de US$4.000.000.
"A las aves negras y a los de la AFIP los endulzo con guita", decía el contador David para mostrar su influencia en el organismo de control, según relató Arrix en su denuncia. "Me maltrataba. Él cobraba los cheques y solo me llevaba los vueltos. Estuve postrada en mi casa hasta que empecé a caminar con el andador", describió Arrix en una declaración testimonial.
El engaño
Durante la reconstrucción de la supuesta maniobra fraudulenta, los investigadores habrían determinado que, en 2013, el contador visitó a Arrix mientras estaba convaleciente y le insistió con que firmara un documento para permitirle realizar trámites relacionados con las acciones de sus campos. "David fue muy vehemente al insistir sobre la necesidad de que le firmara el poder", relató Arrix.
Según expresó la empresaria en el expediente, unos días después de haber firmado el supuesto convenio, recibió una carta documento en la que el contador le reclamó que realizara la escritura por la venta de un campo de más de 600 hectáreas. David fundaba su pedido en la supuesta existencia de un boleto de compraventa que Arrix habría firmado.
Sin embargo, la empresaria negó haber vendido sus propiedades y manifestó que nunca había firmado el mencionado boleto de compraventa. Conmocionada por una venta que no hizo.
En la investigación encarada por la fiscal de Chascomús, Daniela Bertoletti, se determinó que, aunque el peritaje caligráfico concluyó que la firma que figura en el boleto de compraventa del 18 de enero de 2013, coincide con las rúbricas consideradas como indubitables, de Arrix, dicho documento fue afectado por una serie de vicios que podrían derivar en una declaración de nulidad.
Un detalle que avaló la presunción de la falsificación del boleto de compraventa fue el cambio de hábitos sobre la forma en la que se realizaban los acuerdos entre Arrix y su contador. Antes del accidente, en los documentos se procedía a la certificación de las rúbricas. Esta costumbre se modificó el día que habría firmado el poder apócrifo.
Además, al revisar los libros contables y las declaraciones juradas de Arrix y del contador, los responsables de la pesquisa no hallaron ningún movimiento de dinero por la supuesta venta. Luego de analizar otros documentos, los investigadores determinaron que el imputado habría realizado varias ventas ficticias del campo de Arrix. Los investigadores determinaron que ni David ni los compradores ficticios contaban con la capacidad económica para adquirir esos terrenos.
Los arrestos
Hace una semana, la fiscal de La Plata, Betina Lacki solicitó al juez de Garantías, Federico Guillermo Atencio, las detenciones de Galimberti y de Petrullo debido a que encontró elementos que indicaron que ambos imputados, junto con el camarista Ordoqui, habrían realizado maniobras para que prescribiera la causa contra David. Petrullo sumó el tercer pedido de captura en su contra porque está preso, con prisión preventiva confirmada por integrarla "banda del juez", en la que además del exmagistrado Melazo figuran acusados policías bonaerenses, barrabravas de Estudiantes y delincuentes comunes.
Según fuentes judiciales, en los celulares secuestrados a Petrullo y Galimberti se hacía referencia a una causa de Chascomús y a la necesidad de armar una reunión entre "el mecánico" y "el carburador".
A partir de la revisión de esos mensajes, los investigadores judiciales encontraron dos términos que, además de la "causa de Chascomús", aparecían en la mayoría de los textos: "el mecánico" y "carburador".
Luego de cruzar información con otros mensajes, los investigadores lograron descifrar el particular glosario. Así se determinó que el término "mecánico" fue elegido por los imputados para referirse al camarista Ordoqui. En tanto que, para mencionar al contador David, tanto Petrullo como Galimberti eligieron el término "carburador".
En los mensajes, los investigadores advirtieron que Galimberti le habría reclamado a Petrullo sobre el pedido del contador para realizar una reunión con Ordoqui, debido a que su situación judicial había comenzado a complicarse.
Los problemas para David habían comenzado cuando el fiscal general de La Plata decidió que la denuncia de Arrix contra su contador debía instruirse en el Departamento Judicial Dolores, con jurisdicción en Chascomús, donde el paraguas protector armado por Galimberti, Petrullo y Ordoqui, no llegaba. El llamado a indagatoria de David, ordenado por la fiscal Bertoletti, interrumpió la prescripción de la causa. La jueza de Garantías, Fernanda Hatchman, confirmó el procesamiento del contador que había sido solicitado por la representante del Ministerio Público de Dolores.
Actualmente, Petrullo y Galimberti están presos. En el caso de Galimberti, el juez Atencio rechazó un pedido de excarcelación, mientras que el camarista Ordoqui está suspendido con un proceso de juicio político en su contra.
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