ADN del crimen: secretos de la guerra de barrabravas que tiene como rehén a Independiente
La ruptura del vínculo de Pablo Moyano y Bebote Álvarez sería el origen de la violencia que rodea en los últimos meses al club de Avellaneda
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Antes de que fueran enemigos, Pablo Moyano y Pablo Alejandro “Bebote” Álvarez eran socios y mantenían vasos comunicantes que permitieron, por ejemplo, echar a Javier Cantero de la presidencia de Independiente. Según la Justicia, en 2013, Moyano utilizó al jefe de la barra brava del club para forzar la renuncia de Cantero y así tomar el poder. Pero, la modificación del estatuto que impidió que Álvarez pudiera participar en la política del club y el ataque a un exdirector técnico, marcaron el quiebre del acuerdo y el inicio de una guerra en la que Bebote busca venganza.
Esa rivalidad quedó expuesta en la interna de la barra brava de Independiente que, en los últimos días provocó una serie de incidentes en las adyacencias del estadio Libertadores de América, que derivaron en las detenciones de 163 integrantes de la facción comandada por Álvarez que, sospechosamente, no figuró entre los apresados.
Además de su guerra personal con Moyano, Bebote lucha por volver a convertirse en el líder absoluto de la barra brava de Independiente. En esa pugna tiene tres rivales: la facción Somos Nosotros, comandada por César Rodríguez, alias Loquillo, el grupo Los Diablos Rojos, liderado por un personaje conocido como Juani y Los de Barracas .
Esta cuarta facción en pugna tiene una curiosidad: ninguno de los integrantes son hinchas de Independiente; la mayoría pertenece a grupos de las barras bravas de Huracán y Barracas Central que tienen como centro de comando la sede del club Juventud Unida, en Barracas.
Si bien se señaló al grupo comandado por Juani y Rodríguez y a Los de Barracas como la barra brava oficial, hasta el momento no existe ninguna causa judicial en la que figuren pruebas del presunto vínculo entre la actual dirigencia encabezada por Pablo Moyano y alguna de las facciones de la barra brava en lucha.
La interna de la barra brava que derivó en los enfrentamientos ocurridos en los últimos días, comenzó con la batalla campal ocurrida el 27 de septiembre de 2021 frente a la sede de Independiente en pleno centro de Avellaneda, cuando se cruzaron tres de los grupos, en el momento en que fueron a retirar los carnets de socios porque volvía el público a las canchas después de la pandemia.
Según fuentes del Ministerio Público de Avellaneda, después de las detenciones de un centenar de integrantes de la facción de Rodríguez, registradas durante el partido con Racing, la banda de Loquillo y la facción de Juani acordaron un volátil pacto de no agresión y se aliaron contra Álvarez.
A ellos se sumaron Los de Barracas, después de un sorpresivo ataque perpetrado por los integrantes de la banda de Álvarez contra la sede del club Juventud Unida.
Dicha alianza incluyó la protección de un grupo de la policía bonaerense con jurisdicción en Avellaneda que, desde que se concretó el acuerdo entre las tres facciones rivales de Bebote, solamente apresó a los miembros del grupo comandado por Álvarez.
El grupo que usa como centro de operaciones esa zona de Barracas es el más peligroso de todas facciones en pugna. “Son todos delincuentes. Ninguno es hincha de Independiente ni forma parte del ambiente de las canchas. Son barrabravas a sueldo, mercenarios”, explicó un funcionario judicial que solicitó mantener su nombre en reserva.
Actualmente, Bebote espera, en libertad, la homologación del acuerdo al que llegó para que, a partir de su testimonio como imputado colaborador, aporte pruebas que permitan fundar una acusación contra el supuesto jefe de la asociación ilícita que se había formado con Pablo Moyano para echar a Cantero del club. Dicho pacto se habría sellado en 2013, época en la que ambos tenían el mismo objetivo.
La “colecta” para viáticos
“El acuerdo con Moyano era echar a Cantero antes que termine el campeonato para poder subir a primera división. Ese fue el acuerdo con ellos. Les dije que los iba a ayudar, que no iban a tener una hinchada con sueldo, pero que de las cosas del folklore se tenían que hacer cargo ellos. Nosotros siempre viajamos a los mundiales con ayuda de jugadores o técnicos. Entonces, me dijo que de lo del Mundial se harían cargo ellos, que no vaya a pedirle nada a nadie. Propusimos un monto de $400.000 en la primera reunión, que abarcaba de director técnico a jugadores. Por eso cuando me imputaron por extorsionar al director técnico Mauricio Pellegrino y al plantel, era falso. Nunca hablé de plata con ellos porque yo tenía todo arreglado con Moyano”, expresó Álvarez en la declaración que fue aceptada por la Cámara de Apelaciones y constituyó una de las pruebas contra el vicepresidente de Independiente.
Según Álvarez, una de las entregas de dinero se habría realizado después de una reunión con el vicepresidente de Independiente, concretada en un club situado en San Blas y Nazca, cerca del estadio de Argentinos Juniors.
Hace tres años, que el fiscal Sebastián Scalera, a cargo de la Unidad de Coordinación para Casos de Delitos Complejos y Crimen Organizado de Zamora, solicitó que sean sometidos a juicio oral los dirigentes de Independiente Héctor Maldonado y Noray Nakis, y los presuntos miembros de la barra brava que comandaba Álvarez, Roberto “Polaco” Petrov, Damián Lagaronne, Italo Ariel Romeo, Gabriel Bertone, César Andrés Godoy, Gastón García, Hernán Palavecino, Eduardo D’Aquila y Carlos Adrián Zambrano.
El líder del sindicato de Camioneros y el jefe de la barra brava de Independiente figuran como acusados en el misma causa. Aunque los sumarios se instruyeron por separado por una cuestión de tiempos procesales, debido a que los dirigentes Nakis y Maldonado y los secuaces de Álvarez fueron indagados antes que Moyano.
En su declaración indagatoria concretada en 2019, Pablo Moyano mencionó a Cantero y a la exresponsable de seguridad del club, Florencia Arietto, a quienes señaló como responsables de la crisis de Independiente.
“Desde que el club es conducido por nosotros, hemos puesto las cuentas al día, hemos pagado los embargos y juicios que nos dejaron las comisiones directivas anteriores, hemos terminado el estadio, arreglado los predios de las infantiles y esta comisión directiva erradicó las barras club. El mismo director técnico Ariel Holan dijo públicamente que cuando fue extorsionado por las barras nos consultó a nosotros qué hacía. Entonces, tanto el presidente como el vice, dijimos que si le ponía un peso a la barra lo despedíamos. No vendo choripanes, no recaudo de los trapitos, no revendo entradas. Esto es un ataque político, judicial y mediático para tapar la inflación, los despidos, los tarifazos y atacar a los dirigentes sindicales y sociales que peleamos por una Argentina para todos”, expresó Moyano en su indagatoria hace casi tres años.
El fiscal fundó el requerimiento contra Moyano en un centenar de testimoniales; documentos e informes del contenido y análisis de escuchas telefónicas; la información obtenida a partir de la apertura de los equipos de telefonía celular secuestrados; el resultado de los peritajes informáticos practicados sobre los elementos hallados en la sede Independiente y en la empresa en la que se confeccionó un padrón de socios paralelo.
“El acuerdo que vinculó a Pablo Moyano, alias “Salvaje” con Álvarez, uno como representante de la dirigencia política del club y el otro como reconocido jefe de la barra brava, puede encontrar su génesis meses antes de la renuncia de Javier Cantero a la presidencia de la institución. El objetivo que perseguían ambos líderes de esta organización, tuvo como norte, por un lado el desplazamiento forzoso de la otrora dirigencia a cargo del mencionado Cantero, ello con el objetivo de catapultar a Moyano al frente de la institución, y por otro lado, recuperar la barra brava, el ‘lugar perdido’, situación que había padecido la facción de Álvarez durante la gestión del presidente saliente”, expresó el fiscal Scalera en la página 740 de 775 del requerimiento para el que presidente de Independiente sea sometido a juicio oral.
En dicho pedido el representante del Ministerio Público valoró, entre otras pruebas: las declaraciones de Lagaronne, Godoy y Romeo que también fueron aceptados como imputados colaboradores.
“Todas las marchas fueron después de la primera reunión con Pablo Moyano. Cantero no renunciaba y me llamaron otra vez al Sindicato de Camioneros, En esa reunión participé yo, Moyano y el Polaco; ahí me dice Pablo que a la negativa que este no hombre no renunciaba, que vayamos a hacer una marcha a la puerta del country de Cantero. Primero íbamos a la sede del club y después nos ponían micros para ir al country”, expresó Álvarez, al declarar como imputado colaborador, según figura en el expediente.
Reuniones en Camioneros
En la página 741 del pedido de elevación a juicio figura la declaración de una testigo que confirmó las reuniones en la sede del Sindicato de Camioneros y se refirió al contenido del acuerdo entre Moyano y Álvarez: “Moyano se reunió con Bebote y le manifestó que necesitaba que vuelva a la barra para sacar a Cantero, a cambio de apoyo económico y político. Parte del acuerdo consistía en que Álvarez, luego que asumiera Moyano, podría formar su agrupación política dentro del club, debido a que su intención siempre fue ser presidente de Independiente”.
Sin embargo, en octubre de 2017, el oficialismo de Independiente, encabezado por Moyano, luego de una asamblea, modificó el artículo 52 del estatuto. Con esa reforma se elevó de 3% por 10% el piso de socios del padrón para poder presentarse a las elecciones para presidente del club.
Esta modificación truncó el sueño del jefe de la barra brava para convertirse en presidente de Independiente y marcó el comienzo del enfrentamiento entre Bebote y Moyano.
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