ADN del crimen. “No tengan miedo y tiren a matar”, la escalofriante orden que llegó en un mensaje de audio enviado desde la cárcel
La Justicia investiga si Brandon Bay organizó el ataque contra la verdulería en la que fue asesinado un empleado de una estación de servicios
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El 1° de mayo de 2020 Brandon Gabriel Bay estaba preso en la cárcel de Coronda. A las 18.20, le mandó un mensaje de audio a uno de sus subordinados para que vaya a una casa que funcionaba como búnker de venta de droga y mate a todos lo que allí se encontrasen. “Disparen a la casa. A todos los que estén afuera de la casa, a todos. A matar. Que no tengan miedo y que tiren a matar. Tiren a la puerta, a la ventana, a todo”, ordenó Brandon a su subalterno. Medía hora después, según la reconstrucción del hecho realizada por la Justicia, Pablo González, alias Macana y un cómplice, conocido como Sebita, abrieron fuego contra la vivienda situada en Islas Malvinas 3248, en San Lorenzo.
Este fue el primero de una serie de asesinatos y ataques a balazos que tenían como objetivo armar una guerra entre bandas dedicadas al narcomenudeo y así poder quedarse con el territorio para vender droga en la zona de Puerto San Martín y San Lorenzo.
Actualmente, Brandon Bay está preso en la prisión federal de Ezeiza y, a partir del 6 de junio próximo, comenzará a ser juzgado por su presunta responsabilidad en tres asesinatos, dos intentos de homicidio y dos ataques a balazos ocurridos en mayo de 2020 y agosto de 2019, en San Lorenzo y en Rosario.
En el requerimiento de elevación a juicio, los fiscales Matías Edery, Luis Schiappa Pietra y Aquiles Balbis acusaron a Brandon Bay de ser el instigador de los homicidios de Gerardo Pérez, Rodrigo Gigena y Brian Sánchez.
Además, le imputaron ser el jefe de una asociación ilícita, que también integraban Fabián Agustín Sandoval, Pablo Damián González, alias Macana; Nair Cintia Estrella, Yazmín Abilene Espín, Juan Manuel Álvarez, alias Pera; Franco Raúl Torres, alias Kapote; Florencia González, Claudio Gustavo Rios, alias Primo y Maximiliano Deniz, alias Marrón.
Según los representantes del Ministerio Público, los acusados habrían formado parte de una asociación ilícita que se dedicó a cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad y contra la administración pública, en San Lorenzo y en el Barrio Tiro Suizo, de Rosario.
En un mensaje de audio, Brandon Bay le dijo a su pareja, Cintia Nair Estrella, tenía la intención de “mandar a un par de personas para matar una banda de viejos, viejas, inocentes y así ocasionar una revolución en San Lorenzo”.
Además, la Justicia investiga si tuvo alguna vinculación con el ataque contra la verdulería situada en Corrientes y Gutiérrez, en el barrio Tiro Suizo, ocurrido el 3 de mayo pasado, en el que fue asesinado el playero Mauro Villamil.
Los investigadores tienen indicios que apuntarían que subordinados de Brandon Bay habrían sido los autores materiales de los disparos.
Fue el segundo ataque contra el comercio, en un año. Ambos tiroteos habrían sido provocados porque el propietario no había pagado una deuda de drogas.
Ante la falta de respuestas a la primera advertencia, el 3 de mayo pasado, los soldaditos de Brandon Bay habrían disparado contra el local y mataron a un inocente -Villamil- e hirieron a dos mujeres que no tienen ninguna relación con el dueño del comercio que posee un local, situado al lado de la verdulería, donde se vende droga.
Esa droga, según los investigadores judiciales, habría sido comprada al grupo liderado por Brandon Bay.
Ametralladoras, a mano
“Tenés que preparar la metra con las balas y tenés que ir en remis al Fonavi. Dale la metra y decile a aquellos que mi primo está en camino para San Lorenzo. A Tati, Macana y Agustín, deciles que tienen que ir para San Lorenzo. Mi primo está haciendo la punta y no hay nadie. Esta es la hora para pasar con los fierros para allá”, le dijo Brandon Bay en un mensaje de audio, enviado el 25 de mayo de 2020, por la mañana.
Dicho mensaje formó parte de la planificación del homicidio que se concretó ese día, a las 19. El destinatario de esa orden fue Juan Manuel Álvarez, alias Pera, quien tenía a su cargo el manejo de las armas y vehículos de la organización.
A partir de la reconstrucción realizada por lo investigadores judiciales, que revisaron más mensajes, se determinó que la sucesión de episodios que terminaron con el homicidio de Gerardo Pérez, conocido como Pecho, comenzó a las 14.20 cuando el sospechoso, que habría sido identificado como Agustín Sandoval, se trasladó desde la casa situada. Roca Nº 5173, donde vive Nair Estrella, pareja de Brandon Bay, en el barrio Fonavi, de Villa Gobernador Gálvez.
Cuando llegó allí, se dirigió al departamento N° 7 y recibió la moto Yamaha azul, con la que se trasladó hasta la avenida Costanera, en San Lorenzo, donde se encontró con otro sicario, que habría sido identificado como Claudio Gustavo Ríos, alias Primo.
La Justicia determinó que Sandoval y Ríos, a bordo de la mencionada moto se dirigieron a la casa situada en Díaz Vélez Nº 4152. Ríos descendió de la moto, golpeó la puerta de la casa y cuando, Pérez abrió, le dijo: “a vos, te cabe”.
Al mismo le disparó un balazo que lo hirió de gravedad en el abdomen y le provocó una hemorragia interna que le causó la muerte.
Según consta en el expediente, Brandon Bay le ordenó a su pareja que le pagara a Sandoval $4000 por haber conducido la moto. Dicha suma, que en la actualidad equivaldría a $ 18.000 es la que cobraba un sicario por cada ataque.
En agosto de 2019, Brandon Bay, ordenó otro asesinato desde la cárcel. En esta oportunidad, la víctima era Javier Osuna, pero los sicarios de Brandon se confundieron y mataron a Rodrigo Gigena, por error.
Al declarar ante los representantes del Ministerio Público, Ozuna explicó que vivía a pocos metros de la casa de Gigena y que sabía que los balazos disparados el 19 de agosto de 2019, eran para él. Admitió que, debido a su parecido físico con Gigena y a que ambos viven en un pasillo, era posible que se hubieran confundido.
Ozuna, agregó que los responsables del ataque eran rosarinos y que tenían como objetivo quedarse con el negocio del tráfico de estupefacientes.
Como parte de la planificación, el día anterior al homicidio se concretó este diálogo entre el jefe narco y el encargado de la logística.
“Escuchá, necesito que te fijes en las metras para mañana, porque las vamos a usar. Para Agustín, la pistola, la cuadrada. Organizame todo para mañana, no te cuelgues”, ordenó Brandon Bay desde la cárcel, al referirse a la “cuadrada”, como una pistola calibre 9 mm.
“No, no. Estaba durmiendo”, respondió Álvarez, sorprendido.
“Bueno preparame esa ametralladora y la cuadrada que tiene Agustín y preparame balas de 9 mm. ¿Hay balas de 9mm?”, insistió Brandon.
“Eh. Sí”, respondió Álvarez mientras se desperezaba.
Un informe realizado por los efectivos de la División Investigaciones de la policía de Santa Fe concluyó que Brandon Bay había ordenado concretar una serie de ataques para provocar una guerra entre las bandas que dominan la venta de droga en San Lorenzo.
Esas organizaciones estaban comandadas por narcos identificados como Willy Velázquez, Pipi Leys y Dany Godoy, vinculado con la barra brava de Newell’s Old Boys.
“Los homicidios formaron parte de una operación para que pareciera una guerra entre ellos. Pero, en realidad los únicos beneficiados con esa disputa serían los rosarinos. Tanto el homicidio de Gigena, como otros dos asesinatos se habrían ordenado desde la cárcel de Coronda. El autor intelectual del homicidio de Gigena habría sido un sospechoso identificado como Brandon Bay”, se indicó en el informe policial, elaborado en agosto de 2019.
Brandon Bay estaba obsesionado con dominar el territorio en San Lorenzo. El 14 de marzo de 2020, a las 23.26, ante la desaparición de uno de los soldaditos que llevaba droga, llamó desde su celular 03411275 . . . al teléfono de una integrante de la banda rival y le advirtió: “¿me escuchas? Si no aparece el paquete, y si no aparece el pibe . Te vamos a matar. Así nomás. Te matamos a vos y a toda tu familia. Escuchaste?”.
“¿Quién habla?”, preguntó una mujer, del otro lado de la línea.
“Fijate cómo te vamos a matar. Sabés todos los que matamos en San Lorenzo. Habla Brandon Bay, soy el que maneja toda la droga en San Lorenzo”, concluyó el jefe narco, desde la cárcel.
El tercer homicidio por el que Brandon Bay será juzgado ocurrió el 28 de mayo de 2020. Según la investigación judicial, los sicarios del jefe narco dispararon 21 balazos contra un grupo de jóvenes que estaban en la cancha de fútbol situada en la esquina de Mitre y Perú, en San Lorenzo.
La víctima fue identificada como Brian Sánchez. Mientras que Carlos Rodrigo Sotelo, un amigo que estaba sentado a su lado, resultó herido y salvó su vida de milagro.
Minutos antes del ataque, uno de los cómplices de Brandon Bay le mandó un mensaje en el que le comunicó que habían elegido como blanco al grupo de cuatro jóvenes sentados en la cancha de fútbol.
Entonces, Brandon Bay respondió: “Con la tarta. prrrrrrr, en la cara. Sí, desde arriba, sin bajarse”. La víctima, Brian Sánchez, era un inocente que no tenía ninguna vinculación con los narcos.
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