ADN del crimen. Báez Sosa, el asesinato más filmado en la historia penal
Vestido con un pantalón de jeans, con el torso descubierto y con una remera que cuelga de su hombro izquierdo, Fernando Báez Sosa aparece rodeado de amigos en el video. Luego, se observa en escena a Ciro Pertossi, quien se acerca desde atrás y ataca a la víctima. En el siguiente cuadro figuran varios agresores, entre los que se advierte a Blas Cinalli. Segundos después, Fernando cae en el piso a raíz de la violenta golpiza. En ese momento,la grabación se interrumpe, supuestamente porque Lucas Pertossi, deja de filmar para sumarse a la agresión. Eran las 4.44 del 18 de enero pasado y uno de los diez imputados por el homicidio de Fernando, grababa con su teléfono celular el momento en el que comenzó el ataque que terminó, sesenta segundos después, con el joven asesinado a golpes de puño y patadas.
La secuencia corresponde a uno de los tres archivos de video hallados por los investigadores del homicidio de Fernando, en el celular de Lucas Pertossi, uno de los diez imputados por el asesinato.
Dos cámaras de seguridad del Municipio de Villa Gesell, el celular de un transeúnte que nunca fue identificado y el teléfono de uno de los agresores registraron desde distintos ángulos el ataque que terminó con el homicidio de Fernando. Estos videos contenidos en diez archivos sirvieron para probar que Ciro, Luciano y Lucas Pertossi, Tomás Enzo Comelli, Blas Cinalli, Máximo Thomsen, Matías Benicelli y Ayrton Viollaz participaron en la agresión contra Fernando. Esas imágenes también fundaron la decisión de la fiscalía de pedir el sobreseimiento de Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino.
Nunca en la historia penal argentina un asesinato fue tan filmado. En este caso, la Justicia contó con cuatro cámaras distintas que grabaron la agresión y que constituyeron pruebas clave para reconstruir cómo fue el ataque y que, además, fundaron la calificación penal por la que la fiscalía solicitó que sean sometidos a juicio: homicidio agravado.
Con esta calificación, en caso que, eventualmente, los acusados sean condenados en un juicio oral, podrían recibir una pena de hasta reclusión perpetua.
Las imágenes grabadas por las dos cámaras de seguridad, el celular de un transeúnte y con el teléfono del acusado Lucas Pertossi, se transformaron en las herramientas con las que la fiscal Verónica Zamboni pudo determinar que a Fernando lo atacaron a traición, que le pegaron mientras estaba indefenso en el piso y que hubo más de un agresor.
Si no hubiera contado con los diez archivos de video grabados por los mencionados dispositivos, a la representante del Ministerio Público se le hubiera dificultado demostrar que a Fernando lo mataron durante un ataque, en el que los agresores actuaron de forma coordinada, con alevosía y en el que los atacantes se aprovecharon del estado de indefensión de la víctima.
Las pruebas del delito
Tanto la proliferación de las cámaras de seguridad instaladas por los distintos municipios y por particulares, como el avance tecnológico por la masificación del uso de celulares con dispositivos de grabación, sumado a la posibilidad de compartir esas imágenes en redes sociales, permitió que los delitos se puedan ver casi en vivo y en directo. Esto ocurrió con el homicidio de Fernando.
En los meses posteriores al crimen en Villa Gesell, hubo otros asesinatos que fueron grabados por cámaras de seguridad. A mediados de diciembre, Santiago Stirz, de 43 años, fue asesinado de un balazo en la cabeza, cuando circulaba con su bicicleta, en el barrio La Loma, en La Plata. El ataque perpetrado por dos delincuentes que salieron a robar en una moto quedó grabado por las cámaras de seguridad de dos vecinos.
Hace dos meses, Carlos Álvarez Allende, de 44 años, que trabajaba como repartidor a domicilio, fue asesinado por cuatro asaltantes que lo persiguieron en dos motos para robarle su vehículo. Álvarez Allende se refugió en una estación de servicio. Hasta allí lo siguieron los delincuentes que lo rodearon y lo mataron de cinco balazos. El asesinato fue grabado por una cámara de seguridad. Esas imágenes permitieron a los investigadores judiciales y policiales obtener la primera pista que derivó en las detenciones de cuatro sospechosos. Uno de los de los asesinos tenía 15 años.
A diferencia de ambos episodios, en la investigación del caso Baéz Sosa, las imágenes grabadas con las cámaras de seguridad sirvieron para que fueran descartadas las hipótesis planteadas por la defensa de los acusados que indicaba que estos no tuvieron la intención de matar.
Según los argumentos de la defensa, algunos de los imputados habrían sido responsables del denominado homicidio preterintencional, una figura penal que establece un castigo de entre tres y seis años de prisión para los acusados.
Sin embargo, los videos incorporados en el expediente derrumbaron el argumento de la defensa. Durante el proceso, esas pruebas fueron respaldadas con las declaraciones de treinta testigos, los informes de la autopsia y del peritaje escopométrico que, por ejemplo, estableció que la impronta parcial de la suela de la zapatilla levantada por los forenses del rostro de la víctima coincide con la huella del calzado que corresponde a Máximo Thomsen.
Cuando los diez imputados fueron detenidos en el complejo de departamentos que alquilaron para pasar las vacaciones en Villa Gesell, los policías secuestraron veinte pares de zapatillas. En el acta del procedimiento realizada por los policías y supervisada por un funcionario judicial, se consignó el secuestro de un par de zapatillas, que fueron identificadas como pertenecientes al sospechosos Thomsen. La suela de ese calzado quedó marcada en el rostro de Fernando porque, durante la agresión, le aplicaron un pisotón en la cabeza.
A casi un año del homicidio del joven estudiante no pudieron establecer la identidad del transeúnte que grabó la agresión con su celular y compartió en video en redes sociales.
"En este video se observa estacionado un vehículo gris detrás del cual, y casi sobre el cordón de la vereda, se ve un tumulto de personas. Se puede observar que una persona vestida con remera blanca y zapatillas blancas cae al suelo, mientras es golpeado por otros tres sospechosos. Uno de ellos, vestido con remera negra, le pega con la pierna izquierda dos patadas en la cabeza. Siempre, mientras la víctima permanece en el suelo, otro agresor vestido con camisa o remera blanca, de mangas cortas y pantalón oscuro, lo pisa dos veces y luego le propina una patada en la cabeza. Un tercer sujeto, vestido con camisa blanca manga larga y bermuda marrón, lo pisa", así describió la fiscal el contenido del video que registró el ataque desde otro ángulo, al nivel de la calle y que fue grabado por un testigo que nunca fue identificado.
Dicho video ubicó a Thomsen en la escena del ataque cuando le pisaba la cabeza a Fernando, tal como fue probado con el peritaje realizado a la suela de su zapatilla.
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