ADN del crimen. Un peligro para menores se esconde detrás de los juegos en red
Acosadores y abusadores sexuales cambiaron sus métodos para ganarse la confianza de los menores a los que someten y para compartir las imágenes que tomaron de las víctimas. Durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio establecido a raíz de la pandemia del virus Covid-19, los delincuentes sexuales recurrieron a juegos en red para captar la atención de niños y adolescentes.
Según Hernán Navarro, abogado, fundador de Grooming Argentina, una ONG dedicada a la prevención de este delito y profesor de Derecho Penal en la Universidad de Morón, los juegos en red más utilizados por los acosadores para ganar la confianza de los menores son Discord, Roblox, Fortnite y Among Us.
"Después de establecer una primera conversación con las víctimas, los acosadores pasan a otra plataforma para continuar con el diálogo. Así la charla sigue a través de WhatsApp, pero el vínculo inicial se concreta a través de algunos de esos juegos", expresó Navarro.
En una fiscalía del Ministerio Público de La Matanza se inició una causa judicial contra un delincuente sexual que acosó a una niña, de 9 años. De acuerdo a lo que figura en la denuncia, el primer contacto entre el agresor y la víctima se concretó cuando la menor jugaba en red a través del Among Us.
Otro caso similar fue denunciado en la ciudad de Crespo, en Entre Ríos. La víctima fue un chico, de 11 años. El acosador logró vincularse con un grupo de menores que jugaban al Fortnite y les hacía regalos pagos que les permitían avanzar de nivel para seguir participando en el juego en red.
Días después, uno de los menores recibió en su celular un mensaje a través de WhatsApp con un código para acceder a otro nivel en el juego. Con este ardid, el acosador logró ganar la confianza del chico. El caso comenzó a ser investigado por el Ministerio Público de Entre Ríos.
Este primer paso para el delito de grooming a través de los juegos en red, se produce a pesar que en algunas de esas plataformas existe la prohibición de que los participantes se pasen los números de teléfonos. No obstante, los acosadores de menores, lograron encontrar la forma para eludir la norma fijada por las empresas que comercializan esos juegos en red.
La figura penal del grooming fue incluida en el Código Penal a partir de la sanción de la ley 27436. En el artículo 131 se estableció una pena de 6 meses a 4 de años de prisión, para el que "por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma".
"Durante la pandemia se derrumbó el paradigma que indicaba que los delincuentes sexuales recurrían a la utilización de perfiles falsos para ganar la confianza de las víctimas. En los últimos tiempos se denunciaron muchos casos en los que los agresores usaron sus identidades reales o, directamente, no se ocultaron detrás de la foto de un niño o una niña para establecer el primer contacto con los menores", agregó Navarro.
Allanamientos de urgencia
Entre la Nochebuena y la Navidad pasadas, hubo dos episodios que confirmaron el cambio de metodología utilizado por los delincuentes sexuales.
Horas antes de la Nochebuena, en el Centro de Investigación Judicial, del Ministerio Público de la Ciudad de Buenos Aires, se recibió una denuncia de la ONG National Center For Missing and Exploited Children (NMEC) que había sido alertada por la empresa Google sobre un usuario que subió a la denominada "nube" un video en el que se grabó el abuso sexual de una niña.
Luego de identificar al titular del celular utilizado para distribuir las imágenes de pornografía infantil y los abusos, los fiscales Claudio Oviedo y Marisa Monti solicitaron al juez de Garantías de Morón, Jorge Rodríguez, las órdenes de allanamiento, ante la posibilidad de que existiera un menor con riesgo de vida, tal como denunció la ONG de Estados Unidos.
Al allanar la casa, los investigadores no hallaron a la menor que era estaba con riesgo de vida, pero encontraron el vehículo en el que se concretó el abuso sexual y una importante cantidad de plantas de marihuana que eran cultivadas por el hijo del pedófilo.
Cuando los fiscales y los policías irrumpieron en la vivienda del imputado, situada en Hurlingham, el acusado, un mecánico, de 47 años, se sentó a tomar mate, en un rincón de la casa. Relajado, el sospechoso tenía la presunción que no venían por él, sino por su hijo, que tenía cuatro plantas de marihuana, que cultivaba en el interior de un placard recubierto con láminas de aluminio y rodeado de lámparas para darles calor y luz.
Pero, la actitud del mecánico cambió drásticamente, cuando los fiscales y los policías comenzaron a preguntar por una niña y pusieron la atención en el automóvil Volkswagen Voyage que estaba estacionado en el garaje de la casa.
Al principio, la familia del acusado, que vivía con su pareja, que tenía una hija y una nieta, de 5 años, negó la posibilidad de que el mecánico hubiera grabado imágenes de la pequeña en poses sexuales.
No obstante, los investigadores, secuestraron el vehículo y detuvieron al mecánico y a su hijo, quien fue imputado en un expediente aparte por comercialización de drogas.
Al revisar las imágenes de la menor en situación de abuso que fueron grabadas por el sospechoso, los investigadores lograron establecer que el fondo correspondía al tapizado de un automóvil, similar al que le secuestraron al mecánico acusado.
Cinco días después, los representantes del Ministerio Público realizaron el segundo allanamiento en la vivienda del mecánico. Con el acusado detenido, la presión que podía ejercer sobre la familia de su pareja había desaparecido. Así, se estableció que la menor grabada en situación de abuso era la pequeña nieta de la pareja del acusado. El mecánico habría aprovechado los momentos en los que se quedaba solo con la pequeña para llevarla a su automóvil y grabarla. Esas imágenes quedaron guardadas en la "nube" de fotos de la aplicación de Google, en el teléfono celular del imputado.
En este detalle, los investigadores advirtieron el cambio de método de los abusadores sexuales. Confiado con que las fotos o imágenes que guardaba en su celular no las puede ver nadie más que el dueño del teléfono o los usuarios con quien comparta esos archivos, el mecánico abusador dejó las fotos en la denominada "nube" de Google. Entonces, la empresa que tiene su sede en Estados Unidos, advirtió que el usuario de un celular subió a la "nube" imágenes de una niña en situación real de riesgo de vida y alertó a la ONG National Center For Missing and Exploited Children (NMEC).
El mismo origen tuvo la denuncia que, horas antes, inició una investigación en la fiscalía platense a cargo de Cecilia Cordfield. Esta investigación terminó con la captura de un enfermero del Hospital de Niños de La Plata por distribuir pornografía infantil.
Tanto Cordfield, como Monti y Oviedo forman parte de la denominada red 24/7. Esto significa que el Ministerio Público bonaerense tiene un fiscal por cada departamento judicial bonaerense que está de turno las 24 horas, los siete días de la semana, para intervenir en denuncias de abuso sexual de menores a través de internet. La red de fiscales 24/7 se extiende a todo el país.
Un caso paradigmático
La condena contra un distribuidor de pornografía infantil en Villa Tesei, partido de Hurlingham, a cinco años y medio de prisión refirmó el hecho del cambio de modalidad de distribución de imágenes de abuso de menores.
A Walter Javier Pandini le descubrieron 128 archivos con imágenes de menores en situación de abuso que compartió en la "nube" de fotos.
Pandini fue detenido en marzo por los fiscales Monti y Oviedo. Siete meses después, el juez del Tribunal Oral N° 2, de Morón, Osvaldo Cedarri, lo consideró responsable de la "publicación de representaciones de menores de 18 años de edad dedicados a actividades sexuales explicitas reiterados en ciento veintiocho hechos, seis de ellos agravados por ser la víctima menor de trece años de edad".
Al describir los hechos por los que fue condenado, el magistrado sostuvo que el imputado también cometió el delito de "tenencia de representaciones de personas menores de edad dedicados a actividades sexuales explícitas y de la representación de sus partes íntimas".
Actualmente Pandini está preso en una cárcel del Servicio Penitenciario Bonaerense, pero los fiscales siguen con la investigación para tratar de establecer para qué utilizaba las cinco cuentas de correo electrónico que guardaba en una caja fuerte que tenía en su casa.
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