ADN del crimen: mató, lo condenaron, nunca fue preso y con apoyo político es el líder de la barra de Racing
Enrique Rulet fue sentenciado a 12 años de prisión por el homicidio de Nicolás Pacheco; pero está libre, al igual que los otros dos cómplices que recibieron igual pena por ese crimen, pese a que la Cámara de Casación confirmó el fallo
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Para la Justicia, Enrique Rulet, alias el Boxeador, es un asesino. Pesa sobre él una condena a doce años de prisión por el homicidio de Nicolás Pacheco, el periodista partidario de Racing, asesinado en enero de 2013 en la sede Villa del Parque del club de Avellaneda. A pesar que la sentencia del Tribunal Oral N° 23 fue confirmada por la Cámara de Casación Penal, Rulet está en libertad y sigue al mando de la barrabrava de Racing.
Hace diez días, como uno de los jefes del grupo radicalizado de la hinchada de Racing protagonizó una emboscada en un restaurante de Lanús que terminó con José Repetto, líder de la facción rival, herido en el rostro.
Leonardo Paredes, compañero de Rulet en la jefatura de la barrabrava de Racing, se hizo cargo de la autoría de la golpiza que le provocó serias lesiones a Repetto, solo estuvo demorado unas horas. Paredes quedó como único acusado del ataque.
El homicidio de Pacheco, editor del sitio de internet “Racing o nada” y conductor de un programa de radio ocurrió el 24 de enero de 2013, en el complejo que Racing tiene en Nogoyá y Helguera, de Villa del Parque.
Desde 2013, ocho veces pidieron la detención de Rulet. El fiscal Fabián Céliz, que en el juicio oral solicitó que condenen a Rulet a prisión perpetua, pidió en cuatro oportunidades la detención del barrabrava.
El representante del Ministerio Público solicitó la detención de Rulet, Aníbal Domínguez Butler y Juan Carlos Rodríguez, cuando el Tribunal Oral N° 23 condenó a los tres barrabravas a 12 años de prisión por el homicidio de Pacheco. El fiscal pidió las detenciones nuevamente, cuando la Cámara de Casación confirmó la condena. Insistió con los pedidos de encarcelamiento, a partir del momento en que la Corte Suprema de Justicia rechazó el recurso de la defensa de los condenados que ratificó las condenas.
Y volvió a pedir las detenciones hace una semana cuando lo consultaron por otra petición presentada por los abogados de los acusados.
Pero debido a que todavía queda pendiente un recurso extraordinario, ninguno de los dos tribunales que intervino en el proceso, que lleva más de nueve años, dispuso que los tres condenados sean detenidos para cumplir los doce años de cárcel que le fijaron por provocarle 51 lesiones a Pacheco.
En tanto que el abogado Luis Charro, que representa a la familia del periodista asesinado, solicitó en cuatro oportunidades el encarcelamiento de Rulet, el boxeador.
Según el letrado que representa a los padres de Pacheco, en la resolución dictada por una de las salas de la Cámara de Casación, el 28 de diciembre de 2020, los magistrados impusieron una medida de control que obligaba a Rulet y a los otros dos condenados por el homicidio a presentarse cada 15 días a la comisaría más cercana a sus domicilios.
“Hoy en día no tiene explicación el hecho de que los tres condenados sigan en libertad. Si bien el nuevo Código Procesal Penal de la Nación permite una instancia internacional para la revisión de las condenas, en ningún momento dicha norma impide la detención cuando, como en este caso, las sentencias condenatorias tienen el doble conforme de la instancia superior”, manifestó el abogado de la familia Pacheco.
Según el letrado, “la legislación establece expresamente que la queja por recurso extraordinario denegado presentado ante la Corte no tiene efecto suspensivo. Distinto sería si la Cámara de Casación hubiera concedido el recurso extraordinario”.
En la última resolución, si bien los camaristas rechazaron los pedidos de detención, dispusieron la comparecencia semanal a las comisarías de los tres condenados.
Si embargo, dichas medidas de control no resultaron ningún obstáculo para que en octubre de 2020 Rulet y Paredes se impusieran en la interna de la barra brava de Racing, al lograr desplazar al grupo comandado por Repetto.
Este cambio en el liderazgo de la barra brava de la entidad de Avellaneda quedó expuesto durante la reanudación del campeonato de fútbol de la Liga Profesional cuando, en el estadio de Racing, en la época que los partidos se jugaban sin público debido a la epidemia del virus Covid-19, el alambrado perimetral y las tribunas estaban cubiertas con banderas con el rostro de Néstor Kirchner.
Esas banderas fueron colocadas por la agrupación comandada por Paredes y Rulet que forma parte de “La 13″ una facción de política de Avellaneda que, desde 2019, forma parte de La Cámpora.
“Pintadas y proselitismo para la Cámpora”
“Desde el organismo de seguridad en el deporte que maneja el actual gobernador bonaerense, se realizó una especie de mediación entre las dos facciones de la barra brava de Racing y se decidió que el sector que iba a ingresar en la cancha era el grupo comandado por Paredes, con las banderas de Kirchner y del PJ”, explicó Juan Manuel Lugones, exdirector del Aprevide.
Para Lugones, la impunidad de los barrabravas de Racing se sostiene a partir de la protección que reciben de la policía bonaerense que los escolta desde Villa Corina hasta la cancha. “Esa contención también se ampara en el aparato político del kirchnerismo en Avellaneda, debido que los barrabravas realizan pintadas y proselitismo para la Cámpora”, agregó Lugones.
Rulet, Rodríguez y Domínguez Butler, apenas estuvieron detenidos cincuenta días. En marzo de 2013 la jueza de Instrucción María Gabriela Lanz, dispuso los procesamientos de los tres imputados y les dictó la prisión preventiva por su presunta responsabilidad en el homicidio de Pacheco. Pero a fines de mayo de ese año, una sala de la Cámara del Crimen, revocó la resolución de la magistrada y benefició a los acusados con la excarcelación. En ese momento, los camaristas fijaron una caución de entre $ 30.000 y $ 15.000 para los imputados.
Rulet, Domínguez Butler y Rodríguez, llegaron en libertad al juicio oral, realizado en diciembre de 2016. Durante el debate, se demostró que, entre el 23 de enero a la noche y la madrugada del 24 de enero de 2013, después de cenar en el quincho de la sede de Villa del Parque, los tres acusados golpearon al periodista partidario hasta matarlo y arrojaron al agua el cuerpo para simular que, al caerse en la pileta, la víctima se había ahogado tras golpearse la cabeza.
Sin embargo, la doctora del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) que concurrió al predio ante el llamado al número de emergencias 911, fue la primera que puso en duda la versión de los imputados.
Al revisar el cuerpo de Pacheco, la médica comprobó la existencia una gran cantidad de hematomas que habrían sido provocados premorten.
Después, la autopsia determinó la ausencia de agua en los pulmones. A partir de este elemento, los investigadores establecieron que Pacheco no había muerto ahogado. Además, los forenses indicaron que la causa de la muerte fue una fractura de cráneo.
“Acá no hubo lucha, hubo una paliza en la zona de la pileta y posteriormente, cuando Nicolás ya estaba muerto, fue arrojado al agua”, afirmó el fiscal Céliz en su alegato durante el juicio oral.
Al fundar su acusación, el fiscal tuvo en cuenta los dichos de una vecina que escuchó los gritos durante la noche y las voces de tres o cuatro hombres que discutían. La testigo dijo que uno gritaba “pará, pará, dejalo”.
Además, el representante del Ministerio Público estableció que los imputados “comenzaron a sembrar versiones lo sucedido aquél día para confundir. Dijeron que había sido por una caída a la pileta, que Nicolás había querido tirarse desde el techo al agua y que le gustaba meterse en lugares prohibidos”.
Céliz tuvo en cuenta también las contradicciones expuestas por los acusados en las indagatorias. Sobre Rulet, el fiscal destacó las declaraciones de varios de los testigos que indicaron que pertenecía a los “Racing Stones”, una facción de la “Guardia Imperial”, la barra brava de Racing. Los testigos dijeron, que la noche del homicidio de Pacheco, Rulet había manifestado en varias oportunidades “planeaba tomar el control de la barra”.
En su indagatoria en la etapa de instrucción, Rodríguez dijo que había escuchado a Nicolás comentar que le parecía bien lo que había hecho Javier Cantero con los barrabravas. Cantero fue presidente del club Independiente. Su mandato se caracterizó, según explicó el fiscal, por la lucha que llevó adelante contra los jefes de la barra brava.
“Los barras tienen que dejar de existir”, habría dicho la víctima, según Rodríguez. A esto, Rulet habría comentado que son parte del “folklore del fútbol” y que él quería ser jefe de la Guardia Imperial.
Al momento de explicar la secuencia en la que encontraron a Nicolás, Rodríguez contó que no había manchones de sangre y que después supo que lo mataron de un golpe en la cabeza con una barra de hierro. “Ese dato solo lo sabía él, nadie en toda la causa habló de eso, sólo el imputado”, destacó Céliz en su alegato.
La querella, que había alegado antes, compartió la calificación de la fiscalía que pidió las condenas por homicidio agravado por alevosía. Manifestó que los acusados fraguaron la escena del crimen para tratar de salir ilesos de la situación. Según el letrado que representó a la familia hubo una preparación de la escena y un acomodamiento del lugar antes de llamar a la policía. “Desde su óptica, tirar el cuerpo al agua suponía un accidente perfecto”, manifestó el abogado durante el juicio.
Al revisar las pruebas expuestas durante el debate, el Tribunal Oral N° 23 integrado por María Cecilia Maiza, Carlos Rengel Mirat y Luis María Rizzi, condenó a los acusados Rodríguez, Rulet y Domínguez Butler a doce años de cárcel.
“Ninguna duda hay de que la victima murió como consecuencia de una tremenda y feroz golpiza por parte de más de una persona, y ninguna duda cabe tampoco que los autores de esa golpiza fueron los acusados”, sostuvo la jueza Maiza en su voto, al que adhirieron Rengel Mirat y Rizzi.
En el momento de dictar el veredicto, en diciembre de 2016, Rengel Mirat y Maiza establecieron que los tres condenados debían estar en libertad hasta que la sentencia quedara firme, pero el juez Rizzi manifestó su disidencia, a favor del pedido de detención presentado por el fiscal y el representante de la familia de la víctima.
A más de nueve años del homicidio de Pacheco, los deseos expuestos por Rulet durante el asado que cenaron en el quincho del predio de Racing, se hicieron realidad. Con la ayuda del poder político de Avellaneda se convirtió en uno de los jefes de la Guardia Imperial.
Pacheco, que tuvo el coraje de cuestionar el deseo de Rulet al exponer el ejemplo de la barra brava de Independiente y el caso Cantero, fue asesinado a golpes.
Actualmente, Rulet sigue en libertad y se encarga de demostrar su poder dentro de la barra brava de Racing en episodios como el ocurrido el 18 de agosto pasado en el restaurante situado en Iberlucea 2822. Allí, según denunció el exjefe de la Guardia Imperial, fue sorprendido por Paredes, Rulet y un tercer sospechoso que habría sido identificado por fuentes policiales como Martín Ramírez.
La policía solamente apresó a Paredes por la golpiza que le propinaron a Repetto. El actual jefe de la barra brava de Racing fue el único imputado en la causa por lesiones leves. En tanto que, según consta en el parte policial, Rulet y Ramírez, apenas fueron demorados, se los identificó y quedaron en libertad, luego que los efectivos de la comisaría de Lanús comprobaron que ninguno de ellos tenía un pedido de captura vigente.
Si Rulet hubiera sido detenido en el momento que le dictaron la condena de doce años prisión por el homicidio de Pacheco, en el momento de la emboscada contra su rival en la interna de la barra brava de Racing, hubiese estado en prisión.
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