ADN del crimen. Los oscuros secretos que guarda la habitación 407 de la concentración de Vélez en Tucumán
La víctima nunca dio su consentimiento para tener relaciones sexuales y ese elemento expuesto en las declaraciones constituyó la prueba principal contra los cuatro acusados; esa circunstancia figura también en los mensajes
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La Justicia de Tucumán rechazó el recurso presentado por las defensas de los tres futbolistas de Vélez acusados del presunto abuso sexual de una joven periodista, quienes seguirán con arresto domiciliario, sin poder abandonar esa provincia hasta que se realice el juicio oral, instancia que podría concretarse dentro de los próximos tres meses.
En los últimos días, la jueza Laura Casas no hizo lugar al planteo de los abogados que representan a los imputados Braian Cufré, José Florentín y Abiel Osorio para que se revoque la resolución que, el 20 de marzo pasado, había dictado la magistrada Eliana Gómez Moreira luego de la maratónica audiencia en la que declararon los acusados y la víctima.
Durante los noventa días que faltan para la realización del juicio oral, los defensores de los tres acusados intentarán revertir la resolución de ambas magistradas mediante las presentaciones de recursos ante la Corte Suprema de Justicia de Tucumán.
La otra posibilidad que tienen los letrados consiste en la realización de un juicio abreviado. No obstante, para que esta instancia se concrete debe existir un acuerdo de las tres partes: acusados, víctima y fiscalía.
Según establece el Código Procesal de Tucumán, la víctima del abuso deberá rectificar sus declaraciones para adecuar la acusación a una figura penal incluida para los casos de juicio abreviado. Esta circunstancia es necesaria debido a que la ley no permite juicios abreviados para los hechos graves, tal como fue calificado el sumario: abuso sexual agravado, con expectativa de pena de seis a quince años de prisión, de acuerdo a lo que establece el artículo 119 del Código Penal, en el tercer párrafo.
Por su parte, los acusados tendrán que reconocer sus responsabilidades en el delito denunciado y, además, la representante del Ministerio Público, que tiene la potestad de la acción penal deberá estar de acuerdo. Si alguna de las partes no acepta, el caso deberá ventilarse en un juicio oral.
El escándalo que tiene como acusados a los mencionados tres futbolistas de Vélez y al arquero suplente Sebastián Sosa, el único que puede seguir el proceso en libertad, debido a que fue beneficiado con la excarcelación con caución real, porque fue imputado como presunto partícipe secundario del abuso sexual, comenzó el 2 de marzo pasado antes del partido entre el equipo de Liniers y Atlético Tucumán.
Esa noche, la víctima le mandó un mensaje a través de la red social Instagram a Sosa. La joven periodista estaba en la zona mixta del estadio José Fierro, cuando el arquero la vio desde el ómnibus en el que llegaban los futbolistas del equipo visitante y le respondió, mientras señalaba el celular, con esta frase: “Sí, te encontré”.
A partir de ese mensaje, se intercambiaron los números de WhatsApp y comenzó el diálogo que derivó en la invitación de Sosa a la joven para que concurriera al hotel Hilton, en el que se alojaba la delegación de Vélez, después del partido entre el conjunto de Liniers y Atlético Tucumán.
La visita al hotel
La víctima ingresó en el hotel, durante la madrugada del 3 de marzo, a las 0.40. Pasó por el casino, siguió las instrucciones de Sosa, no se anunció en la recepción y se dirigió a la habitación 407, asignada al arquero suplente. En el trayecto, se cruzó con dos integrantes de la delegación de Vélez.
En el intercambio de mensajes, Sosa le preguntó si podía ir acompañada por algunas amigas. La joven periodista respondió que no, porque sus conocidas estaban en pareja. Entonces, el arquero consultó si no tenía inconvenientes en que estuvieran otros compañeros. La víctima, según consta en los mensajes, sostuvo expresamente que no le gustaba tener sexo con más de una persona y que concurriría únicamente si la respetaban, si se comprometían a no hubiera problemas y si no se desubicaban. El futbolista respondió que sus compañeros eran “excelentes”.
Sin embargo, según describió la víctima en las cuatro declaraciones que hizo ante la policía y ante la Justicia, cuando ingresó en la habitación 407, nada de lo prometido por el arquero suplente ocurrió.
La joven manifestó que cuando ingresó en la habitación encontró a Sosa, Florentín, Osorio y Cufré. Bebió dos latas de cerveza y después tomó el fernet que había llevado por pedido de los futbolistas, de un termo. Después de veinte minutos de haber ingresado en la habitación, según consta en el expediente, comenzó a sentirse confundida o mareada. La víctima, afirmó que le llamó la atención que fue la única que bebió de ese termo y que los acusados Osorio, Cufré y Florentín habrían simulado que tomaban.
Luego, ocurrió el abuso. En su declaración la víctima afirmó que Sosa se apartó del grupo, se quedó dormido y nunca la tocó, pero “los otros tres, sí”.
Las cámaras de seguridad del hotel registraron el momento en que Florentín y Cufré se retiraban de la habitación. Eran las 3.59 y se reían mientras se dirigían al casino del hotel. Esta imagen fue considerada por las defensas de los tres futbolistas para poner en duda el relato de la víctima, debido a que había declarado que Florentín vestía remera y pantalón corto blancos, cuando, en la grabación aparecía con ropa azul.
Al despertarse, la joven sintió dolor y advirtió que sangraba. Le recriminó a Sosa por lo que le hicieron sus compañeros y le cuestionó que le habían dejado un “fajo de billetes de mil pesos, en la ropa interior”, cuando ella nunca prestó ningún consentimiento a mantener una relación sexual. A las 5.40, abandonó el hotel, abordó un vehículo de una aplicación de viajes y, antes de llegar a su casa, pasó por una farmacia para comprar la denominada “pastilla del día después”.
Al día siguiente, decidió concurrir a la comisaría para radicar la denuncia por abuso sexual contra los futbolistas. El 7 de marzo, realizó su primera exposición ante la fiscal Eugenia María Posse de la Unidad Fiscal de Integridad Sexual N° 3, de San Miguel de Tucumán.
Entre la declaración que realizó en la sede policial y la testimonial ante la representante del Ministerio Público, la víctima fue revisada por un médico legista y por una ginecóloga. Además, se le extrajeron muestras de sangre para la realización de un estudio toxicológico con el objetivo de establecer si le habían suministrado alguna droga que minara sus posibilidades de resistirse a un abuso.
En el informe médico, realizado el 6 de marzo, el legista indicó que no se encontraron lesiones en la superficie corporal. Aunque, el médico consignó el hallazgo de un moretón de dos centímetros en el muslo derecho y una lesión de treinta milímetros en la zona íntima de la víctima. Si bien no fue contundente al no poder explicar si las lesiones eran compatibles con una agresión sexual, el médico describió que la víctima tenía un moretón de dos centímetros en la cadera.
En tanto que los estudios toxicológicos dieron resultado negativo sobre la presencia de droga en las muestras de sangre tomadas de la víctima.
Si bien se realizaría una segunda prueba, los técnicos informaron que no se hallarían drogas debido a que las muestras fueron tomadas 96 horas después del hecho y en ese tiempo, habrían sido metabolizadas.
Los resultados de los estudios toxicológicos constituyeron otros argumentos con los que los abogados defensores pusieron en duda la declaración de la víctima, además del mencionado video de la cámara de seguridad y de algunas contradicciones que habrían encontrado al revisar las cuatro declaraciones testimoniales de la joven periodista y al observar otras imágenes grabadas con lo dispositivos electrónicos del hotel.
Dichos elementos serán expuestos por los letrados en los distintos recursos que presentarán en los próximos noventa días para revocar la resolución de las juezas Gómez Moreira y Casas que dispusieron el arresto domiciliario de Osorio, Cufré y Florentín. En sus indagatorias, los tres futbolistas y Sosa afirmaron que eran inocentes.
La representante del Ministerio Público deberá probar su hipótesis del caso que señaló a Florentín y Cufré como presuntos responsables de abuso sexual agravado por haber sido cometido por dos o más personas. Esta imputación se fundó en la declaración de la víctima que indicó que fue agredida por ambos futbolistas al mismo tiempo.
Con respecto a Osorio, la fiscal consideró que habría sido supuesto responsable de abuso sexual simple, debido a que la víctima sostuvo que la atacó solo; mientras que Sosa, fue acusado de presunto partícipe secundario de la agresión. Según la ley sobre los cuatro acusados existe la presunción de inocencia y las dos juezas les impusieron el arresto domiciliario para evitar, eventualmente, un supuesto intento de fuga o entorpecimiento de la investigación.
No obstante, en sus cuatro declaraciones la víctima afirmó que nunca hubo consentimiento. Esa ausencia de consentimiento, expuesta en la doctrina sobre los casos de violencia de género donde “No es No” y los dichos de la víctima que afirmó que “había sido todo con fuerza” y que la habían lastimado, constituyó en esta etapa del proceso, el principal elemento para fundar la acusación contra los cuatro futbolistas.ß
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