ADN del crimen. Las motos de alta gama, el objetivo de las bandas piraña que atacan en el conurbano
Creció el robo de los vehículos de dos ruedas, en casos que registraron algunos de los homicidios más impactantes en los últimos meses
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En el conurbano, los delincuentes matan para robar un automóvil, como pasó con Leonor Morales, de 67 años, asesinada en la noche del pasado miércoles por una banda de menores asaltantes que le sustrajeron su vehículo en González Catán. También matan a vecinos para robarles las motos, como ocurrió con Gustavo Romero, el comisario de la policía bonaerense ultimado de cuatro balazos por una banda de siete ladrones que, en la modalidad piraña, le dispararon para quitarle su Kawasaki 650, mientras esperaba a su pareja en la puerta de la farmacia situada en Hipólito Yrigoyen y Vieytes, en el límite entre Banfield y Lomas de Zamora.
Morales y Romero fueron las víctimas fatales de uno de los delitos que más aumentó en los últimos doce meses en la Argentina: el robo de vehículos. Según cifras oficiales, en un año se denunciaron 78.128 robos de vehículos en nuestro país. Dicha cifra incluyó los robos de motos y automóviles. Durante 2022 se robaron 30.617 motos en Argentina.
El homicidio del comisario Romero y el asesinato del gendarme Leonardo Mendoza, ocurrido anteanoche, en Castelar, integran la sucesión de hechos de sangre perpetrados por distintas bandas delictivas que se dedican a robar motos y que operan, con impunidad, en diversos sectores del conurbano.
La estadística elaborada por la Superintendencia de Seguros de la Nación puso al descubierto el crecimiento de 40 %, en la cantidad de denuncias por robos de motos con respecto a 2021. Si dicha cifra se compara con los robos que se registraban en 2013, el aumento de los asaltos creció 126% en una década.
Algunos de esos robos, como el que sufrió el comisario Romero, el 1° de octubre pasado, terminaron en homicidios y fueron cometidos por bandas organizadas que se dedicaban a la sustracción de motos de alta gama, en algunos casos para venderlas a través de redes sociales.
Con respecto al móvil del asesinato del comisario Romero, que se desempeñaba en la División Lucha contra el Crimen Organizado de la policía bonaerense, uno de los responsables de la investigación afirmó que fue un robo. Además, Romero desarrolló parte de su carrera como oficial, en las comisarías de Villa Galicia y Temperley, en el partido de Lomas de Zamora.
Uno de los dos acusados detenidos por su presunta participación en el crimen del comisario, le dijo a un familiar que el jefe policial fue asesinado cuando se resistió a que le robaran la moto. En el momento del ataque, Romero estaba de franco, a bordo de su Kawasaki 650, en la puerta de la farmacia, en la que su pareja, Daiana, trabajaba desde hace tres meses.
“Maté a un cobani _en referencia a un policía_. Le pegué dos tiros. Me puse a forcejear y le quise agarrar el arma. Era él o yo. Estaba con el ‘Gordo Rafa’, quien había llevado el morral con los fierros. La pistola que le robamos al comisario y las Thunder nuevas, que usamos para matarlo. La moto, la descartamos en la casa del Pirañita”, le dijo a un familiar Gustavo Alejando Martins, uno de los dos detenidos por el homicidio de Romero.
Según fuentes policiales, el sospechoso conocido como el “Pirañita”, habría sido identificado como Miguel Ángel Montes. Su casa, en Villa Fiorito, fue allanada por los investigadores, aunque la moto que describió Martins, no fue encontrada.
Los siete delincuentes que el 1° de octubre pasado, a las 20.45, atacaron a Romero, mientras esperaba su pareja en la puerta de la farmacia situada en la esquina de Hipóilito Yrigoyen y Vieytes, se movilizaban en cuatro motos. Uno de esos rodados: una Honda Wave roja y blanca, fue secuestrada durante un allanamiento realizado en la casa de Ramón Paretta al 300 en Llavallol. Esta moto tenía pedido de secuestro activo N° 2834950 porque había sido robada el 31 de agosto de 2021, en la localidad de Villa Fiorito.
“Fuimos con las motos y nos cruzamos con este hombre. Le puse la pistola atrás. En ese momento me miró y sacó la pistola. Entonces, lo empujé y se le cayó el arma. Ahí, le disparé en la panza. Vi que se agarraba la panza. Seguí tirando. Creo que le pegué dos balazos más. Tomé su arma y me subí a la moto con el ‘Gordo Rafa’ y nos fuimos”, relató Martins, según consta en el expediente.
Martins había sido apresado en julio de 2020 por un robo agravado. Estuvo tres años detenido. Salió de la cárcel el 12 de septiembre pasado. Casi veinte días después fue capturado nuevamente. Pero, en esta oportunidad pasará más tiempo en prisión. La expectativa de pena que le podrían aplicar si, eventualmente, lo condenan en un juicio oral, es de prisión perpetua.
“Estábamos en los bosques de Ezeiza con unos chicos de Carazza y salimos a buscar motos por Lomas de Zamora y mandé el macanón”, le dijo Martins a un familiar, que declaró como testigo en el expediente.
A partir de la reconstrucción del hecho realizada por los investigadores policiales y judiciales, el titular de la fiscalía N° 3, de Lomas de Zamora, determinó que el comisario Romero fue interceptado por siete delincuentes que circulaban en cuatro motos. Luego de revisar las imágenes de las cámaras de seguridad instaladas en la zona y las declaraciones de los testigos, el representante del Ministerio Público determinó que el mencionado Martins, junto con el sospechoso Montes, alias Pirañita y Cristian Ezequiel Argüello, alias Gordo Rafa, descendieron de las motos con armas de fuego en sus manos con el objetivo de robar la moto del comisario Romero. Hasta el momento fueron apresados los mencionados Argüellos y Martins, los demás integrantes de la banda siguen prófugos.
Cuando el policía advirtió que uno de los agresores, supuestamente Martins, le apuntaba con una pistola extrajo su arma reglamentaria. Romero no habría logrado identificarse como policía ni impartir la voz de alto.
“Martins le efectuó un disparo para matarlo y así, lograr la impunidad por el robo. En ese momento, se le cayó el arma a Romero y Martins aprovechó la oportunidad para dispararle tres balazos más; siempre con el mismo fin. Después le robó el arma a Romero y huyó con sus cómplices, sin lograr el objetivo inicial de sustraer la moto Kawasaki”, expresó el representante del Ministerio Público al describir el hecho en la indagatoria a los acusados.
Daiana, la pareja de Romero estaba en la farmacia cuando el comisario fue asesinado. Escuchó los balazos y fue la primera en llegar a la vereda y encontrar a su esposo, sangrando por las heridas que le provocaron los cuatro balazos que le dispararon en el pecho y el abdomen. Romero fue trasladado en ambulancia hasta el hospital Gandulfo, donde murió.
El ataque ocurrió en una de las esquinas más importantes de Lomas de Zamora y a quince cuadras de la municipalidad. Debido que el domo instalado en la mencionada intersección no giraba correctamente y sólo enfocaba para un lado, el momento del ataque no quedó grabado.
Cuando los efectivos de la comisaría de Banfield fueron a buscar las imágenes de dicha cámara de seguridad, lograron observar la rueda trasera de la moto de Romero y vistas parciales de algunos de los sospechosos cuando descendían de las motos. Si la cámara municipal hubiera funcionado correctamente la secuencia del ataque hubiera quedado registrada.
No obstante, los agresores quedaron grabados por otras cámaras de seguridad de la zona durante los momentos previos al ataque y cuando recorrieron la ruta de escape, por ejemplo, en la esquina de Rodríguez Peña y Carlos Croce.
Dichas imágenes permitieron que los investigadores judiciales determinaran que los sospechosos estaban el momento del ataque, en el lugar de la agresión, aunque la secuencia de los balazos, de once segundos, registrada a las 20.45 no quedó registrada.
Reclamo de motociclistas
Las diferentes agrupaciones de motociclistas reclamaron a los Ministerios de Seguridad de la Nación y de la provincia la aplicación de medidas para combatir a la organizaciones delictivas que buscan motos como botín, los ataques y los homicidios siguieron.
Nadie pudo frenar los ataques a motociclistas para robarles sus vehículos. Los homicidios de Andrés Blaquier, Martín Maximiliano Borini Prida, Mauro Prieto y el repartidor Danilo Marcieri, ocurridos entre octubre del año pasado y febrero pasado confirmaron que no se trata de episodios aislados.
Los integrantes de las distintas agrupaciones de motociclistas coincidieron en que, además de la falta de medidas de prevención y de patrullajes en las zonas calientes del conurbano en las que se registran la mayoría de los robos de motos de alta gama, la Justicia no persigue a los delincuentes que usan las redes sociales para comercializar los vehículos robados.
Al revisar perfiles de Facebook aparecen algunos, como “Motos Crudas”, “Solo Motos Truchas Nada Legal” o “Talle M”, en los que se publican para la venta muchas de las motos sustraídas en el conurbano.
En esos perfiles se ofrecen desde motos desarmadas, autopartes o motos completas. Inclusive, en el perfil de Facebook, denominado “Motos Crudas Zona Norte”, un usuario publicó una foto de un revólver calibre .38 que ofrecía a cambio de una moto.ß
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