ADN del crimen: la trama secreta del mortal ataque de una barra copada por narcos
La emboscada a hinchas de Luján será parte de la interna de la tribuna de Leandro Alem; dos facciones se disputan el poder apoyadas por vendedores de drogas en Moreno
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El homicidio de Joaquín Coronel, de 18 años, el simpatizante de Luján asesinado en el estadio municipal por un grupo de barrabravas del club Leandro Alem, de General Rodríguez, no fue un hecho aislado. Con la muerte de Coronel, suman 343 los hinchas que fueron víctimas de la violencia en el fútbol en la Argentina. Además, Coronel, fue el tercer simpatizante asesinado en lo que va del año durante enfrentamientos entre hinchas del mismo club o en peleas con simpatizantes de equipos rivales. Dos de esos tres homicidios ocurrieron en territorio bonaerense, a pesar que las zonas tenían que estar custodiadas por efectivos de la fuerza de seguridad provincial. Juan Calvente y Pablo Morcos, asesinados en Sarandí y en San Luis, respectivamente, fueron las otras dos víctimas este año de la violencia en el fútbol.
El homicidio de Coronel, que esperaba su turno para ingresar en el estadio de Luján, presentó una serie de elementos en común con la mayoría de las 343 muertes: las gravísimas fallas en el operativo policial, la agresión perpetrada por un grupo de barrabravas que tiene vinculaciones políticas y protección policial, con algunos integrantes que trabajan como fuerza de choque para grupos que luchan por el poder en sindicatos.
Con respecto al móvil del ataque ocurrido en Luján, si bien todavía no está claro, no se descartaba que se hubiera tratado de una demostración de poder de la barra brava oficial que lucha por el control de la hinchada de Leandro Alem contra la denominada banda del barrio Fonavi, que en los últimos meses sumó narcontraficantes de Moreno e hinchas violentos de Independiente para desbancar al grupo oficial.
En los últimos cuarenta días, cada partido que Leandro Alem disputó de local, el centro de General Rodríguez se convirtió en el campo de batalla entra la barra brava oficial y la banda del barrio Fonavi. Por este motivo no se descarta la posibilidad de que el ataque contra la hinchada del tradicional rival de Leandro Alem, hubiera formado parte de esa lucha y de la necesidad de mostrar poder ante los rivales en la interna de la tribuna.
En busca del asesino
Si bien, hasta el momento, hay tres sospechosos detenidos por el asesinato del simpatizante Coronel, ninguno de ellos fue el autor material del homicidio. Los tres acusados fueron identificados como los conductores de un Chevrolet Corsa, una camioneta Renault Sandero y un Audi, en los que fueron trasladados los agresores que dispararon contra un grupo de hinchas que estaba fuera del estadio de Luján.
Ninguno de los tres detenidos fue señalado como el tirador. Esto significa que el asesino de Coronel y sus cómplices que hirieron a otros seis simpatizantes, al menos hasta ahora seguían libres. Aunque no se sabe por cuánto tiempo.
En las últimas horas, la fiscal Laura Cordiviola solicitó las detenciones de otros cinco sospechosos. Según fuentes de la investigación, entre los imputados figuran los tres barrabravas del club Leandro Alem que llevaban armas el domingo pasado, cuando abrieron fuego contra un grupo de simpatizantes de Luján que esperaban ingresar en el estadio municipal para presenciar el partido entre el equipo local y el conjunto de General Rodríguez.
Para no entorpecer la investigación, las fuentes judiciales se negaron a difundir las identidades de los acusados que figuran en la lista de cinco acusados sobre los que pesan los pedidos de detención.
Ayer, por la tarde, a través de redes sociales, se difundieron los rostros y nombres de al menos nueve integrantes de la barra brava que habrían participado en el ataque a balazos que terminó con el homicidio de Joaquín y provocó graves heridas a otros seis simpatizantes de Luján que no tenían ninguna vinculación con el grupo de violentos del equipo local.
Aunque su nombre no figura en el expediente, la policía secuestró el automóvil Peugeot 308 blanco del supuesto jefe de la barra brava de Leandro Alem e hijo del presidente del club de General Rodríguez.
Si bien, hasta anoche no trascendió si el hijo del presidente del club estaba entre los imputados, se pudo saber que el vehículo fue hallado abandonado en la calle Cora, de General Rodríguez, y fue inspeccionado por la policía bonaerense.
Curiosamente, al día siguiente del homicidio del simpatizante de Luján, la municipalidad de General Rodríguez decidió cesantear al supuesto barrabrava, quien se desempeñaba en la Dirección de Transporte de la comuna. La administración, a cargo del intendente Mauro García (Frente de Todos), no aportó detalles sobre los motivos de la separación del hijo del presidente de Alem.
Hasta diciembre pasado, el hijo del presidente del club Leandro Alem se desempeñó como delegado municipal de Las Malvinas, una localidad del partido de General Rodríguez. Tan involucrada está la barra brava en el club Leandro Alem que, durante el allanamiento realizado en la sede de la institución, al día siguiente del asesinato del simpatizante de Luján, la policía encontró un arma de fuego.
A través de un comunicado con el que intentaron despegarse del hecho, las autoridades del club indicaron que el revólver fue “secuestrado en un altillo donde se guardan los elementos que utilizan para que los socios practiquen deportes, al que tiene acceso mucha gente y que cualquier persona pudo haber puesto el arma para perjudicar a la institución”.
Nada se dijo en el comunicado sobre la detención de Ramírez, el dueño del Chevrolet Corsa, quien tiene el cargo de vocal en el club de General Rodríguez.
Fallas en la prevención
Coronel fue una víctima inocente que quedó en medio de un ataque cuyo móvil, a una semana del homicidio, se desconocía, pero que se podía haber evitado.
Sergio Berni, ministro de Seguridad bonaerense, defendió el operativo policial. La misma postura adoptó Eduardo Aparicio, director de la Agencia para la Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide).
“Nosotros hicimos todo bien, estas cosas a veces no se pueden prever. Es una locura lo que sucedió en el partido, hable con los padres del muchacho, me contaron su historia de vida”, expresó Aparicio, conmovido, en declaraciones a Radio 10.
Sin embargo, quedó acreditado por las grabaciones de las cámaras de seguridad y por las imágenes que captaron los particulares con sus celulares que los barrabravas de Leandro Alem, recorrieron los 17 kilómetros que separan General Rodríguez de Luján sin que nadie los controlara. Llegaron hasta la puerta del estadio municipal, situado en la esquina de Francia y Carlos Pellegrini, y dispararon contra los hinchas.
Habitualmente, para llegar hasta la puerta de cualquier estadio de fútbol cada simpatizante debe pasar por dos o tres anillos de control en los que los policías solicitan las entradas correspondientes. En el partido del domingo entre Luján y Leandro Alem, no hubo vallados.
En la semana previa al partido, simpatizantes de ambos equipos habían publicado en redes sociales diversos mensajes y videos en los que se juraban venganza por otras peleas. Ninguno de los responsables del área de seguridad deportiva de la policía, advirtió que los barrabravas de Leandro Alem podrían concurrir al estadio de Luján, a pesar de la prohibición para que asista público visitante, para ajustar cuentas con la hinchada rival.
En los últimos cuarenta días hubo señales de la actividad de la barra brava de Alem. Por ejemplo, el portal de noticias La Posta, de General Rodríguez, publicó imágenes del enfrentamiento entre dos facciones que se disputan el control de la barra brava. En los videos del hecho ocurrido el 29 de mayo pasado, quedó registrado el combate entre la barra brava oficial y la banda del barrio Fonavi. Los 120 efectivos de la policía bonaerense afectados al operativo de seguridad del partido entre Leandro Alem y Midland no pudieron hacer nada para detener el enfrentamiento.
Dos semanas antes, cuando Leandro Alem disputó el partido contra Central Córdoba, la facción del barrio Fonavi y la barra brava oficial protagonizaron un combate en pleno centro de General Rodríguez. En medio del enfrentamiento hubo familias que llevaban a sus hijos a jugar a unas canchas cercanas que salvaron sus vidas de milagro.
“La gestión actual de la Aprevide, no previene. Y como no previene, en seis meses asesinaron a dos hinchas en territorio bonaerense, en medio de un operativo policial. Deberían cambiar el nombre de esa agencia y sacarle la palabra prevención. La Aprevide de la gestión del gobernador Axel Kicillof no previene. Juan Calvente, simpatizante de Independiente y Joaquín Coronel el hincha de Luján, no debieron morir si se hubiese prevenido”, indicó Juan Manuel Lugones, quien se desempeñó como titular de la agencia que tiene como misión evitar que la violencia gire alrededor de los espectáculos deportivos.
En el club de General Rodríguez hubo alertas. Afirman quienes conocen la interna de esa tribuna que barras de Leandro Alem se dedican a extorsionar a comerciantes. “También operan como fuerza de choque para alguna de las facciones que pelea en la interna del gremio de los trabajadores de la industria láctea y otros son patovicas truchos en la noche de General Rodríguez”, aseguró Lugones.
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