ADN del crimen: la revelación del chofer que mientras sonaban los disparos se preguntaba qué hacía en ese lugar
Uno de los detenidos por el asesinato del empresario Gabriel Izzo se quebró y contó detalles sobre una banda que ni dudaba en el momento de disparar
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Todos los integrantes de la banda que el 9 de junio pasado irrumpieron en la casa de Gabriel Esteban Izzo y Silvana Petinari tenían condenas sobre sus espaldas, estaban armados y no dudaban en matar. Cuando el dueño de casa intentó defenderse, uno de los asaltantes lo asesinó de cinco balazos.
Llevaron dos armas en una mochila y tres de ellos usaron guantes para no dejar sus huellas marcadas. Mientras que los otros dos se pusieron algunas gotas de un pegamento de contacto en las yemas de los dedos para deformar las improntas digitales. Antes de ingresar en el domicilio, dieron dos vueltas a la manzana a bordo del Volkswagen Gol gris, de cinco puertas, en el que llegaron al lugar.
“Cuando pasamos por la casa ya tenían decidido que entrarían por la ventana. Por lo que dijeron, no fueron a ciegas. Habían visto la casa antes y decían que la ventana estaba regalada”, explicó uno de los detenidos en su indagatoria.
A poco más de un mes del sangriento homicidio se conocieron los nombres de los cinco sospechosos que entraron a robar en el chalet de dos plantas situado en Italia al 1000, en San Antonio de Padua, del partido de Merlo. Los asaltantes irrumpieron, minutos después de las 3, en el living de la vivienda luego de forzar una persiana de gruesos listones de madera de la planta baja, al lado de un jardín, sin rejas.
El ruido despertó a Izzo, que descansaba en su habitación de la planta alta y fue a ver qué pasaba. Caminó hacia el living empuñando una pistola Bersa calibre 9mm. Entonces, se cruzó con los asaltantes en un pasillo distribuidor de ambientes entre el living y la cocina. Izzo intentó defenderse; trató de disparar, pero el arma se trabó. Ante esta circunstancia, el dueño de casa tomó un revólver calibre .38 que tenía en la cocina y comenzó un tiroteo con los malvivientes. Izzo recibió cinco impactos de bala que le provocaron la muerte en el acto.
Según fuentes judiciales los imputados por el crimen habrían sido identificados como Gustavo Alberto Mac Dougall, alias Mandunga; Jonathan Ricardo González, alias Monarca; Brígido González, alias Paraguayo; Diego Eduardo Correa y Víctor Martín Fernández Galarza. Los tres primeros fueron detenidos, mientras que los dos últimos tienen pedido de captura nacional e internacional y son buscados por Interpol.
En el caso de Mac Dougall ya tiene la prisión preventiva dictada por el juez de Garantías de Morón, Ricardo Fraga; en tanto que Monarca y Paraguayo fueron apresados en las últimas horas luego de veinte allanamientos realizados en Derqui, La Matanza, San Martín y Capital Federal, por efectivos de las policías bonaerense y Federal.
Durante la investigación, los responsables de la pesquisa hallaron indicios que abonarían la sospecha de que Brígido González, alias Paraguayo, habría sido el autor de los disparos que mataron a Izzo. Aunque, para la Justicia todos fueron acusados como presuntos coautores del homicidio del dueño de casa debido a que formaban parte de una banda que irrumpió en la vivienda para robar y matar, de madrugada y mientras los propietarios dormían.
El recorrido de los atacantes
“No fue un robo entregado. Ellos habían visto la casa y dijeron que la ventana estaba regalada. Me vinieron a buscar porque sabían que yo tenía el vehículo. Pero no entré en la casa ni maté a nadie”, explicó Mac Dougall en una de las dos indagatorias. Mandunga, tal como se conoce a Mac Dougall, es el propietario del mencionado Volkswagen Gol gris que fue grabado por las cámaras de seguridad de la zona cuando llegó y se estacionó a la vuelta de la casa del matrimonio atacado.
“Fuimos por Rivadavia, doblamos en el supermercado. A la vuelta paramos y los cuatro descendieron, en la esquina Quintana y Alvear, sobre Alvear. Yo me quedé arriba del auto. Cuando bajaron me dijeron que me quedara ahí, que dejara el auto en marcha y que ya volvían.
En su indagatoria, donde no tiene la obligación de decir la verdad porque se trata de un instrumento de defensa del acusado, Mac Dougall, intentó despegarse del grupo que irrumpió en la casa del matrimonio Petinari-Izzo. En su estrategia para mejorar su situación procesal dijo que, si bien no vio quién fue el autor de los disparos, sospechaba que había sido Paraguayo. Abonaba esta presunción en que, los balazos se escucharon después que algunos de los asaltantes salieron de la casa y que el último en abandonar la vivienda fue Brígido González, por este motivo creía que había sido el autor de los disparos.
“Me quedé en el auto. Bajé, caminé hacia Italia y volví. Me pregunté qué estaba haciendo en ese lugar. Cuando volví al auto observé que venían corriendo y escuché un disparo, primero. Después, escuché otro. Eso fue cuando había bajado del auto. Volví y, en ese momento, venían corriendo tres de ellos: Diego. Quiti y el conocido como Monarca. Escuché ocho disparos más. Fue cuando estaba volviendo al auto. Escuché los ocho disparos y nos fuimos. Pensaron que lo había matado a Paraguayo, porque había quedado ahí adentro”, sostuvo el imputado en su indagatoria.
No obstante, los fiscales Marisa Monti y Claudio Oviedo, que tienen a cargo la investigación, mantienen la acusación contra Mac Dougall, Johnatan Ricardo González, Brígido González y Diego Correa y Víctor Fernández Galarza como presuntos coautores del homicidio triplemente agravado de Gabriel Esteban Izzo, por haber sido cometido en poblado, en banda, con un arma de fuego y con el objetivo de lograr la impunidad del primer delito: el robo.
Aunque en sus indagatorias Mac Dougal intentó desvincularse del ataque al colocarse afuera de la casa, las pruebas obtenidas por la Policía Federal sobre el recorrido del Volkswagen Gol del acusado, lo comprometen seriamente con la banda. Mac Dougall afirmó que solo conocía a Monarca y que no tenía relación con el resto de los acusados. Pero, en el expediente figuran pruebas que el Volkswagen Gol gris usado en el ataque contra la casa del empresario Izzo, se utilizó en otros asaltos.
Según fuentes policiales, dicho vehículo fue usado por los delincuentes que, en noviembre pasado, irrumpieron en una casa de Saavedra. Allí, los asaltantes tomaron cautivos a los dueños de la vivienda y amenazaron con matarlos mientras les apuntaron con armas de fuego. Igual que en el ataque contra la casa del matrimonio Petinari- Izzo. Allí, además de matar a Izzo, apuñalaron a su esposa. Silvana Petinari pasó tres semanas internada debido a las graves heridas que le provocaron los asaltantes. Al identificar a uno de los autores del asalto ocurrido en noviembre pasado en Saavedra, los policías determinaron que había cometido otro robo, en febrero de este año.
Las armas, en una mochila
“Paraguayo y Monarca tenían las armas, en una mochila. Cuando se organizaron dijeron que los que iban a apretar eran ellos”, explicó Mac Dougall, al referirse a la división de roles entre los integrantes de la banda. La única sobreviviente del sangriento episodio había dicho que vio entre cuatro y cinco asaltantes en la casa.
En su declaración, el acusado desvinculó del caso a Walter Rodríguez Sierra, alias Uruguayo, el primer detenido por su presunta responsabilidad en el homicidio y titular del Volkswagen Gol gris, cinco puertas, usado en el ataque y que fue hallado frente a uno de su s kioscos, en Gervasio Pavón al 3500, en Castelar Sur. Mac Dougall afirmó que le compró el vehículo a Rodríguez Sierra y que nunca firmaron un documento ni realizaron la transferencia. En su declaración, Mac Dougall, afirmó que Rodríguez Sierra, acusado de ser presunto facilitador del vehículo, no tuvo ninguna participación en el asalto.
El acusado también desvinculó al segundo detenido por el caso: Gustavo Potenza. “La relación que teníamos era consumir droga juntos”, dijo Mac Dougall con respecto a Potenza, quien fue liberado hace dos semanas.
Con respecto al prófugo Correa, se conoció que había sido detenido en cuatro oportunidades, entre 2018 y 2019. Enfrentó procesos por encubrimiento agravado y robo. Vive en la zona de José León Suárez y allí también era conocido por la policía bonaerense por una serie de escruches, tal como se conoce al robo de una vivienda en ausencia de moradores.
Mac Dougall había salido de la cárcel diez meses antes del homicidio. Cumplió una condena por tráfico de drogas. Mientras que Brígido González, también estuvo preso. Pasó siete años detenido en una cárcel bonaerense hasta que huyó en octubre pasado y tenía un pedido de captura en su contra dictado por la jueza de Ejecución Penal de Morón, Laura Conti. En tanto que Monarca, tenía a su pareja con prisión domiciliaria, con el monitoreo a través de una pulsera electrónica, por una sentencia en su contra por integrar una banda de asaltantes que entraba en las viviendas a robar y amenazaba a sus dueños.
Cuando los policías supervisados por los fiscales Monti y Oviedo allanaron la pizzería que Mac Dougall le alquilaba a Rodríguez Sierra, al lado de su kiosco y frente al lugar donde fue hallado el Volkswagen Gol gris, encontraron dos pistolas, una 9 mm y otra calibre .380. Los peritajes balísticos determinaron que la última arma fue la que se utilizó para matar a Izzo.
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