ADN del crimen: la noche mortal en la que el sobrino de Ricardo Fort aceleró demasiado
La fiscalía pidió que Thomas Fort sea sometido a juicio oral por un doble homicidio simple con dolo eventual; podría recibir una pena de entre 8 y 25 años
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Oscar Godoy y su familia planificaron durante diez años el viaje a Santa Teresita para pasar cinco días de vacaciones. El 5 de enero de 2020 a las 4 salió de su casa, situada en la zona de Malvinas Argentinas, rumbo a la costa. Lo acompañaban a bordo de su Volkswagen Polo sus hijas, Camila y Daniela; su esposa, Nora, y su yerno, Jorge. Pero Godoy y su familia nunca llegaron a la costa. A las 4.13, cuando circulaba por el carril izquierdo de la Panamericana, fue chocado por el conductor de una camioneta negra que le hacía luces y le tocaba bocina para que se corriera.
Ante la insistencia del conductor y al advertir que se aproximaba a alta velocidad, Godoy se cambió de carril. En el momento en que había puesto medio auto en la cuarta vía, sintió un golpe fuerte en la parte trasera del vehículo, que le hizo perder el control. Así comenzó la tragedia. El Volkswagen Polo que conducía Godoy pegó contra el separador de manos de la Panamericana, mientras hacía trompos, cruzó los cinco carriles, rebotó contra el guardarrail y terminó cruzado en el centro de la autopista.
“Por favor, sacame que me duelen las piernas”, gritó el yerno de Godoy al matrimonio que detuvo la marcha de su automóvil Honda para socorrer a los ocupantes del Polo. “Están muertas. Están muertas”, exclamó Godoy al mirar a su esposa y a su hija Camila. En tanto que Daniela salvó su vida de milagro. Sufrió fractura de clavícula y pelvis. Durante varios meses tuvo que someterse a sesiones de rehabilitación para poder volver a caminar. En el asiento del acompañante, Jorge Santander, el yerno de Godoy, perdía sangre a raíz de los cortes sufridos en el rostro y en el cuello.
Hasta ese momento, el responsable de la tragedia era un desconocido que chocó al Polo en el que viajaban las víctimas y huyó. Pero, a partir de una investigación encarada por los funcionarios de la fiscalía de Instrucción y de Juicio de Don Torcuato, el conductor de la misteriosa camioneta negra fue identificado e imputado.
Según relataron los sobrevivientes y los testigos que circulaban por el kilómetro 24.5 de la Panamericana en dirección a la ciudad de Buenos Aires y vieron la tragedia desde distintos ángulos, el conductor de la camioneta no se detuvo a ayudar a la familia.
A partir de una investigación encarada por la policía bonaerense y los funcionarios de la fiscalía de Don Torcuato se determinó que el conductor de la camioneta que chocó contra la parte trasera del Polo en el que viajaban Godoy y su familia habría sido Thomas Alan Fort, sobrino del fallecido empresario Ricardo Fort.
En los últimos días, según fuentes de la investigación, la fiscal María Virginia Toso solicitó que Thomas Fort sea sometido a juicio oral, acusado de doble homicidio simple con dolo eventual y tres tentativas de homicidio. En caso de que eventualmente, el juicio termine con un veredicto condenatorio, podría ser sentenciado a una pena de 8 a 25 años de prisión.
El aporte de los testigos
Según fuentes de la investigación, entre las pruebas que fundaron el pedido para que uno de los herederos de la familia de empresarios sea sometido a juicio oral, figuran una serie de peritajes, declaraciones de testigos que sobrevivieron a la tragedia y otros automovilistas que se presentaron espontáneamente.
Tanto Daniela Godoy como su padre, Oscar, y su cuñado, Jorge, coincidieron en que, antes del choque, escucharon bocinazos y notaron señales luminosas de un vehículo para que se apartaran del carril rápido. Los tres afirmaron que vieron, parcialmente, un vehículo negro. Uno de ellos agregó que se trataba de una camioneta.
El conductor de un vehículo Honda y su esposa, que regresaban de una fiesta de cumpleaños en Pilar, afirmaron que al llegar al empalme de las rutas 8 y 9 observaron por el espejo retrovisor una camioneta que se acercaba a altísima velocidad.
“Al ver a la camioneta le dije a mi mujer: ‘Mirá cómo viene ese loco’. El conductor de la camioneta me pasó por la izquierda. Tan alta era la velocidad que mi auto flameó”, dijo el testigo a la policía. Tanto el conductor del Honda como su esposa fueron los primeros en llegar al lugar de la tragedia y en auxiliar a Godoy y a su familia.
En diagonal y detrás del automóvil en el que viajaban las víctimas, por el carril lento de la autopista, circulaba una camioneta de auxilio mecánico que transportaba un rodado a un taller de la zona.
Al ser interrogado por los policías, el conductor de la mencionada “plancha” aportó precisiones de los instantes previos a la tragedia.
“Puedo asegurar que el Polo venía por el carril rápido, no tengo ninguna duda. Escuché una bocina muy fuerte, larga y muy sostenida que me llamó la atención porque hasta pensé que me podían estar tocando bocina a mí. Pero miré y no vi a nadie. Entonces observé que el conductor del Polo se tiró para el segundo carril. La bocina no paraba de sonar”, recordó el testigo.
La secuencia que relató el chofer de la “plancha” describió los momentos anteriores al impacto. Debido a que transporta un vehículo, debe circular por el primer carril de la derecha de la autopista. Por este motivo, pudo observar cómo ocurrió el trágico episodio.
“Al mismo tiempo que la bocina sonaba muy fuerte, apareció una camioneta que venía a muy alta velocidad y sobrepasó al Polo por la derecha. Debía venir a más de 150 km/h. En ese momento, el conductor del Polo se fue abruptamente contra el guardarrail izquierdo y luego cruzó por toda la autopista. Alcancé a frenar porque pensé que lo chocaba. Se me cruzó por delante en forma transversal casi a 90 grados. No me olvido más del ‘chillido’ que hacían las ruedas contra el asfalto. Cuando saqué el camión para mi izquierda sentí el golpe y el sacudón. Era una camioneta oscura muy grande. Sin lugar a dudas se trataba de una camioneta Dodge Ram negra. La reconocí no solo porque levanto casi veinte autos por semana y paso mucho tiempo en la calle, también porque tiene un motor muy potente que hace un sonido muy particular”, afirmó el testigo ante los policías.
A partir de esta declaración, los investigadores judiciales y de la División Vial Panamericana comenzaron a revisar las cámaras de seguridad de la zona para tratar de encontrar imágenes en las que, eventualmente, apareciera una camioneta con características similares a las que describió el conductor de la “plancha”.
El primer registro del paso de la camioneta fue hallado en el peaje de Pacheco. La cámara grabó el momento en el que el conductor de la camioneta pasaba por el carril del telepeaje. Al revisar el dispositivo instalado en la camioneta, los investigadores pudieron establecer la identidad del propietario y que el vehículo tenía cinco cédulas azules, una de esas tarjetas estaba a nombre del acusado.
Luego de revisar todas las cámaras de seguridad instaladas en el trayecto de la autopista desde el peaje de Pacheco hasta la avenida General Paz, los responsables de la pesquisa determinaron que la única camioneta Dodge Ram negra que circuló entre las 4.09, cuando pasó por el peaje y las 4.13, era la que pertenecía al heredero del millonario empresario.
Un rostro en el peaje
Además, los investigadores también establecieron que el conductor de la camioneta era Thomas Fort porque su imagen apareció en la cámara de seguridad que registró el paso por el peaje y por el recorrido que realizó el imputado, después de sobrepasar al Polo en el que viajaban las víctimas. Los dispositivos del denominado Anillo Digital de la Policía de la Ciudad, instalados en la avenida General Paz y las cámaras de seguridad del municipio de Tres de Febrero, determinaron que el vehículo conducido por el acusado llegó a un domicilio en Caseros, donde viven su novia y la hermana de la joven, que lo acompañaron en el viaje que emprendió desde Punta del Este, la noche de la tragedia.
El informe de la Dirección Nacional de Migraciones indicó que Fort cruzó el paso fronterizo de Fray Bentos a la 1.54. Dos horas y cuarto después, a las 4.09, pasó por el peaje de Pacheco. A las 4,13, chocó contra el Polo conducido por Godoy y se desató la tragedia.
En su defensa, cuando fue citado a declarar como acusado, Fort presentó un escrito en el que negó su responsabilidad en la tragedia.
“No realicé una conducta dolosa que incidió en el resultado. No es cierto que colisioné, impacté o rocé el vehículo conducido por el señor Oscar Godoy y tampoco es verdad que venía conduciendo a una velocidad excesiva. El vehículo posee un límite de velocidad de fábrica de 160 km/h y no superé el máximo de velocidad previsto en la ley 24.199 para la conducción en una autopista”, indicó el imputado en su descargo.
Antes de ser citado a indagatoria, los efectivos de la Dirección de Investigaciones de Tigre secuestraron la camioneta y el teléfono de Fort, cuando el imputado abandonaba un canal de televisión en Palermo.
El peritaje accidentológico fue clave para confrontar la hipótesis planteada por el acusado. En tanto que la revisión del celular determinó que el día de la tragedia, a las 9.30, el acusado compulsó 28 sitios de internet para buscar información sobre “el accidente fatal en la Panamericana”.ß
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