ADN del crimen: la historia secreta de la compra de la cocaína adulterada
La integrantes del clan Villalba pagaron US$2800 por el kilo de droga de origen colombiano; la partida ya estaba rebajada y la estiraron todavía más
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Ninguno de los narcotraficantes que dominan la venta de droga en la lonja de asentamientos situados al costado del Camino del Buen Ayre, desde Panamericana hasta Martín Fierro, quiso comprar el kilo de cocaína que un traficante ofrecía a US$2800, poco más de la mitad del valor en el mercado que es de US$5000.
Sin embargo, el 24 de enero pasado, alguien hizo una excepción. Uno de los narcos que dominan la zona aceptó adquirir ese alijo de droga, que fue rebajada desde Colombia y Bolivia hasta que llegó a la zona de San Martín. Salvaje, tal como se conoce a Iván Villalba, hijo de Miguel Ángel Villalba, alias Mameluco, habría aceptado comprar esa partida de cocaína que la mayoría rechazaba, a pesar del precio bajo al que se ofrecía.
Si bien, dicho alijo de cocaína ya estaba cortada con diversas sustancias, los secuaces de Salvaje, la habrían rebajado todavía más para obtener mayores ganancias de esa partida. El proceso de estiramiento se habría concretado en el laboratorio que el clan Villalba instaló en la villa conocida como “La 18″, en San Martín.
Parte de esa droga fue vendida entre el 1° y 2 de febrero en los asentamientos Puerta 8 y El Gaucho, en Tres de Febrero y en “La 18″. Durante la madrugada del 2 febrero, los hospitales de Hurlingham, San Martín y Loma Hermosa, comenzaron a recibir decenas de intoxicados por haber consumido cocaína que compraron en búnkeres de los mencionados asentamientos.
A raíz del consumo de esa partida de droga, que los integrantes de la banda de Mameluco Villalba compraron a bajo precio y que ningún rival aceptó adquirir, murieron 24 personas y otras 95 tuvieron que ser atendidas por las consecuencias de la intoxicación que sufrieron.
Hace dos semanas, los peritajes realizados en la droga secuestrada en los búnkeres de Puerta 8, “La 18″ y “El Gaucho”, donde las víctimas compraron las dosis de cocaína, concluyeron que estaba contaminada con carfentanilo, un opiáceo que se utiliza, en cantidades mínimas, para anestesiar elefantes.
Aunque, en el entorno del clan Villalba nieguen el vínculo con los transas de Puerta 8, existe una escucha telefónica, incorporada en el expediente en el que se investiga a la banda de Mameluco que indicaría que la droga contaminada les pertenecería.
Además, con las detenciones de sus rivales Javier Alejandro Pacheco, alias Rengo y Max Alí Alegre, alias Alicho, los Villalba encontraron la oportunidad para ampliar sus operaciones de venta de droga, desde “La 18″ y Nueve de Julio a Puerta 8.
Desde la cárcel, tanto Mameluco como su hijo, Iván, alias Salvaje, siguen al frente de la organización. Tan activos estaban que, por ejemplo, uno de los colaboradores del mayor de los Villalba, identificado como Mocho, habló el 3 de febrero con su jefe y le contó que el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, había mencionado a Salvaje, con nombre y apellido en un reportaje, horas después de las primeras detenciones por vender cocaína adulterada.
Mocho: Por acá, por ahora está limpio, pero lo nombran mucho a usted en la tele
Mameluco: ¿A mí y a Salvaje?
Mocho: Al Salvaje lo nombran por el nombre.
Mameluco: ¿Quién?
Mocho: ¿Cómo se llama ese que está ahí? Al Alicho también lo nombraron... ¿Cómo se llama ese que está ahí? Berni, Berni.
Mameluco: ¿Ah, Berni?
Mocho: Sí, Berni lo está nombrando a usted.
Mameluco: Mamá, ese Berni es un ortiba bárbaro.
Esa escucha telefónica forma parte de las pruebas que fundaron los allanamientos solicitados por el fiscal federal de Tres de Febrero, Paul Starc, que terminaron con las detenciones de 17 sospechosos, acusados de integrar la banda que vendía droga en los asentamientos situados en el límite entre Tres de Febrero y San Martín.
Si bien, Mameluco y su hijo no fueron imputados formalmente por los homicidios de las 24 personas que consumieron la cocaína adulterada, en el expediente que se instruye en el juzgado federal, a cargo de Alicia Vence, se incorporaron grabaciones de escuchas telefónicas que avalarían la presunción sobre los vínculos entre los nueve transas detenidos en Puerta 8, “La 18″ y El Gaucho, donde se secuestró droga que, según los peritajes fue sido mezclada con carfentanilo.
En principio, esas detenciones fueron concretadas por el fiscal de San Martín, Germán Martínez, que indagó por los 24 homicidios a los vendedores. Pero, después el expediente pasó a la Justicia Federal de Tres de Febrero, debido que se determinó que las 24 muertes ocurrieron como resultado de una serie de acciones concretadas por una banda de narcotraficantes.
Al día siguiente de las detenciones de los transas de Puerta 8, Berni anunció la captura de un narcotraficante identificado como Joaquín Aquino, alias Paisa. En principio, el ministro de Seguridad provincial, se refirió a Aquino como el presunto dueño de la cocaína adulterada. Sin embargo, Aquino había sido apresado en el contexto de otro expediente que se instruía en la Justicia Federal.
En el caso de Aquino, la droga secuestrada en su poder fue analizada y los peritajes concluyeron que no tenía carfentanilo. Si bien, Aquino quedó desvinculado de los homicidios, sigue procesado por el tráfico de drogas. Paisa, ya tenía otras causas por tráfico de estupefacientes en las que fue imputado por formar parte de la banda comandada por Alicho.
Ese narco había formado parte de la banda de Mameluco, pero en los últimos años se separó del grupo y armó su propia organización. Por este motivo estaba en constante guerra con el clan Villalba y con el mencionado Rengo Pacheco.
En el contexto de esa guerra por el territorio para vender droga, los Villalba lograron instalar búnkeres en Puerta 8. Con Mameluco y Salvaje detenidos en las cárceles de Rawson y Magdalena respectivamente, la organización de los puestos de venta y el laboratorio de “La 18″, quedó a cargo de sus soldados.
Rodrigo Landriel era uno de los vendedores de droga de Mameluco en un búnker, de Puerta 8. El 2 de septiembre pasado fue asesinado de un balazo en la cabeza. Su cuerpo fue hallado a pocos metros de un Volkswagen Gol negro que había quedado encajado en una zanja en la zona del Dique, en Moreno.
Según la hipótesis de la Justicia, Landriel habría sido asesinado por colaboradores de Mameluco debido a que se quedó con $ 200.000 de la venta de droga en un bunker de Puerta 8. Un mes y medio después, su hermano, Matías, fue asesinado en su casa del partido de Malvinas Argentinas. Al día siguiente del asesinato de su hermano, Matías abandonó Puerta 8 para buscar seguridad, pero lo encontraron y lo mataron.
Los investigadores del homicidio de Rodrigo Landriel hallaron pruebas de la vinculación entre la víctima y el hijo de Mameluco Villalba. Además, Landriel le había mandado un mensaje a un amigo en el que afirmaba: “Salvaje es el único jefe”.
El rol de policías corruptos
Ninguna de las actividades atribuidas al clan Villalba, al Rengo Pacheco y Alicho, podría haberse desarrollado sin la complicidad de efectivos de la policía bonaerense. En el caso de Alicho, se comprobó que la mitad de su organización está integrada por efectivos de la policía bonaerense.
Hace diez días, el Ministerio de Seguridad provincial desafectó al titular de la comisaría de Billinghurst, con jurisdicción en “La 18″, donde los Villalba tienen su laboratorio para estirar droga y el lugar en el que se habría rebajado el alijo que, supuestamente, con la autorización de Salvaje, habría comprado uno de los integrantes de la banda al 60% del valor de plaza. Esa partida habría sido la que estaba contaminada con carfentanilo.
El comisario de Billinghurst fue pasado a disponibilidad y tiene un sumario abierto debido a que existe la presunción de que cobraría coimas de parte de los narcos. Mientras que el jefe de calle de la mencionada seccional, al advertir que Asuntos Internos inició una investigación, solicitó carpeta médica.
Además del caso de la comisaría de Billinghurst existen otros elementos que abonarían la sospecha de la colaboración de efectivos de la policía bonaerense con los narcos.
El 24 de enero pasado, nueve días antes de que ocurrieran las 24 muertes por el consumo de cocaína envenenada, los investigadores de la policía bonaerense fueron alertados sobre la existencia de una partida de droga, de origen colombiano, que intoxicó a tres transas.
Pero los policías bonaerenses a cargo de la investigación contra la banda de Mameluco no hicieron nada para evitar que la partida de cocaína que intoxicó a dos colaboradores de Villalba fuera sacada de circulación.
En la charla, la novia de uno de los vendedores de droga advertía que tres de los integrantes de la banda probaron una droga nueva, pero se intoxicaron y tuvieron que ser internados. Diez días después, cuando la cantidad de muertos por el consumo de la cocaína letal aumentaba, uno de los miembros de la banda se comunicó con Mameluco, que estaba detenido y le avisó que se descartó del resto de las bolsas con la droga que nadie quería comprar y ellos adquirieron por casi la mitad del precio de mercado.
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