ADN del crimen. Jóvenes “soldaditos” del narcotráfico se convirtieron en una peligrosa mano de obra para la sustracción de vehículos
El robo de automóviles y camionetas alimenta la violencia del delito en el conurbano; en febrero, nueve ladrones fueron abatidos cuando quisieron asaltar a policías
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Nadie puede frenar la sucesión de homicidios ocurridos en el conurbano. Todavía febrero no terminó y se registraron 34 asesinatos. Se trata únicamente de los casos que trascendieron públicamente por la conmoción que causaron dichos crímenes, pero, según el promedio de tres asesinatos por día marcado en la última década por la estadística oficial, la cantidad es mayor que la cifra de hechos que se conocieron.
Según el relevamiento realizado por LA NACION, esos homicidios se distribuyeron geográficamente en Loma Hermosa, Florencio Varela, Quilmes, General Pacheco, Alejandro Korn, San Martín, Ciudadela, Tigre, Lomas de Zamora, Llavallol, Guernica, Caseros, San Miguel, José C. Paz, Lanús, Moreno, San Justo, San Fernando e Ituzaingó.
Una parte importante de esas muertes ocurrieron cuando los ladrones quisieron robar los vehículos de las víctimas. El robo de automóviles y camionetas con armas de fuego fue el delito que más aumentó en territorio bonaerense: 32,3%, en un año.
El segundo jefe de la Guardia Urbana del municipio de La Matanza, Roberto Mac Donald, fue asesinado el martes pasado por uno de los dos delincuentes que descendió de una moto para robarle la camioneta en San Justo. Según fuentes judiciales, los presuntos autores del asesinato serían dos menores. Uno de ellos, de 17 años, fue detenido en las últimas horas.
También son menores los integrantes de una banda que se formó para cometer entraderas y robarles a los choferes de aplicaciones de viajes en Morón, Tres de Febrero y La Matanza. Usan ametralladoras y pistolas para doblegar la resistencia de las víctimas. Tres de los cinco adolescentes que integraban la banda fueron detenidos por efectivos de la policía bonaerense durante una serie de allanamientos realizados en el Nudo 12 de Fuerte Apache.
El poder de fuego de la banda quedó en evidencia durante los operativos que concluyeron con las detenciones de tres menores. En los distintos objetivos allanados, los policías hallaron una pistola calibre 45, otra calibre 9 mm, una réplica de una Glock y un conjunto de accesorios para convertir una pistola en un subfusil, con un cargador con capacidad de almacenamiento para 50 proyectiles.
egún fuentes policiales, el incremento en los robos de vehículos a mano armada obedeció a que la crisis económica elevó notablemente los valores de los repuestos, por lo que los vehículos robados multiplican las ganancias cuando se venden desarmados.
El otro elemento asociado al aumento de la violencia en los robos de vehículos surgió a partir de la rentabilidad que obtiene un “cañero” o un “gatillero” cada vez que “levanta” un automóvil. En el caso de las unidades de alta gama, un ladrón cobra $600.000 por cada vehículo que le entrega al reducidor. Este incremento provocó que muchos menores que hasta hace un año se desempeñaban como soldaditos narco se reconvirtieran en ladrones de vehículos de alta gama.
Otra de las características que quedaron al descubierto al revisar esos 34 homicidios fue el aumento de muertes en enfrentamientos entre policías y asaltantes.
Esta circunstancia quedó en evidencia en tres casos ocurridos en Quilmes. Se trató de asaltantes que fueron abatidos en enfrentamientos con efectivos de la policía bonaerense. Florencio Varela fue escenario de otros tres asesinatos. Dos de las víctimas de esos homicidios fueron madre e hijo, asesinados en el contexto de violencia de género, y el tercer fallecido fue un ladrón baleado por un efectivo de la Policía de la Ciudad al que intentó robarle la moto.
José C. Paz y Loma Hermosa fueron escenarios de dos homicidios en cada localidad. En la primera, las víctimas fueron el empleado de una estación de servicio, que fue asesinado en el contexto del robo de la moto, y el segundo fallecido fue uno de los ladrones que quisieron robarle el automóvil al conductor de un vehículo que hacía traslados de pasajeros y era policía. Mientras que en Loma Hermosa las dos víctimas eran asaltantes, uno de ellos menor, que fueron abatidos cuando quisieron robarle el vehículo a un policía que estaba de franco.
Al revisar las móviles de esos 34 homicidios hubo un denominador común en nueve casos: los fallecidos fueron ladrones que cayeron en enfrentamientos con efectivos de las policías de la Ciudad, Federal y bonaerense.
A excepción de un episodio, en el que un oficial de la fuerza de seguridad provincial mató a uno de los asaltantes cuando intentó impedir una entradera, en Ciudadela, los ocho sospechosos restantes fueron abatidos cuando asaltaron al conductor de una moto o al chofer del automóvil de una aplicación de viajes y que abordaron como pasajeros para después robarle.
En ninguno de los hechos, antes de tomar la decisión de concretar los asaltos, los ladrones advirtieron que las potenciales víctimas eran integrantes de fuerzas de seguridad que estaban de civil porque venían de prestar servicio o, como ocurrió en José C. Paz, Loma Hermosa y Quilmes, esos policías se dedicaban a conducir sus automóviles para distintas aplicaciones de traslados de pasajeros, fuera de los horarios de trabajo.
De los nueve ladrones que fueron abatidos en enfrentamientos por víctimas que, en el momento de los robos, se dieron a conocer como efectivos de fuerzas de seguridad, al menos cinco homicidios ocurrieron en las últimas 96 horas. Además de los nueve asaltantes fallecidos en enfrentamientos con policías, cuatro de ellos fueron abatidos en la zona sur del Gran Buenos Aires: tres en Quilmes y el restante en Florencio Varela.
La cantidad de homicidios ocurridos en enfrentamientos que tuvieron como móviles los robos de los automóviles o motos y la sucesión de vecinos que fueron asesinados cuando les robaron sus vehículos pusieron al descubierto otro factor que confirmó la causa del aumento de la violencia en esos delitos.
Debido a la modificación de los sistemas de encendido de los automóviles, los asaltantes necesitan de la denominada llave presencial para poder llevarse el rodado y la única forma de obtenerla es mediante la amenaza con un arma de fuego al propietario del vehículo. Así ocurrió en Aldo Bonzi, en La Matanza, cuando motopirañas hicieron arrodillarse y levantar los brazos a un niño durante el robo de la camioneta de su padre.
Por el contrario, a partir de la proliferación de esos dispositivos disminuyeron los hurtos de automóviles estacionados en la vía pública, en los que los ladrones que se dedicaban a esta modalidad, también conocidos como “yugueros”, usaban una ganzúa confeccionada con una percha de alambre para levantar el seguro del vehículo. Luego mediante un “puente” ponían en marcha el automóvil y se lo llevaban. Pero con la instalación masiva de sistemas de alarma y llaves presenciales los delincuentes recurren cada vez más a las armas.
Ese aumento en la violencia en los robos de automóviles quedó expuesto en las estadísticas realizadas por el Ministerio Público Fiscal bonaerense, que indicaron que durante 2022 se iniciaron 26.529 investigaciones por “hurto agravado de autos dejados en la vía pública”.
Dicha cifra representó un crecimiento de 32,3% con respecto al año anterior, cuando se denunciaron 20.052 robos de automóviles con esa modalidad.
Según las estadísticas de la Superintendencia de Seguros de la Nación, en todo el país se robaron el año pasado 78.128 vehículos. Al menos 43.290 correspondieron a automóviles y 30.617 a motos; el resto, a camiones, camionetas, taxis, remises y máquinas viales. El mismo relevamiento realizado por el organismo que agrupa a las aseguradoras reveló que 51.111 de esos vehículos fueron sustraídos en territorio bonaerense.
Disparos mortales
En el contexto de los robos de vehículos mataron este año a Uma Aguilera, de 9 de años, en Lomas de Zamora, que fue asesinada por una banda de delincuentes que intentó sustraer el Ford Ka de su padre cuando salía de su casa para llevar a la niña al médico; a María Lucrecia Arias, de 50 años, en Castelar, asesinada cuando se le trabó el cinturón de seguridad de su Volkswagen Amarok en el momento en que dos delincuentes le apuntaban con armas para que entregara el automóvil.
Eugenio Sipatov, de 40 años, en Lanús; Leonardo Quinteros, de 50, en Merlo; Sebastián Ochoa, de 26, en José C. Paz; Maximiliano Rojas, de 27, en Lanús; Agustín Atamaniuk, un contador de 59 años, al que mataron en Ituzaingó para robarle la moto, fueron las otras víctimas de homicidios ocurridos en lo que va del año, cuando les robaron sus vehículos.
La participación de los menores asaltantes en los robos violentos de vehículos quedó en evidencia hace dos semanas con la detención de Martincito, un precoz delincuente que antes de cumplir 16 años, cuando por su edad era inimputable, cometió cuatro homicidios, en la zona de Lomas de Zamora. Martincito, que actualmente tiene 17 años, pero que nunca será condenado por ninguno de los cuatro homicidios que le adjudican porque era no punible para la ley penal, fue apresado hace diez días cuando un vecino alertó al número de emergencias 911 de que le habían robado la moto en Villa Barceló, partido de Lanús.ß
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