ADN del crimen: el sangriento camino que se abre a partir del robo de la patente de un vehículo
El armado de vehículos mellizos usa chapas originales para eludir sistemas de videovigilancia; es el método preferido de los sicarios para llegar hasta su blanco
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Hace dos semanas Sandra, que en 2021 había comprado un Volkswagen Suran, fue a renovar el registro de conducir. Grande fue sorpresa cuando le informaron que tenía dos multas por $ 34.000 en Cañuelas y General Pacheco, en zonas por las que no había circulado. Cuando concurrió a los juzgados de Faltas para presentar un descargo y pidió las actas se encontró con que en las imágenes de las fotomultas aparecía un automóvil de similares características al suyo, pero de diferente color, con la misma patente.
En ese momento, Sandra, que solicitó mantener su identidad en reserva, comprendió que le habían duplicado la patente. Así comenzó un camino laberíntico, que todavía no terminó de recorrer, para demostrar ante los juzgados provinciales de faltas, que funcionan en Cañuelas y en General Pacheco, que el automóvil al que le hicieron la infracción de tránsito no le pertenecía y le habían copiado el número de dominio.
Debido a que el sistema de infracciones tiene objetivos recaudatorios todavía no pudo probar que no era ella quien conducía el automóvil mellizo al que le hicieron las fotomultas.
El caso que Sandra expuso en una carta difundida por redes sociales, dejó al descubierto un delito que constituye la punta del ovillo para otras figuras penales: los robos de automóviles, la comercialización y fabricación de patentes falsas, la confección de vehículos mellizos o “emponchados” y la facilitación de rodados para cometer robos, asaltos en la modalidad piratas del asfalto y homicidios por encargo.
El lunes pasado, los vecinos de tres manzanas de Ovidio Lagos al 3700, en Rosario fueron sorprendidos porque al abordar los automóviles que dejaron estacionados en la calle advirtieron que les habían robado las patentes.
Según denunciaron los habitantes del barrio situado a cuatro cuadras de la sede de la Unidad Regional II de la policía de Santa Fe, entre las 15 y las 17 fueron saqueadas las chapas identificatorias de quince vehículos.
Ignoraban los vecinos que en los últimos doce meses, Rosario se convirtió en una fuente proveedora de sicarios para bandas de narcotraficantes que operan en esa ciudad y en el conurbano. Además del arma de fuego, la otra herramienta clave para el asesino a sueldo es el automóvil que utilizara para llegar hasta el lugar donde está el objetivo y para escapar sin dejar rastros.
En el 90% de los ataques sicarios se usaron vehículos que tenían patentes robadas o duplicadas que correspondían a rodados que carecían de pedidos de secuestro.
Por este motivo los responsables de las áreas de seguridad del Gobierno nacional y las administraciones provinciales insisten con la necesidad de realizar las denuncias ante el robo de las patentes, para evitar la eventual imputación en una causa penal si el dominio fue colocado en un automóvil que se usó en un homicidio o en un robo o si el conductor del rodado mellizo estuvo involucrado en un incidente de tránsito con fallecidos o lesionados.
El 23 de febrero pasado, al grito de “policía”, seis sicarios, encapuchados y vestidos de negro, entraron en la casaquinta de Gustavo Barrientos, alias Petaco, jefe de la barra brava de Patronato, y lo mataron de cinco balazos. Los homicidas estaban fuertemente armados, con pistolas y fusiles de alto poder de fuego.
Pero lo más extraño del homicidio fue cómo se llevó adelante. Los sicarios usaron una camioneta Toyota SW4 negra, con vidrios polarizados, que fue robada en Rosario, en enero de 2022 y que quedó abandonada en un paraje en la costa del río Paraná, en ese lugar los asesinos abordaron una embarcación con la que cruzaron a la provincia de Santa Fe.
Al revisar la camioneta, los investigadores determinaron que tenía una patente que correspondía a un Volkswagen Suran que había sido robado un mes antes, en Rosario.
Durante una serie de allanamientos realizados en la ciudad más importante de Santa Fe, los investigadores del asesinato de Mauricio Cordara, chofer del secretario adjunto de la UATRE, Pablo Ansaloni, determinaron que los sicarios fueron contratados en Rosario.
Para concretar el asesinato, ocurrido el 18 de noviembre pasado, en Colón, en la provincia de Buenos Aires, los sicarios usaron un Fiat Palio rojo que compraron en un desarmadero situado en Empalme Graneros, cuyo dueño está preso en el penal de Piñero.
El automóvil usado en el ataque era robado y tenía colocada una patente que había sido sustraída en Rosario. El automóvil tenía pedido de secuestro pero, debido a que circulaba con una patente robada de la que no se había realizado la denuncia, nadie lo paró en la ruta.
“Amigo necesitan un auto de los de Miami para hacer un laburo y lo descartan”, dijo uno de los detenidos por el homicidio de Cordara, según consta los mensajes de WhatsApp, hallados en el celular que le secuestraron.
“Tengo un Palio rojo en un garaje de Nicaragua y México”, respondió el usuario del celular 3416559. . . que pertenecería al sospechoso Blas Sosa, que en ese momento estaba detenido en la cárcel de Piñero.
Sosa habría manifestado que las chapas patentes estaban guardadas en un galpón y que la venta del Fiat Palio se realizaría el 17 de noviembre a las 10.30 en la esquina de Godoy y Rouillon, en Rosario.
Al día siguiente, ese vehículo fue utilizado por el grupo de sicarios que mató a Cordara, en Colón, cuando dejaba a los hijos de Ansaloni, en su casa.
Los asesinos a sueldo rosarinos llegan al conurbano en autos “emponchados”, tal como se denomina a los vehículos robados que circulan con documentación apócrifa, que pertenece a un rodado sin pedido de secuestro.
La adulteración de datos
El 8 de febrero pasado, un joven de 17 años fue asesinado en la villa 9 de Julio, de Villa Ballester, a 300 metros de una conocida fábrica de equipos electrónicos. Según fuentes policiales, el “tiratiros” llegó al lugar en un BMW, bajó y abrió fuego contra la casa en la que vivía el adolescente.
Luego de una persecución, el sicario fue detenido. Tenía 16 años. A los investigadores les sorprendió la calidad de la documentación falsificada que llevaba el BMW con el que se movilizaba el sicario rosarino. Se trataba de un automóvil al que le colocaron una patente robada, cuya denuncia no había sido realizada.
A modo de paseo, cuando regresaba de trabajar, el inspector de la policía bonaerense Daniel Molero llevaba a su hija a comprar en el supermercado chino situado en la esquina de Roger e Hipólito Yrigoyen, en Longchamps.
La noche que lo mataron no alteró esa costumbre.
Los tres delincuentes que entraron a robar no le dieron tiempo a que sacara su arma y uno de ellos le disparó un balazo en la cabeza.
Afuera del supermercado quedó el utilitario Citroën Berlingo en el que llegaron los delincuentes.
Al revisar dicho vehículo, los investigadores comprobaron que la patente no correspondía al rodado. Llevaba una placa que comenzaba con “WJZ”.
El modelo Berlingo de Citroën es posterior a los automóviles con patente W. Al cotejar la base de datos del Registro Automotor advirtieron que esa patente “WJZ” pertenecía, en realidad, a un Peugeot 504 radicado en Glew, no muy lejos del lugar del sangriento asalto y que había sido robada días antes.
Identificaciones falsificadas
La fabricación de patentes se convirtió en una actividad lucrativa que se publicita en diversas plataformas de venta en Internet. En septiembre pasado, un grupo de detectives de la División Delitos contra el Automotor de la Policía Federal detuvieron a un diseñador gráfico que confeccionaba patentes duplicadas, en San Nicolás.
El falsificador de patentes estuvo preso apenas unas horas debido a que el delito es excarcelable porque tiene una pena de un año a cuatro años de prisión.
Debido a la sucesión de robos de patentes, también aparecieron en el mercado una serie de elementos de seguridad para evitar la sustracción de las chapas que, generalmente, están fijadas a la carrocería con tornillos convencionales. Dichos kits antirrobo de patentes cuestan entre $ 5000 y $ 20.000 y consisten en una de serie de tornillos que dificultan el saqueo de las chapas.
En caso de que alguien sufra el robo de una o de las dos patentes del auto, se debe radicar la denuncia. Con la exposición policial por la sustracción de las chapas, el trámite se completa en el Registro de la Propiedad Automotor, en el que se solicita un formulario 02.
Aunque dicho formulario es gratis, en dicha dependencia se cobra la certificación de la firma hay que pagar el costo de la fabricación de las patentes.
La necesidad de realizar la denuncia y el trámite de reposición de las patentes robadas o perdidas tiene como objetivo evitar eventuales procesos penales si la chapa fue colocada en un automóvil usado en un homicidio o un robo o si la patente se instaló en un vehículo involucrado en un accidente de tránsito con víctimas.
Durante 2022, la Policía de la Ciudad apresó a 21 delincuentes que circulaban en automóviles con patentes robadas. Dichos vehículos fueron descubiertos con las distintas lectoras de patentes instaladas en territorio porteño.
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