ADN del crimen: Chaki Chan, el asesino precoz que se convirtió en el verdadero “Patrón de La Matanza”
Amenazó a un fiscal y los policías que no le temen buscan cobrar coimas pagadas con los más de $ 300.000.000 que el traficante recauda cada mes por la venta de estupefacientes
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Chaki Chan no duda en matar. La Justicia le adjudicó cinco homicidios. Aunque el narco, señalado como supuesto “Patrón de La Matanza” se jactaba de haber cometido 15 asesinatos. Amenazó a un fiscal y mandó a sus secuaces a tomarles fotos a las casas de los policías que se animaron a investigarlo. Después, mandaba esas imágenes a los efectivos con la leyenda: “lindo rancho en el que vivís”. Así instaló el miedo entres algunos uniformados.
Aquellos policías que no le temen, se aprovechan de los $ 10.000.000 diarios que recauda por la venta de drogas en sus búnkeres, para cobrarle coimas. Pocos policías se atreven a investigarlo porque saben que Chaki Chan tiene protección de un grupo de miembros de la fuerza de seguridad provincial y porque, según la Justicia, sería un asesino despiadado.
A pesar de que le adjudican cinco asesinatos, Chaki Chan sigue en libertad y, con apenas 29 años, se convirtió en el mayor narco de La Matanza. Según fuentes judiciales, Chaki Chan nunca fue condenado por los homicidios que le adjudicaron cuando era mayor, porque, cuando fueron convocados a declarar en el juicio oral, los testigos, por miedo, se habrían negado a identificarlo.
Algunos de los homicidios que le adjudicaron fueron cometidos cuando Chaki Chan tenía entre 16 y 17 años.
Aunque la sola mención de su apodo impone miedo en los barrios en los que instaló sus cocinas de droga, pocos conocen su verdadera identidad que, según fuentes judiciales, sería Nicolás Nahuel Guimil, registrado ante la AFIP como empleado de una empresa de limpieza, con domicilio en el partido de Esteban Echeverría.
Hace diez días, los soldaditos de Chaki Chan fueron denunciados por los vecinos del complejo de monoblocks situado en el cruce de Crovara y Camino de Cintura, en Ciudad Evita. Al menos, los videos grabados por aterrorizados vecinos expusieron que policías bonaerenses retrocedieron ante los disparos de la banda supuestamente comandada por Guimil.
Esas imágenes pusieron evidencia que los narcos contaban con el apoyo de fuego de, al menos, una ametralladora. Una FMK3, que en la Argentina podría llamarse el subfusil narco. Para las organizaciones criminales es fácil el acceso a esa arma que otorga un importante volumen de fuego. Se trata de una ametralladora que hace décadas integra el arsenal de todas las fuerzas policiales. Y tiene una ventaja adicional para los narcos: soluciona el problema logística de abastecimiento de munición, ya que utiliza comunes balas de 9mm.
“Gente esto está pasando en el complejo 19 de los monoblocks. El ‘Osito’ de la tira 4 y 5 y el ‘Tribunero de Chicago’ bajaron con la gente de Chaki Chan a tomar ‘El 19′ para vender pasta base, alita de mosca y faso. Le pegan a los pibes y les roban los celulares. Dijeron que, supuestamente, van a cuidar el barrio, pero no es así. No queremos gente de otro lado. Vamos a denunciarlos con videos. Chaki Chan quiere copar el barrio y trajo al ‘Osito’. No vamos a parar hasta que se vayan”, se expresaba en un afiche repartido por los vecinos del mencionado complejo.
Viviendas ocupadas
En otros de los videos difundidos por los vecinos, se podían escuchar las detonaciones de al menos veinte balazos disparados en medio del enfrentamiento entre los narcos y los policías. Según fuentes judiciales, el grupo de soldaditos de Chaki Chan, comandados por el ‘Osito’, irrumpíó en el barrio para ocupar viviendas que utilizará para vender droga o acopiar estupefacientes.
“La metodología de Chaki Chan consiste en intentar comprar la casa que quiere usar como búnker de droga. Si el dueño no se la vende, la usurpa. Tuvo varias denuncias por hechos como ese”, indicó un funcionario judicial que lo tuvo frente a frente en una dependencia del Ministerio Público de La Matanza.
Según fuentes judiciales, actualmente, Guimil, alias Chaki Chan, manejaría el tráfico de drogas en los barrios 22 de Enero, San Petesburgo, Virrey del Pino, Villegas y Puerta de Hierro. Su plan de expansión incluyó instalar puestos de venta de droga en los monoblocks situados en el cruce de Crovara y Camino de Cintura. Pero la iniciativa se frustró, debido a la decisión de los vecinos de denunciar al jefe narco y sus soldaditos fueron expulsados, por ahora.
Este cronista recorrió la zona y, en una conversación con un vecino, en la esquina de Avenida Central y 500, el habitante del barrio 22 de Enero, indicaba que allí, según la dirección del viento, algunas noches se percibe el fuerte olor a acetona, proveniente de las cocinas de droga que, supuestamente, Chaki Chan, habría instalado en el interior del asentamiento para procesar la pasta base.
El barrio donde se refugia actualmente Chaki Chan, se conoce como 22 de Enero, denominación que corresponde a la fecha en la que se instalaron las primeras viviendas del asentamiento que comenzó como una toma de terrenos y que, desde 1986, hasta la actualidad, llegó a ocupar casi 80 hectáreas rodeadas por la Avenida Central, Cristianía, la ruta 21 y la calle 500.
Para la Justicia, la sucesión de homicidios que le habrían adjudicado a Guimil comenzó antes que el acusado cumpliera los 18 años. En el momento de ser detenido por efectivos de la policía bonaerense que lo buscaban por cinco asesinatos, Guimil afirmaba que era menor y amenazaba a los detectives con denunciarlos si lo tocaban.
“Fue necesario someterlo a un peritaje antropométrico para determinar que era mayor de edad. Nos mandaba a la familia a la comisaría para hacer manifestaciones con el objetivo de que lo liberemos. Pasó poco tiempo en la cárcel, porque los homicidios por lo que fue acusado, fueron cometidos cuando era menor”, expresó uno de los policías que lo detuvo en 2012.
A partir de una reconstrucción del prontuario del misterioso narco, realizada por LA NACION, apareció un hecho, en el cual el perfil violento de Guimil o Chaki Chan quedó expuesto como una metodología que tenía un doble objetivo: matar para sacar del medio a los competidores y asesinar a los cómplices que lo traicionaba para mandar un mensaje a sus subordinados.
En 2012, Héctor Gabriel Sandoval, alias “Maña, fue llevado de urgencia al hospital Paroisien, de La Matanza debido a que le habían disparado varios balazos. Según la reconstrucción del intento de homicidio realizada por los investigadores de la policía bonaerense, el tirador abrió fuego desde una moto Yamaha 150 gris.
Los primeros dos balazos hirieron a Sandoval en el pecho y en una pierna. Sin capacidad de reacción, “Maña”, quedó tirado en el piso, a merced del sicario que descendió de la moto para pegarle el tiro de gracia. Le disparó en la cabeza y, ante la presunción de que lo había matado, abordó la moto y huyó del lugar.
Pero “Maña”, que simuló estar muerto, logro sobrevivir. Los testigos indicaron que el ataque había sido un ajuste de cuentas entre narcos y señalaron al supuesto sicario por su alias: “José Secuencia”, de Puerta de Hierro.
“En realidad “José Secuencia” era el alias de un chico, de 15 años, que trabajaba como sicario para Chaki Chan. El cuerpo del asesino adolescente fue hallado tres horas después del ataque contra “Maña” Sandoval, con dos balazos en el rostro, en Esteban Echeverría.
Cuando los policías llegaron hasta su casa, situada en la Tira 27 del asentamiento Puerta de Hierro para comunicarle a su madre sobre el homicidio de su hijo, de 15 años, la mujer mencionó el nombre de Chaki Chan. Ante los uniformados, la mujer afirmó que el mencionado narco, acompañado por un menor, identificado como Joel, pasó a buscar su hijo y lo llevó a Esteban Echeverría para refugiarlo en una casa, hasta que pasara la conmoción por el ataque contra “Maña” Sandoval.
Sin embargo, el sicario identificado por fuentes policiales como José Luis, de 15 años, alias “José Secuencia”, de Puerta de Hierro”, fue asesinado en el trayecto. Según el relato de la madre de la víctima, Chaki Chan y Joel pasaron por su casa a buscar a su hijo, a bordo de un Peugeot 504 negro. José Luis abordó el rodado, mientras que Joel se llevó la moto Yamaha usada en el ataque contra “Maña” Sandoval, para borrar todas las pruebas.
Horas después, los vecinos alertaron al número de emergencias 911 sobre el hallazgo de un cadáver con dos balazos en la cara. El cuerpo había sido arrojado desde un automóvil en movimiento. Los testigos indicaron que la víctima fue arrojada desde un Peugeot 504 negro. El mismo automóvil usado por Chaki Chan y su cómplice para pasar a buscar al sicario. Con el homicidio de José Luis, de 15 años, alias “José Secuencia”, Chaki Chan apuntaba a no dejar cabos sueltos.
Su plan fracasó. Cuando se dirigía a su casa, situada en Esteban Echeverría, Chaki Chan fue apresado por efectivos del destacamento Malvinas Argentinas de la policía bonaerense que se cruzaron con el Peugeot 504, señalado por los testigos del homicidio.
Al revisar a Guimil y a Joel, su cómplice, menor de edad, los policías secuestraron una pistola Bersa 9 mm, serie N° 273989, otra pistola, marca Glock, serie N° EDB695 y la moto Yamaha 125 gris, patente 609-GER, usada en el ataque contra “Maña” Sandoval, en Ciudad Evita.
Mientras que en el lugar en el que Guimil y Joel descartaron el cuerpo del sicario, los policías encontraron dos vainas servidas calibre 9mm compatibles con las armas secuestradas en poder de los acusados.
A pesar que, en ese momento, Chaki Chan tenía 19 años y que José Secuencia”, tenía 15 años, eran viejos conocidos para los policías de la comisaría de Ciudad Evita. Ambos fueron investigados por el homicidio de Grerardo Ezequiel Carrizo, ocurrido el 25 de agosto de 2012, en el monoblock 8.
Según fuentes policiales, tres días más tarde, Chaki Chan y “José Secuencia” habrían matado a Marcos Alberto Macedo, de 23 años, en la puerta de la casa de la víctima, situada en la calle 900. En octubre de ese año, habrían atacado a un taxista, de 50 años. A pesar que le dispararon dos balazos, el conductor salvó su vida de milagro.
El siguiente homicidio que la Justicia le habría adjudicado a Chaki Chan ocurrió el 3 de octubre de 2012. La víctima fue identificada como Brian Roy González, de 17 años. Un amigo que lo acompañaba en el momento de la balacera, de 19 años, resultó herido de gravedad, pero le salvaron la vida en el hospital Parossien.
Brian y su amigos fueron baleados cuando estaban en uno de los ingresos del complejo de monoblocks, situado en el cruce de Crovara y Camino de Cintura; el mismo lugar en el que, diez años más tarde, irrumpieron los soldaditos de Chaki Chan para copar la zona para instalar puestos de venta de droga.
En marzo de 2017, Chaki Chan, fue apresado nuevamente. Lo acusaron por tráfico de drogas. Dos meses antes había logrado escapar de los policías que allanaron su casa, en Virrey del Pino. Guimil, había instalado veinte cámaras de seguridad que monitoreaba desde su celular. Así ,se anticipó a la llegada de los efectivos y logró huir.
Uno de los policías que participó de ese allanamiento y de la posterior detención recordó que Guimil “siempre se movilizaba con un chaleco antibalas y dos armas de fuego”. Por entones, Chaki Chan, tenía 23 años y se había convertido en un narco poderoso y temido en La Matanza.
En 2015, la policía había intentado detenerlo. Un grupo de efectivos de la policía bonaerense realizó siete allanamientos en diversas propiedades adjudicadas a Chaki Chan, que era acusado del homicidio de Luis Alfredo Galeano.
La fuerza del clan
Con suma habilidad, Chaki Chan logró evadir condenas importantes que, como mayor de edad, lo habrían llevado a la cárcel durante varios años. En algunas causas se sometió al proceso de juicio abreviado y en otras resultó absuelto, a pesar que sus familiares fueron condenados.
Según consta en una resolución dictada en febrero de 2019, un Tribunal Oral de La Matanza impuso penas de cuatro años y medio de cárcel, por tenencia ilegal de armas de guerra y tenencia de estupefacientes para su cumercialización, a Gabriel Ángel Danese, alias “Gordo León”, cuñado de Chaki Chan, a su hermana y a su madre.
El tribunal consideró que no había pruebas contra Chaki Chan y decidió absolverlo. Mientras Guimil, salía indemne del juicio oral, su cuñado sumó una nueva condena. Otro tribunal oral, sentenció al “Gordo León” a prisión perpetua por el homicidio de Rodrigo Zalazar, ocurrido en 2018, durante un robo, en Ciudad Evita.
Durante, los últimos siete años, Guimil, se dedicó a potenciar su organización criminal. Si bien fijó domicilio en Esteban Echeverría, en un inmueble donde funciona una ferretería, desarrolló su actividad en La Matanza. Recurrió a mujeres embarazadas a las que instaló en departamentos de los complejos de monobloks de Ciudad Evita y en viviendas del barrio 22 de Enero, San Petesburgo y Puerta de Hierro para depositar la droga que comercializaba en los búnkeres de la zona y en San Alberto, Villegas, Virrey del Pino, Isidro Casanova y González Catán.
Delegó en su contador, conocido como el “Gusano” Pepi, el lavado de más de $ 300.000.000 que recaudaba por mes en concepto de venta de pasta base, de la cocaína conocida como ‘alita de mosca’ elaborada en Perú y denominada con ese mote debido a la forma de presentación, distinta al polvo blanco de la cocaína boliviana y cigarrillos de marihuana.
En tanto que un personaje conocido como “Giuseppe”, se encargó de canalizar a través de la compra de automóviles de alta gama, el dinero proveniente de la venta de droga. Un método similiar al que usaron los miembros del clan Cantero, en Rosario.
Otros engranajes clave en la organización de Chaki Chan aparecen identificados por sus alias como “Madera” y “Fredy”. Ambos se ocupan del manejo de la millonaria recaudación. Mientras que “Verdura” Rodríguez, operaba como uno de los sicarios del grupo.
Actualmente, existe una causa abierta que tiene como acusado a Chaki Chan. El expediente está radicado en un juzgado federal de Morón que requirió la competencia a un juzgado federal de Lomas de Zamora, que ya investigaba a Guimil, porque existía un sumario más antiguo radicado en ese tribunal.
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