Acusan a un jefe policial de encubrir un homicidio
Un cabo dijo que un oficial superior montó una escena del crimen falsa donde se abandonó el cuerpo de Oyhanart para desviar la atención de un empresario acusado; una médica afirmó que el asesinato fue en otro lugar
Un suboficial que declaró en una fiscalía de La Plata involucró a un jefe policial en las maniobras pergeñadas para encubrir al empresario que habría asesinado a Marisol Oyhanart hace casi un año en Saladillo.
Según informaron fuentes de la investigación, este uniformado afirmó que la madrugada del 15 de abril pasado un jefe policial estuvo en el lugar donde, minutos después de las 8, fue hallado el cuerpo de la maestra, de 38 años, que había desaparecido la tarde anterior cuando salió de su casa para ir a caminar.
Este cabo le dijo a la fiscal Ana Medina que otros uniformados impidieron que los hermanos y el esposo de Marisol se acercaran a la zona de taperas, donde fue encontrado el cadáver. Uno de los investigadores policiales indicó a LA NACION que el plan fue elaborado por un jefe policial. Tres subalternos colaboraron con él para ayudar al asesino de Marisol evitando que los vecinos se aproximaran a la zona que eligieron para abandonar el cadáver.
No se trató de una elección aleatoria. El pastizal que rodea las taperas en el que fue encontrado el cadáver de la maestra jardinera está a un costado del camino que utilizan muchos vecinos de Saladillo para realizar caminatas. Se trató también del sitio en el que se movilizaba Johnatan Bianchi, el sospechoso con antecedentes en la seccional local que habían elegido los jefes policiales para que sea señalado como el supuesto autor del homicidio.
Según declaró un testigo en la causa judicial, cuatro oficiales habrían cobrado una importante suma de dinero para encubrir a un empresario que era amante de Marisol.
La búsqueda de la maestra jardinera y madre de tres hijos comenzó el 14 de abril, poco después de las 18.30, cuando su esposo, Sergio Rachit, denunció la desaparición en la comisaría de Saladillo. Los rastrillajes se suspendieron 10 horas después. Según declararon los testigos, uno de los lugares en los que se buscó fue esa zona de taperas. La primera búsqueda realizada allí había dado resultado negativo.
Cuando los hermanos y el esposo de Marisol quisieron volver a revisar el pastizal, fueron interceptados por los policías que les impidieron el acceso. Pero un efectivo de la comisaría local le dijo a la fiscal que un jefe policial estaba esa madrugada a cuatro metros del lugar en el que horas después fue hallado el cuerpo de la víctima.
En el seno de la investigación sospechan que el cadáver de Marisol fue llevado a ese lugar entre las 5 y las 7 con el objetivo de montar una escena para involucrar a Bianchi.
Hace tres días, la médica legista que revisó el cuerpo de Marisol en el lugar del hallazgo afirmó ante la Justicia que el cadáver estaba muy bien acomodado y, a su criterio, fue colocado en ese pastizal. Agregó que no había señales de lucha en el lugar y sostuvo que el cuerpo fue llevado sobre el hombro de una persona, con la cabeza hacia atrás. La médica fundó su dictamen en la distribución y dirección del goteo de sangre.
Pero la maniobra para responsabilizar a Bianchi se frustró porque ninguno de los testigos que llevaron cuatro oficiales de Saladillo ratificó ante la Justicia que habían visto al sospechoso en la zona de taperas.
"El juez de Garantías, César Melazzo, habría rechazado el pedido de captura debido a que nadie reconoció al sospechoso", dijo una fuente de la investigación.
A casi un año del asesinato de Marisol, el Gabinete de Homicidios de la Dirección de Investigaciones de La Plata presentó un informe ante la fiscal Medina en el que se recomendaba "seguir y profundizar la pista referida a un empresario de la zona de Saladillo, como presunto responsable del homicidio".