“Actué como mamá”. Mató a su pareja porque había abusado de sus hijos y escondió el cadáver en un ropero: recibió 11 años y medio de cárcel
Un jurado popular la halló culpable de “homicidio mediando circunstancias extraordinarias de atenuación”, ya que se tuvo en cuenta el historial previo de violencia doméstica; la Justicia determinó que no deberá cumplir su condena en una cárcel común, sino en su casa, monitoreada con una tobillera electrónica
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Un tribunal sentenció a 11 años y 6 meses de prisión a una mujer por el homicidio de su pareja, cuyo cadáver fue hallado dentro de un ropero, tapado con cemento, en una casa de Lomas de Zamora.
Gilda Acosta Duarte golpeó en la cabeza con una pesa de diez kilos a Richard Alejandro Sánchez Escobar y luego lo estranguló con el cable de un ventilador. Pero un jurado popular la halló culpable de “homicidio agravado por el vínculo, mediando circunstancias extraordinarias de atenuación”: tuvo especialmente en cuenta que la mujer, nacida en Paraguay hace 50 años, era víctima de violencia de género y reaccionó cuando supo que su compañero, de 28 años, había abusado de sus dos hijos. “Actué como mamá”, se excusó ante el tribunal.
Si no hubiese sido por esas “circunstancias excepcionales de atenuación”, la única pena posible para Gilda hubiese sido la prisión perpetua. No fue la única concesión. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°6 de Lomas de Zamora, a cargo de la jueza Marianela Mazzola, dispuso que Acosta Duarte cumpla la pena en su domicilio, monitoreada con una tobillera electrónica, informaron fuentes judiciales.
Durante los alegatos, la fiscal de juicio, Marcela Dimundo, había pedido que la acusada sea condenada a 13 años de prisión con arresto domiciliario, mientras que la defensa de Duarte solicitó que reciba 8 años de prisión, la pena mínima de ese delito. Había pedido que se tomara en cuenta que Acosta Duarte mató a su marido tras los reiterados ataques de violencia familiar y los abusos sexuales a los que él había sometido a los hijos de la mujer. El tribunal mensuró la pena justo en la mitad entre ambos requerimientos. Salomónico.
El debate con jurados populares comenzó el miércoles 4 de mayo. En la segunda audiencia, Acosta Duarte sufrió una descompensación mientras uno de sus hijos declaraba sobre los supuestos abusos sexuales a los que era sometido por su padrastro. Ante esa situación, la audiencia debió ser suspendida.
Antes del inicio del debate, en una entrevista televisiva, la mujer aseguró que el desencadenante del crimen fue el haberse enterado de que Sánchez Escobar había abusado sexualmente de dos de sus seis hijos, de 12 y 13 años.
”Me entero el mismo día de los dos abusos”, señaló Acosta Duarte, que agregó: “Actué como mamá y en ese momento me defendí de él y defendí a todos mis hijos”.
Ante el jurado, Gilda describió los “maltratos” que recibía de parte de su pareja. La mujer interrumpió su declaración en dos oportunidades para ir al baño y para que se le controlara la presión, según detalló la Asociación Argentina de Juicio por Jurados (AAJJ) en su reseña del debate.
“Me trataba de vieja, gorda, y decía que era una inútil. Una vez me dejó marcas y me tuve que maquillar para poder ir a trabajar”, afirmó, y al referirse al momento del hecho expresó que tenía “miedo”.
“Yo le encaré y le dije ¿por qué me lo toqueteaste al Lucas? Él se rio y amenazó con matarme a mí y a los chicos. Ahí nomás me pide sexo y yo no aguanté más, y le reventé la cabeza con la pesa de diez kilos”, explicó.
“Temí por mi vida y la de mis hijos. Era él o yo. Yo no soy así, no era esa persona. Actué mal como ciudadana, pero venía aguantando mucho con esta persona. Lo que él le hizo a mi familia no se lo deseo a nadie”, sostuvo.
La fiscal Marcela Dimundo consideró, según la reseña de la AAJJ, que aquel diálogo no existió, y que Gilda golpeó a Richard cuando él dormía. También hizo declarar a dos testigos, vía Zoom desde Paraguay, que afirmaron que Sánchez Escobar ya tenía pasaje para volverse a Asunción, porque había decidido abandonar a su pareja.
La defensora Paula Rodríguez Herlein, sostuvo que Gilda había actuado bajo la “legítima defensa en el contexto de violencia de género” al enterarse del abuso de sus hijos y pidió la circunstancia extraordinaria de atenuación “debido al estado de alteración mental emocional” en el que se encontraba en el momento del hecho. Además, señaló que “el peligro ya existía porque Richard amenazaba con matarla a ella y a sus hijos si lo denunciaba”.
El jurado, por 10 votos contra 2, consideró que el hecho, efectivamente, había sido un homicidio agravado por el vínculo, y no un caso de “legítima defensa”. Pero consintió la existencia de las circunstancias extraordinarias de atenuación por el contexto de violencia doméstica que desencadenó el trágico desenlace.
El caso
El crimen se produjo la noche del lunes 18 de febrero de 2019, alrededor de las 11, cuando la mujer tomó un disco de una pesa de 10 kilos que usaban para trabar una puerta para golpear a su pareja y luego agarró el cable de un ventilador, lo cortó y lo estranguló.
Los médicos forenses de la morgue judicial de Lomas de Zamora confirmaron en la autopsia que la causa de la muerte de Sánchez Escobar, quien también era paraguayo, fue asfixia por estrangulamiento a lazo.
También detectaron que el joven presentaba unos diez golpes en el cráneo que se cree fueron los provocados por la pesa y que lo dejaron atontado, circunstancia aprovechada por la mujer para poder estrangularlo sin que ofreciera mayor resistencia, dijeron los voceros.
El hecho fue descubierto dos días después, en una casa situada en Corbacho al 1500, en la localidad de Villa Rita, partido de Lomas de Zamora, cuando la mujer se presentó en el destacamento local y pidió hablar con el efectivo encargado, a quien le dijo: “Maté a mi pareja y lo puse en un ropero con cemento”.
La mujer entregó, además, las llaves de su domicilio, tras los cual, personal de la Policía Científica y de Bomberos se trasladó hasta el lugar para certificar los dichos de la mujer.
Al ingresar en la vivienda, los efectivos hallaron en el centro de la habitación de la pareja un ropero de tres puertas tumbado en el piso y tapado con una tela.
Luego, los policías abrieron el mueble y encontraron el cadáver de Sánchez Escobar tapado con cemento y en un avanzado estado de descomposición.
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