Abusos sexuales: después de identificar a 21 víctimas, piden que un profesor de Lenguas vaya a juicio

Horrorizada, la mujer se presentó en la Justicia y denunció al profesor de Lenguas de su hijo. Aportó chats con archivos de pornografía infantil y con fotos de sus partes íntimas que el docente le enviaba al adolescente. Tres días después de la presentación, el sospechoso fue sorprendido en la cama de su casa con un alumno de 14 años. Fue detenido y, ahora, diez meses después, el Ministerio Público Fiscal porteño pidió que el acusado, identificado como Adrián Rowek, sea juzgado por los delitos de grooming (acoso de parte de un adulto a niños, niñas y adolescentes a través de Internet), abuso sexual agravado, tenencia de material de abuso sexual infantil, suministro de material pornográfico a menores de edad y suministro de estupefacientes.

Así lo solicitó la fiscal Daniela Dupuy, a cargo de la coordinación de la Unidad Fiscal Especializada en Delitos Informáticos porteña. Durante la investigación del Ministerio Público se pudo identificar, según fuentes judiciales, a 21 víctimas, todas menores. Los hechos por los que sería juzgado el docente habrían ocurrido entre 1990 y el momento de su detención, hace diez meses.

“La investigación comenzó en mayo pasado, en pleno aislamiento social, preventivo y obligatorio (ASPO), cuando familiares de un niño de 12 años, alumno del imputado, hicieron la denuncia y aportaron intercambios de conversaciones WhatsApp de contenido sexual y erótico entre el profesor y el adolescente, comprobándose que el docente le envió imágenes sexuales a la víctima”, explicó el Ministerio Público Fiscal en un comunicado de prensa.

Como se dijo, tres días después de la denuncia de la víctima, personal del Cuerpo de Investigaciones de Judiciales (CIJ) del Ministerio Público Fiscal porteño allanó la casa del imputado, en Villa Real, donde se encontraron al profesor en la cama con otro alumno de 14 años.

Pocas horas después y por la gravedad de los hechos, la fiscal Dupuy pidió la prisión preventiva del docente, que en ese momento trabajaba en una escuela de Villa Devoto. La jueza en lo penal, contravencional y de faltas porteña Cristina Lara hizo lugar a la solicitud de la representante del Ministerio Público.

“Día a día se acercan víctimas de años atrás. Obviamente van a declarar con el resguardo a su identidad y la confidencialidad que requiere el caso. Se están presentando personas que dicen haber sido víctimas de este hombre en 1993″, había dicho a LA NACION una calificada fuente de la investigación poco después de que se dictara la prisión preventiva de Rowek.

En definitiva, a lo largo de la instrucción de la causa, se pudo identificar a 21 damnificados. “Las víctimas fueron alumnos en cada uno de los establecimientos educativos donde el imputado trabajó como docente”, se agregó en comunicado de prensa.

En su momento, cuando fundamentó el pedido de prisión preventiva, la fiscal Dupuy había sostenido que una de las víctimas vivía a solo 100 metros de la casa del sospechoso.

“El entorpecimiento de la investigación por parte del acusado existe, ya que, haciendo uso de su perfil seductor, con una gran llegada a los niños, podría disuadir a los menores, como a sus padres, de declarar en la causa, Además, el docente podría borrar remotamente toda la evidencia digital necesaria para imputarlo y cerrar el cuadro probatorio”, había explicado la fiscal en la audiencia donde se solicitó la prisión preventiva.

Cuando la noticia se hizo pública transcendió que en otros establecimiento educativos, como el Colegio Nacional Buenos Aires (CNBA), donde Rowek trabajó como tutor, hubo quejas por actitudes sospechas con los alumnos y alumnas.

En su momento, LA NACION había confirmado, al consultar con fuentes de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que hasta 2013 el sospechoso había trabajado en el CNBA.

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