Chicos con pedido de captura. Trafican adolescentes prófugos en Chile y los utilizan para robar en casas del conurbano
Bandas de ese país envían a menores de 16 años para delinquir a sabiendas de que en la Argentina son inimputables; los dejaban bajo la tutela de una “madre del corazón” y los representaba el mismo abogado
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La utilización de menores inimputables para cometer delitos en la Argentina se convirtió en un método transnacional. Una banda de delincuentes chilenos “traficaba” adolescentes de 12 a 15 años a través de la cordillera de los Andes para que realizaran entraderas en el conurbano.
La organización delictiva cruzaba a los menores por pasos clandestinos de la frontera entre Chile y la Argentina y los instalaba en diversos “aguantaderos” del Gran Buenos Aires usados como base de operaciones para concretar los asaltos.
En las últimas horas, efectivos de la Policía Federal detuvieron a cinco integrantes de la organización criminal. Tres de los sospechosos tienen 16, 15 y 14 años. Todos tenían pedidos de captura internacional. El primero es requerido por diez juzgados penales de Rancagua y de Santiago de Chile. Mientras que sobre los dos más chicos pesan, respectivamente, cuatro y dos órdenes de detención internacional por robos cometidos en ese país.
A diferencia de los menores argentinos que son reclutados por bandas de narcotraficantes o por ladrones de motos para usarlos como asesinos a sueldo o como gatilleros en los robos, los adolescentes acusados de integrar la banda de asaltantes chilenos lucen costosas cadenas de oro y anillos elaborados por DR, el exclusivo joyero de los raperos argentinos y llevan las prendas de la última colección de Gucci.
Imitan a los raperos más famosos del continente en su forma de vestir y en la joyería que usan, pero se dedican a robar.
Si bien los dos sospechosos mayores y el imputado de 16 años tienen pedidos de captura internacional y podrían ser extraditados a Chile, el procedimiento no se aplicaría para los menores no punibles, debido a que la legislación argentina no permite remitir a la persona reclamada por otro país si es considerada como inimputable para la ley local.
Esta cuestión legal sería uno de los factores que motivaron a las bandas chilenas a traficar hacia nuestro país a menores no punibles para la ley argentina. En Chile, la edad de punibilidad de los adolescentes que cometen delitos se fijó a partir de los 14 años; en la Argentina, un menor en conflicto con la ley penal solo puede ser sometido a un proceso a partir de los 16 años.
A los beneficios de la legislación argentina se sumó el factor criminal. Hace dos años, la zona de Santiago y Rancagua comenzó a ser invadida por integrantes del Tren de Aragua, una organización narcocriminal venezolana que tiene una estructura similar a la del Primer Comando Capital (PCC) de Brasil.
Dicha organización, creada en una cárcel de Maracay, en el estado de Aragua, en Venezuela, en 2016, tiene como método operativo el copamiento del territorio y de todos los delitos que allí se cometen. Esto significa que si alguien quiere robar en una zona determinada debe pagar un tributo al Tren de Aragua.
El crimen que marcó un hito
Esta migración de las bandas chilenas al territorio argentino fue alertada por los Carabineros de ese país a las fuerzas de seguridad federales y locales de nuestro país. El aviso se concretó en septiembre pasado, cuando el fiscal de La Plata Juan Cruz Condomí Alcorta desbarató la banda que asesinó al profesor de Educación Física Nelson Peralta en la localidad de Guernica.
El homicidio fue cometido por la “Banda de Macaco” durante un robo. En el curso de la investigación fueron detenidos nueve miembros de la organización, dos de ellos menores, que ingresaron en el país de forma ilegal.
Con respecto a una de las bandas desbaratadas en las últimas horas por una serie de entraderas en distintas localidades del Gran Buenos Aires, se pudo saber que los tres adolescentes fueron apresados por efectivos del Departamento Investigaciones Especiales de la Policía Federal, cuando, junto con dos mayores, también de nacionalidad chilena, circulaban a bordo de un Peugeot, en la localidad de La Reja, en el partido de Moreno.
Durante la inspección del vehículo, los investigadores hallaron dos revólveres, barretas, tenazas, una mochila, una cámara de seguridad, linternas, guantes y seis teléfonos celulares. Luego de revisar los antecedentes de los detenidos y las descripciones físicas de los acusados, los responsables de la pesquisa establecieron que se trata de la misma banda que, desde 2022, cometió una serie de entraderas en San Miguel, Pilar, Parque Leloir, La Reja, Canning y La Plata.
Para concretar esos asaltos los cabecillas de la organización criminal usaron por lo menos a 25 menores, todos de nacionalidad chilena, ingresados al país de forma ilegal. Según fuentes de la investigación, ninguno de esos adolescentes tenía familia en la Argentina; carecían de identificación y afirmaban que tenían una “madre del corazón”. El nombre de esa mujer fue mencionado por todos los sospechosos.
Otra característica que llamó la atención de los investigadores fue que todos compartían abogado: un letrado chileno, con matrícula de un Colegio de Abogados del Gran Buenos Aires, que se presentaba en las distintas fiscalías y comisarías del conurbano para realizar los trámites de excarcelación de cada de uno de los menores para restituirlos a la guarda de su “madre del corazón”.
El abogado, al igual que los adolescentes delincuentes a los que defendía, vestía ropa importada y costosa y no ocultaba las pulseras y cadenas de oro.
De los cinco sospechosos detenidos en La Reja, tres seguirán detenidos y los menores no punibles fueron liberados en las últimas horas. Según fuentes oficiales, los acusados que continuarán presos habían sido identificados como Dylan Marcelo Carvajal Riquelme, de 20 años, y Sandro Braian Alarcón Inostroza, de nacionalidad chilena.
Ambos imputados fueron detenidos cuando salían de robar en una casa de La Reja, en el partido de Moreno. También tenían pedido de captura dictado por el fiscal de Lomas de Zamora, Carlos Hassan. Luego de una investigación de un mes, el representante del Ministerio Público reunió pruebas que avalaban el pedido de detención contra los acusados.
Durante la investigación encarada por el fiscal se habría determinado que los sospechosos serían los responsables del asalto ocurrido el 23 de marzo pasado contra la casa de los padres de un abogado, en Canning, partido de Ezeiza.
En su declaración ante los efectivos de la comisaría 6a., el hijo de los dueños de la vivienda relató que cinco delincuentes irrumpieron en su casa y los sorprendieron mientras dormía. Luego de maniatarlo, los asaltantes se dirigieron a la habitación de sus padres y los ataron con precintos.
Según la descripción del hecho realizada por el damnificado, de 26 años, los asaltantes lo amenazaron con armas blancas y uno de ellos se levantó la remera y mostró una pistola en la cintura. El abogado asaltado agregó que los delincuentes se llevaron dos notebooks, tres celulares y su automóvil, un Ford Ka modelo 2021.
Este vehículo fue clave para identificar a los asaltantes. A pesar de que tenía pedido de secuestro porque había sido robado los integrantes de la banda usaron el vehículo y pasaron por el Anillo Digital de la Policía de la Ciudad. Así quedó al descubierto la zona por la que circulaban los asaltantes. Luego, los investigadores de la Policía Federal siguieron el rastro de los celulares que se activaron en la zona de Canning el 23 de marzo, a las 6, en el momento del asalto.
A partir del seguimiento de los celulares y la geolocalización de los dispositivos, los efectivos de la Policía Federal siguieron a los sospechosos hasta La Reja, donde los detuvieron, luego de una persecución que comenzó cuando los malvivientes huían de una casa que intentaron asaltar.
Otra banda asolaba el norte de La Plata
En tanto, el sábado pasado, dos chilenos identificados como G.I.L.M., de 25 años, y C.O.C., de 32, a bordo de un Toyota Etios blanco, cometieron un robo en Berazategui. Cuando llegó la policía, se dieron a la fuga; atravesaron Florencio Varela y llegaron hasta Avellaneda, donde fueron detenidos y puestos a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°1 del distrito, a cargo de la fiscal María Alejandra Olmos Coronel.
La fiscalía determinó que el dúo formaba parte de una banda que desde hacía meses atormentaba a los vecinos de la zona norte de La Plata; habrían participado de al menos cuatro entraderas en Villa Elisa y City Bell.
Otros miembros de esa gavilla habían sido detenidos el 10 de abril. En esa ocasión, tres chilenos identificados como V.A.D.I., de 26 años; L.L.A., de 23, y R.G.R.D., de 27, y el peruano A.M.A.N., de 28, volcaron en un Citroën Air Cross blanca tras una persecución policial que comenzó cuando se descubrió que habían cometido una entradera en Villa Elisa.
Los hombres habían mentido con su nacionalidad; tenían domicilio en la ciudad de Buenos Aires –en la zona de Once– y habían ingresado al país hace tres meses.
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