A una semana del juicio, Chocobar insiste en ser escuchado por un jurado popular
El viernes próximo, de forma virtual, debería empezar el juicio al policía bonaerense Luis Chocobar. El uniformado está acusado de homicidio por exceso en el cumplimiento del deber al matar con su arma reglamentaria a un joven ladrón que, durante un violento robo, hirió de gravedad a un turista de los Estados Unidos que paseaba por La Boca, hecho ocurrido el 8 de diciembre de 2017. La defensa intenta agotar las instancias para que su defendido sea juzgado por un jurado popular y ahora el reclamo llegó ante el Tribunal Superior de Justicia porteño.
"Chocobar tiene el derecho a ser juzgado por el pueblo. Y el pueblo tiene derecho de juzgar a Chocobar", afirmó a LA NACION el abogado defensor del policía, Fernando Soto.
La primera presentación para que Chocobar sea juzgado por un jurado de ciudadanos comunes fue presentada por su abogado en diciembre del año pasado ante el Tribunal Oral de Menores 2, a cargo del debate. Pero los jueces, en febrero último, rechazaron el planteo.
Días después, el letrado defensor recurrió ante la Cámara Nacional de Casación Penal.Soto volvió a tener un revés: la Sala de Turno de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional porteña declaró inadmisible "la vía escogida" y entendió que el recurso no se había "fundado debidamente":
En agosto pasado, la Cámara Nacional de Casación Penal en lo Criminal y Correccional volvió a rechazar el planteo. Ahora, según informó Soto, el Tribunal Superior de Justicia porteño aceptó tratar el tema después de que presentara un recurso de queja.
El máximo tribunal de la Ciudad de Buenos Aires le pidió una definición al fiscal general porteño, Juan Bautista Mahiques. El representante del Ministerio Público presentó, la semana pasada, su dictamen.
Mahiques dictaminó en contra de la cuestión de fondo (juicio por jurados), aconsejó que los jueces supremos porteños hagan lugar al recurso de queja, declaren erróneamente denegado el recurso de inconstitucionalidad "articulado" ante la Cámara Nacional de Casación Penal en lo Criminal y Correccional y, "en caso de otorgar efecto suspensivo al trámite de la queja dispongan la suspensión del debate oral y público".
En el punto tercero del dictamen, Mahiques aconsejó que se declare admisible el recurso de inconstitucionalidad presentado por Soto.
El caso
El hecho ocurrió el 8 de diciembre de 2017 cuando Frank Wolek paseaba por la Boca y fue interceptado por Juan Pablo Kukoc y un cómplice, que en el momento de los hechos era menor de edad (por eso el debate estará a cargo de un tribunal oral de menores).
Los delincuentes le robaron una cámara de fotos a Wolek. El turista, que entonces tenía 60 años, se resistió, sufrió varios cuchillazos, uno de ellos en el corazón, lo que lo dejó al borde de la muerte.
La situación fue advertida por tres vecinos que corrieron tras los asaltantes. A esa persecución se sumó Chocobar, que había salido de su casa y se dirigía a tomar el colectivo 24 para incorporarse al servicio en la Policía Local de Avellaneda.
Según declaraciones de los testigos y del propio policía, Chocobar dio la voz de alto en dos oportunidades y realizó tres disparos intimidatorios al aire para que Kukoc se detuviera. Este segundo episodio ocurrió en la esquina de Olavarría e Irala. Para entonces, el otro sospechoso se había separado de Kukoc y pudo escaparse.
En ese momento, según los tres vecinos que perseguían a Kukoc, lograron arrebatarle al ladrón una de las cámaras de fotos que le habían robado a Wolek. Ante el temor de ser atacados por el asaltante abandonaron la persecución y regresaron a la esquina de Garibaldi y Olavarría para asistir al turista malherido.
Chocobar siguió solo tras Kukoc, que en esa parte del trayecto ya se había quitado la campera de Boca que llevaba puesta y que usó para envolver la mano en la que, supuestamente, llevaba el cuchillo con el que amenazaba a quienes intentaban capturarlo, según consta en la descripción del suceso realizada por el juez de menores Enrique Velázquez.
Antes de llegar a Irala y Suárez, según declaró, Chocobar volvió a dar la voz de alto y disparó dos tiros que hirieron al sospechoso en la parte posterior del muslo izquierdo, seis centímetros por encima de la cresta ilíaca. En su indagatoria el policía dijo que había disparado porque en un momento de la persecución el sospechoso se dio vuelta, se puso de frente a él y amenazó con atacarlo. También expresó que había apuntado de tal forma que los disparos dieran de la cintura para abajo de su objetivo, con el fin de evitar lesiones en partes vitales.
En su momento, la causa estuvo a cargo del juez de Menores Enrique Velázquez, que procesó a Chocobar. "En punto a la falta de recaudos al momento de efectuar los disparos, cabe destacar que el propio Chocobar expuso que al disparar lo hizo blandiendo su pistola con una sola mano, ya que con la otra se cubría el rostro para defenderse ante una posible agresión de Kukoc, situación que lo coloca en un obrar, cuanto menos, alejado de una actitud profesional exigible a cualquier personal policial", sostuvo el juez en el procesamiento.
En un dictamen, el fiscal Marcelo Martínez Burgos, afirmó que Chocobar "nunca tuvo la intención de matar". Y agregó: "La presencia del exceso se traduce en la desproporción del medio utilizado porque, si bien se extralimitó, quedó más que probado que su fin en modo alguno era quitarle la vida a Kukoc".
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