A partir del nuevo despliegue de las fuerzas federales, bajaron 59 por ciento los homicidios en Rosario
Este año se notificaron 41 asesinatos, según la estadística del Ministerio de Seguridad de la Nación
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ROSARIO.– Después de que en marzo pasado esta ciudad quedara paralizada por el “terror” narco, luego de que mataran a cuatro trabajadores al azar, algo que provocó una fuerte conmoción en la ciudad, las cifras oficiales del Ministerio de Seguridad de la Nación marcan un descenso del 59 por ciento en los asesinatos en este distrito lo que va del año.
De acuerdo con un informe del gobierno nacional, el año pasado se produjeron 100 homicidios en este período, y actualmente esa cifra descendió a 41.
En mayo, hasta el momento, se cometió un solo asesinato. El año pasado en este lapso se produjeron 19 crímenes. La cifra que genera mayor contraste es febrero, porque en 2023 hubo 35 muertes violentes y este año 7.
El gobierno de Javier Milei interpreta que el descenso de los crímenes tiene que ver con el refuerzo de efectivos de las cuatro fuerzas federales, que suman actualmente 1750 efectivos en Rosario. En el gobierno de Santa Fe prefieren ser más cautos y esperar a que la tendencia de la baja de los asesinatos sea estable. Ya ocurrió en otros momentos, a lo largo de la última década, que el recorrido de las estadísticas varía porque la violencia recrudece.
La crisis de seguridad que se desató a principios de marzo, cuando asesinaron a cuatro trabajadores al azar, algo que provocó que Rosario quedara paralizada por el miedo, mostró también algunos cambios en los métodos para generar, según califican ambos gobiernos, hechos de “narcoterrorismo”.
Las investigaciones que se iniciaron en la fiscalía de Rosario apuntan a que esos cuatro asesinatos fueron cometidos por menores de edad –un chico de 15 años habría matado a dos taxistas y al Bruno Bussanich, playero de una estación de servicios-, que recibieron órdenes desde las cárceles de Piñero, en Santa Fe, y de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires. Se presume que en la primera fue Alejandro Núñez, alias Chucky Monedita, quien dio las coordenadas para generar estos atentados, y que en la prisión federal, fue Esteban Alvarado, el que instigó estos crímenes que provocaron una fuerte conmoción y una reacción tanto del gobierno provincial como nacional.
A estos crímenes se sumaron otros golpes que no incluyeron muertes, pero que buscan provocar pánico, como la quema de autos, las balaceras a escuelas y jardines de infantes y las amenazas que aparecen casi de forma diaria. El gobierno santafesino avanza con una estrategia: mantener mayores controles en las cárceles y restricciones a los presos de alto perfil, cuadros medios de las bandas narco, para dominar la calle.
La policía logró incrementar los patrullajes, pero aún resta modelar una fuerza que tenga mayor efectividad. El principal desafío del gobierno de Pullaro es lograr desmantelar la constelación mafiosa que durante la última década se fortaleció a partir de la venta de drogas y que amplió su negocio a otros sectores, con las extorsiones y los pagos por “protección”. Según datos de la provincia, en lo que va de este año se secuestraron 336 armas de fuego, una cifra que es altísima de acuerdo a los registros. El promedio es de 30 armas por mes.
A partir de esos episodios, que el gobierno catalogó como “terroristas”, la ministra Patricia Bullrich envió un refuerzo de fuerzas federales, que totalizan, de acuerdo con la información oficial, 1750 agentes, de los cuales 952 pertenecen a Gendarmería, 378 a Prefectura, 347 a Policía Federal y 78 a Policía de Seguridad Aeroportuaria. El informe elaborado por el Ministerio de Seguridad de la Nación indicó también que se usan en Rosario 172 medios logísticos, en referencia a vehículos, embarcaciones y aeronaves.
Desde el 2 de enero pasado, cuando comenzó el llamado operativo Bandera, los efectivos se desplegaron en dos zonas calientes de Rosario, compuestas por los barrios Empalme Graneros y Ludueña, en el oeste, y La Tablada y Las Heras, en el sur.
A partir del recrudecimiento de la violencia, con el impacto que provocaron los cuatro crímenes, el Ministerio de Seguridad acordó con el gobernador Pullaro que a esas zonas se agregara la presencia de agentes federales en otras dos, focalizadas en Villa Banana, Triángulo Moderno y Vía Honda, en el sudoeste de la ciudad. En esos sectores de la ciudad Gendarmería realiza controles de personas y vehículos, como así también allanamientos y operativos específicos, a partir de información judicializada y de inteligencia criminal.
Según la evaluación que realizaron en el Ministerio de Seguridad de la Nación, en lo que va de este año en esos sectores asignados a las fuerzas federales se produjo la detención de 376 personas y se retuvieron 1303 autos y motos. Se concretaron, además, 13 allanamientos en los que quedaron detenidas 66 personas.
Esos datos señalan que, en lo que va del año, se secuestraron 107,20 kilos de cocaína en 367 procedimientos, que provocaron 304 detenciones. No toda esa cantidad de droga fue incautada en Rosario, sino que ese volumen incluye el resultado de operativos que se realizaron en otras zonas de la provincia, pero que –según la información oficial- tenía como destino final a Rosario. En ese lapso también se secuestraron 85 kilos de marihuana y 50.531 dosis de drogas sintéticas.
En lo que respecta a los precursores químicos, algo que se está controlando actualmente, porque es clave en la elaboración y estiramiento de la cocaína, se secuestraron 890 kilos de amoniaco, 14.225 kilos de hidróxido de potasio y 26.260 kilos de ácido clorhídrico.
Entre los procedimientos consignados por las autoridades figura el operativo concretado el 16 de diciembre pasado, cuando se secuestraron 25 kilos de cocaína en Ceres, en el norte de Santa Fe, durante un control en la ruta realizado por la Gendarmería. En ese hecho quedaron detenidas dos personas que transportaban la droga en cajas metálicas, que iban dentro de un ómnibus que provenía de Salta.
El 16 de marzo en otro operativo de control en la ruta 34, Gendarmería secuestró 27 kilos de cocaína que estaban ocultos en un doble fondo del tanque de combustible de una camioneta. Quedó detenido un hombre de origen boliviano, que en teoría transportaba la droga hacia Rosario.
En el listado de operativos “positivos” que enumeró en un informe el Ministerio de Seguridad de la Nación incluyeron también la detención de uno de los alfiles de uno de los narcos más poderosos de Rosario, como es Esteban Alvarado, enemigo de Los Monos. El 11 de abril pasado, la Policía Federal detuvo a Jorge Benegas por un caso de narcotráfico, conectado con la banda del expiloto peruano Julio Rodríguez Granthon, que se encuentra actualmente preso en el penal de Ezeiza.
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