A 11 días de salir de la cárcel, ordenan peritajes para saber si Fabián Tablado es peligroso para sus hijas
Después de casi 24 años preso, el 28 de este mes, Fabián Tablado, condenado por haber asesinado de 113 puñaladas a su novia, Carolina Aló, debería recuperar la libertad. Pero, ahora, la Justicia ordenó una serie de peritajes psicológicos y psiquiátricos para conocer si es peligroso para su exesposa y sus hijas mellizas de 11 años y, en ese caso, tomar medidas de resguardo.
Tablado, de 46 años, fue trasladado esta mañana desde la Unidad 21 de Campana, cárcel donde en 11 días terminará de cumplir su condena, a la Asesoría Pericial de San Isidro, en Moreno 623 de San Isidro, a partir de una medida dispuesta por el juez de Ejecución Penal de San Isidro Alejandro David, a pedido del fiscal Rodrigo Caro, según informó la agencia de noticias Télam.
"Es inevitable que el sábado 28 de febrero Tablado recupere su libertad, de eso no hay marcha atrás porque cumplió su pena completa. Lo que se busca con esta medida es ver si este hombre es un potencial peligro para la mujer a la que amenazó estando preso, lo que le valió una segunda condena, y para sus hijas, y que en ese caso la Justicia de Familia tome recaudo", explicó a Télam una fuente judicial.
Caro, quien representa al Ministerio Público Fiscal en el área de Ejecución Penal de San Isidro, fue quien formuló el planteo, basándose en la Convención de Derechos del Niño, la Ley Provincial de Violencia Familiar, la Ley Nacional de Violencia contra la Mujer y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará).
El fiscal solicitó que en primer lugar se evalúe "si Tablado es peligroso para sí y para terceros", y luego "si es necesario privarlo del ejercicio de la responsabilidad parental", con sus hijas mellizas de 11 años.
Cuatro armas
El homicidio de Aló ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, situada en Albarellos 348 de Tigre. La víctima, de 17 años, estaba de novia con Tablado e iban juntos a la nocturna de la Escuela 1 Marcos Sastre de Tigre.
El homicidio de Aló ocurrió el 27 de mayo de 1996 en la casa de la familia Tablado, situada en Albarellos 348 de Tigre. La víctima, de 17 años, estaba de novia con Tablado e iban juntos a la nocturna de la Escuela 1 Marcos Sastre de Tigre.
El día del crimen, alrededor de las 22, la pareja dio distintas excusas en la escuela, logró salir antes del horario de salida. Tablado y Aló fueron a la casa de Albarellos 348 donde no había nadie.
Allí, según declaró el condenado, tuvieron relaciones sexuales y luego se inició una discusión que terminó en el homicidio.
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, Tablado persiguió a Carolina por varios ambientes de la casa -escaleras, cocina y garaje- y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena: una cuchilla de cocina, dos cuchillos de mesa Tramontina y un formón de carpintería.
Tablado se escapó, le confesó lo sucedido a un amigo y se fue a esconder debajo del puente de la calle Tedín, en Tigre, a unas 20 cuadras del lugar del crimen y a seis de la escuela, donde, unas horas más tarde, la policía lo detuvo.
El juicio se realizó en 1998 y la polémica giró alrededor del planteo de la defensa, que planteaba la inimputabilidad de Tablado y solicitaba que, al menos, debía condenárselo a una pena reducida porque consideraba que actuó en "estado de emoción violenta".
Como en aquella época no existía la figura del femicidio y para lograr una perpetua en un crimen de pareja, víctima y victimario tenían que ser cónyuges, la fiscalía y la querella acusaron por la figura del homicidio agravado por alevosía.
Los peritos concluyeron que Tablado tenía una personalidad psicopática y que comprendió la criminalidad de sus actos, pero en un fallo dividido, por dos votos a uno, la Sala III de la Cámara Penal de San Isidro condenó a Tablado a 24 años por homicidio simple y así evitó la prisión perpetua.
Tablado gozó de salidas transitorias en 2008 y 2011, pero por distintos motivos le fueron revocadas y a fines de 2012, la Cámara de Apelación y Garantías de San Isidro le negó la libertad condicional al tener en cuenta "su inestabilidad emocional".
El femicida tuvo varias novias estando preso e incluso en 2006 llegó a casarse en el penal de Florencio Varela con una de ellas, una docente llamada Roxana Villarejo, con quien tuvo mellizas, pero la relación no prosperó y se separaron.
Esa mujer lo denunció por maltrato psicológico y por amenazas telefónicas, tanto a ella como su madre y, en un juicio abreviado que terminó el 21 de noviembre de 2013, el juez Correccional de San Isidro Facundo Ocampo, lo condenó a otros dos años y medio de prisión, lo declaró reincidente y fijó una pena única de 26 años y 6 meses de prisión.
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