Al norte de una capital provincial, con calles adoquinadas y construcciones históricas, busca un lugar en el mapa turístico
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La plaza Granadero José Márquez, de Villa Tulumba, una localidad a 134 kilómetros hacia el norte de la capital de Córdoba, es el punto de encuentro de los vecinos: cada domingo, muchos se juntan, se saludan, comparten unos mates mientras los más chicos corren y juegan. La noticia que los puso en el mapa nacional y mundial también se hizo presente en esas charlas espontáneas. Tulumba apareció en medios de todo el país por ser uno de los nominados al concurso Best Tourism Villages, impulsado por la ONU, que elige a los pueblos más lindos del mundo.
“Tulumba es un pueblo quedado en el tiempo, pero lleno de historia, de rincones hermosos que ni los propios tulumbanos terminamos de conocer”, expresa Eva Ángela Torres, una vecina de 68 años, que nació y se crio en este lugar del norte cordobés. Es jubilada, tiene seis hijos y algunos domingos, cuando no está en la plaza, se va a El Molle, una cantina familiar, a hacer tortilla de grasa a la parrilla.
Villa Tulumba es uno de los pueblos más antiguos de Córdoba con una historia que recopila 400 años.
Es catalogado como un “museo a cielo abierto” porque su centro histórico está muy bien conservado.
Tiene calles empedradas y algunas fachadas históricas que se pueden visitar como “las cuatro esquinas”, donde confluyen las calles más importantes del pueblo; también la casa de los Reynafé, donde se gestó la Masacre de Barranca Yaco, que culminó con el asesinato de Facundo Quiroga, en 1835.
A esto se suma que el pueblo formó parte del Camino Real que era la vía de comunicación más directa entre el Virreinato del Río de la Plata y el Alto Perú. En Tulumba se criaba y engordaba a las mulas antes de ser vendidas, por lo que era un centro de comercio muy importante.
“En este lugar se vive de manera diferente. Es un pueblo lleno de ternura. Hay mucha calidad y la esencia de su gente es única”, agrega Eva quien destaca como otro imperdible a la iglesia Nuestra Señora del Rosario, que data de 1892 y que conserva un tabernáculo tallado en madera de cedro y decorado con hojas de oro. Justo al lado, se pueden observar unas ruinas en pie de la antigua capilla del pueblo, que es del 1700.
Una noticia esperada
La candidatura de Villa Tulumba para participar en el programa Best Tourism Villages fue un proceso de varios meses. El pueblo compitió con otros 32 destinos de 12 provincias y quedó en la selección final de los 8 candidatos que llevará el Ministerio de Turismo de la Nación al certamen internacional.
Los otros siete que están en esa preselección son: Caviahue-Copahue (Neuquén), Saldungaray (Buenos Aires), Barrancas (Jujuy), Campo Ramón (Misiones), Los Chacayes (Mendoza), Urdinarrain (Entre Ríos) y Gaiman (Chubut).
Para poder participar, las autoridades del pueblo tuvieron que presentar una serie de documentos y cumplimentar con los requisitos: no ser más de 15 mil habitantes, tener presencia de actividades tradicionales como agricultura, silvicultura, ganadería o pesca; y compartir un estilo de vida orientado al turismo.
“Nosotros somos un pueblo que queremos empezar a vivir del turismo y creo que ya nos los merecemos. Queremos empezar a capacitar a la gente y que nuestros artesanos empiecen a tener más visibilidad”, expresa Lucía Bulacio, secretaria de Turismo de Villa Tulumba, sobre las expectativas que genera esta nominación.
Primeras repercusiones
Si bien aún no se conoce cuándo se anunciarán los ganadores del concurso, las primeras repercusiones ya se empiezan a sentir en el pueblo: no solo en las charlas de los domingos en la plaza, sino también en las consultas que llegan de turistas de todo el país.
“La verdad que notamos que en este tiempo vinieron muchísimos más visitantes. Mucha gente pregunta más por la historia del pueblo. Es de una gran trascendencia lo que nos está pasando”, expresa Bulacio y destaca que, actualmente, el norte cordobés es un destino que tiene turismo todo el año, no solo en verano o invierno.
La visita a este pueblo que hoy está en boca de todos se puede complementar con otras perlitas que tiene esta diversa zona de Córdoba.
Entre esos lugares se destaca Cerro Colorado, el lugar en el mundo que eligió Atahualpa Yupanqui para hacer su refugio. Su casa-museo está abierta al público.
También San José de las Salinas, la puerta de entrada a las salinas cordobesas y Villa Totoral, el lugar de veraneo que eligieron figuras como Pablo Neruda para largas estadas.