La textura de la superficie de este único tejido en todo el cuerpo que tiene papilas y la convierte en un refugio para las bacterias
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En el último tiempo se empezó a popularizar el hábito de rasparse la lengua. Quienes lo practican alegan que esta acción es buena para la salud bucal y puede prevenir el mal aliento. Pero ¿Cuán cierto es eso?
“El raspado de la lengua implica el uso de una herramienta que elimina aquella capa blanca o amarillenta que a veces se forma en esa parte de la boca. Este es el resultado de la acumulación de restos de comida, células muertas de la piel y bacterias”, dice la Dra. Martina Bertolini, profesora asistente de medicina dental en la Facultad de Medicina Dental de la Universidad de Pittsburgh.
“La lengua es el único tejido en todo el cuerpo que tiene papilas”, revela Bertolini. Además añade que estas son pequeñas protuberancias que ayudan a que la lengua agarre los alimentos mientras come y que a veces contienen papilas gustativas. De la misma manera que sucede con las cavidades que algunas personas tienen en la lengua, las papilas también crean pequeños bolsillos donde se pueden acumular desechos.
Los raspadores de lengua están diseñados para raspar aquella capa descolorida y a menudo maloliente. Por lo general, están hechos de acero inoxidable, silicona o plástico y vienen en varios estilos. Usualmente para usarlos se debe agarrar un extremo de la herramienta mientras se presiona el otro extremo hacia abajo de la lengua y se raspa.
¿Cómo ayuda el raspado de la lengua?
“La acumulación de residuo en la lengua huele mal porque las colonias bacterianas pueden instalarse y vivir allí”, señala Ananda P. Dasanayake, profesora de epidemiología en la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York. Según ella, algunas de estas bacterias producen gases que son realmente apestosos e informa que esta es una de las razones por las que las personas tienen halitosis” o mal aliento persistente.
Para Isabelle Laleman, periodoncista en CHU de Liège, un hospital universitario en Bélgica, la halitosis es la razón principal por la que un dentista podría recomendar el raspado de la lengua. “Los tratamientos para el mal aliento son bastante limitados. Las personas pueden usar un enjuague bucal, pero este solo disimulará el olor; en cambio, raspar físicamente la fuente de ese olor es quizá lo mejor que tenemos para combatir el mal aliento”, sostiene Laleman.
Se han realizado pocos estudios sobre la eficacia del raspado de la lengua para reducir el mal aliento y las bacterias, y sus resultados han sido mixtos. Una revisión, publicada en 2010, encontró que raspar y cepillar la lengua podría mejorar el mal aliento y reducir la capa de suciedad que se forma en la lengua.
Otros estudios, incluido uno que la Dra. Laleman coescribió y publicó en 2017, encontró que entre 18 pacientes con periodontitis -una forma grave de enfermedad de las encías- el raspado de la lengua no hizo ninguna diferencia en la cantidad de bacterias o en el olor que tenían en la boca (aunque los pacientes dijeron que sintieron que sus lenguas estaban más limpias).
“Si tu aliento mejora con el raspado de la lengua es importante saber que esos beneficios son temporales, si no se lo hace todos los días, el mal aliento y las bacterias regresan”, dice Bertolini.
¿Deberías intentarlo?
La Dra. Bertolini recomienda raspar la lengua solo en pacientes con halitosis, porque son los únicos que realmente lo necesitan. También añade que si se cuenta con antecedentes de enfermedad de las encías, lo aconsejado es mantener la cantidad de bacterias en la boca lo más baja posible, por lo que -en teoría- el raspado de la lengua podría ser útil. “Pero si uno está sano y no tiene halitosis, no se estará peor por no rasparse la lengua”, añade.
Sin embargo, tanto Bertolini como Dasanayake cuentan que se raspan la lengua después de cepillarse los dientes; dos veces al día para Bertolini y después de cada comida para Dasanayake. Por otro lado, la Dra. Laleman dice que se raspa la lengua solo cuando siente que tiene mal aliento y añade que la gente debería probarlo si tiene ganas.
“No hay riesgos asociados con el raspado de la lengua. El único inconveniente potencial es que al raspar demasiado se pueda lastimar la lengua, destaca la Dra. Bertolini.
¿Cuál es la técnica adecuada?
“Usar un raspador de lengua es algo bastante intuitivo, es un simple movimiento de rastrillado que requiere al menos tres o cuatro repeticiones para cubrir toda la lengua”, añade Dasanayake. Además explica que, personalmente, prefiere usar los raspadores de lengua con bordes dentados ya que permiten meterse realmente en los surcos que hay dentro de la boca.
“Si no se quiere comprar un raspador de lengua, se puede usar una cuchara”, agrega la Dra. Laleman. Según ella, este tiene una forma similar al raspador, pero puede ser más difícil para llegar a las áreas posteriores de la lengua.
Algunas personas preguntan si pueden usar un cepillo de dientes, pero Bertolini no lo recomienda. “Por un lado, el reflejo nauseoso es peor y además, algunos estudios sugieren que los cepillos de dientes no son tan efectivos como los raspadores de lengua para limpiar esta parte de la boca”, dice.
“Realmente no veo un inconveniente en probar con raspar la lengua”, destaca Bertolini. Si se tiene curiosidad, los raspadores de lengua se encuentran disponibles en la mayoría de las farmacias y son relativamente económicos. Al usarlos se pueden experimentar cambios sutiles en la respiración o simplemente disfrutar de la sensación de tener una lengua más limpia. Y sino, se puede descubrir que es una buena adición a la rutina diaria.
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