Aporta múltiples beneficios y es indispensable en la calidad de vida de las personas.
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La especie humana evolucionó todo este tiempo acompañado de la luz natural y si bien hoy está siendo sobrepasada por las luces artificiales de las tecnologías, los rayos de sol siguen siendo indispensables para la subsistencia. ¿Por qué sucede esto? Principalmente porque la luz del sol contribuye con la sincronización biológica del cuerpo humano. También conocido como “ritmo circadiano”, este contempla los cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas basados en la luz del día y en la oscuridad.
Además de regular el reloj biológico, la luz natural contribuye a varios beneficios más, entre ellos: mejoras en la salud física, mental y en el bienestar general de uno. De hecho, antes de que existiera tanta tecnología en la medicina, aproximadamente a principios del siglo XX, algunos hospitales y sanatorios sacaban a los pacientes al exterior porque consideraban que la exposición solar mejoraba el cuadro de salud. A la par de esto, un estudio publicado en The Journal of Infectious Deseases corroboró que el mito que existía sobre los beneficios del sol para curar la tuberculosis, era efectivo.
Los beneficios de la luz natural
No hay que quitarle importancia al hecho de que sin esa luz que proviene directamente de los rayos solares, no existiría la vida en el planeta. La especie humana evolucionó en los espacios exteriores y aunque cada vez se vive más dentro de las casas y edificios bajo la iluminación artificial, salir al exterior y permitir que el organismo reciba los rayos de sol sigue siendo indispensable. Según los resultados del estudio “Barómetro de Hogares Verdes y Saludables”, realizado por Argentina Green Building Council (AGBC) algunos de los beneficios que identificaron en la luz solar son:
- Otorga conciencia del paso del tiempo, ya que el organismo está naturalmente en sintonía con los niveles y características de la luz externa.
- Influye en la secreción de hormonas, gracias al color y la intensidad de la luz aumenta la melatonina y la serotonina, que regulan los ritmos circadianos y la calidad de sueño.
- Aumenta la productividad, mejora las funciones cognitivas y reduce la fatiga crónica.
- Reduce la irritabilidad, la exposición a la luz del sol estimula la producción de serotonina, el neurotransmisor que ayuda a controlar las emociones y el estado de ánimo.
- Contribuye a la producción de vitamina D, que protege de ciertos tipos de cáncer. Esta vitamina ayuda a la asimilación del calcio, por eso, tomar sol en las primeras horas del día colabora con la formación y buen estado de los huesos.
¿Cómo hacer para aprovecharla más?
Debido a sus múltiples beneficios, los especialistas recomiendan aprovecharla en la mayor medida posible ya que aparte de sus ventajas para el organismo, los espacios con una buena iluminación natural se perciben más amplios, confortables y aportan eficiencia energética a la vivienda. Y aunque no sea fácil hacerlo en medio de la ciudad o con rutinas que obligan a estar todo el día en ambientes cerrados, hay ciertas maneras de sacar tajada de ella.
Los especialistas de Argentina Green Building Council recomiendan:
- Independientemente de la cantidad de luz del día, es importante que en el ambiente que uno se encuentre haya superficies suaves y opacas sobre las que la luz se pueda reflejar e iluminar. Demasiado vidrio interior o superficies oscuras harán que un espacio se perciba sombrío.
- La altura de los cielorrasos juega un papel muy importante tanto en la iluminación natural como en la ventilación y el bienestar de las personas. Si bien los cielorrasos o techos muy altos pueden impactar en el aumento de los costos de calefacción y refrigeración, repercuten positivamente.
- Las aberturas también son indispensables porque cumplen con funciones vitales no solo en relación al ingreso de luz, sino también la filtración, la seguridad, la aislación termoacústica, la conexión con el exterior y la ventilación natural.
Un estudio hecho por Francine Harb, Maria Paz Hidalgo y Betina Martau publicado en el National Library of Medicine hace énfasis en que la falta de luz solar puede causar cansancio, estrés, dolor de cabeza, fatiga ocular, insomnio y hasta estados depresivos.
Es necesario tomar consciencia de sus beneficios e intentar en la diaria encontrar momentos para salir de la rutina de las pantallas y nutrirse de la energía natural de la luz solar.
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