El “egosistema” conduce al debilitamiento y a la desaparición; la importancia del equipo y el despertar de la empatía y la colaboración
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Cuando tocamos el límite nuestras fortalezas se manifiestan. Si tenemos esto claro, cada situación, incluso las crisis más graves, se convierten en oportunidades para conocernos y crecer personal y profesionalmente.
Somos todos distintos. Cada uno aporta no solo un valor sino también una forma. Nuestro modo de relacionarnos, empatizar y trabajar es único y particular: nos define.
Durante el largo confinamiento que experimentamos debido a la pandemia, todos fuimos llevados a un límite. Aprendimos y re-descubrimos modos y maneras de ser y hacer.
Encerrados, obligados a valernos por nuestros propios medios para seguir adelante tanto en temas familiares como personales y laborales, nos digitalizamos, incorporamos conocimientos y prácticas que muchos -entre los que me incluyo- creíamos que nunca haríamos. Al mismo tiempo y en paralelo fuimos dándonos cuenta que extrañábamos al otro, el encuentro, la charla uno a uno, el compartir.
Estoy al frente de una agencia inmobiliaria, especializada en el alquiler de oficinas. Algunos clientes nos comentaban durante el confinamiento que sus equipos idearon modos de encontrarse para “almorzar on-line”, los zoom-pleaños y las reuniones por “Teams” compartiendo pantalla se volvieron moneda corriente.
Re-descubrimos el valor de la colaboración, la experiencia de trabajar juntos, dar lo mejor de cada uno en pos de un resultado superador.
Muchas veces la competencia extrema nos hace individuos tristes y solitarios. Desconfiados centramos nuestras energías en las propias fuerzas, nuestra creatividad se aliena.
Cuando dejamos de trabajar en equipo, cuando ya no empatizamos con el otro nos volvemos el centro de nuestro mundo. Seguimos nuestras propias reglas y modo y todo lo miramos solo a traves de nuestros propios ojos. Esto, lejos de engrandecernos nos aísla, nos empequeñece. El EGOSISTEMA nos inserta en el centro de un espiral espiral que conduce al debilitamiento y a la desaparición.
En mis años de trayectoria he aprendido que colaborar con el otro nos vuelve infinitos. Hace años trabajo sobre la idea de que es importante conocer nuestras fortalezas y capacitarnos y esforzarnos por mejorarlas. Todo nuestro empeño ha de estar orientado en mejorar aquello en lo que somos buenos, o muy buenos. Esto hará que nos especialicemos en un nicho en el cual tenderemos a la excelencia. Otra ventaja es que disfrutaremos el proceso y nuestro trabajo será placentero en la mayor parte del tiempo, a todos nos gusta trabajar en aquello en lo que nos distinguimos.
¿Y qué sucede con aquellos aspectos en los cuales no nos destacamos? ¡Nos asociamos con quienes nos complementan!
A su vez nosotros seremos buscados en nuestras fortalezas para complementar a quienes adolecen de ellas… de este modo nuestros límites se expanden y como piezas de rompecabezas vamos ensamblándonos y trascendiendo nuestras propias fronteras. Nos gusta llamar a esta situación ECOSISTEMA, ya que conformamos un verdadero SISTEMA donde cada parte conoce lo que debe hacer y lo realiza a la perfección (o tiende a ella).
La teoría newtoniana nos enseña que si queremos analizar un SISTEMA hemos de dividirlo en partes más pequeñas, de este modo será más simple entender su funcionamiento. Newton sostiene en su teoría que el todo es la suma de las partes. La idea de ECOSISTEMA que aquí comento, contradice la teoría de Newton ya que la suma de las partes es más que el todo, las fortalezas de cada parte unidas, trabajando en equipo se potencian y su alcance es incalculable.
¿Y cómo hacemos para trabajar mancomunadamente? ¿Cuál es la clave para que el sistema fluya?
Autoconocimiento & Confianza
Primero debemos conocernos, conocer nuestro equipo, nuestras fortalezas y debilidades. Hemos de tener muy claro hacia dónde vamos, cuál es nuestra meta y también cuál es el camino -procesos y método- para alcanzarla. Hemos de conocer nuestro mercado, quién es nuestro cliente y cuál es el que aspiro tener.
En segundo lugar al asociarnos, trabajar en equipo con otros profesionales es fundamental la confianza. Apertura, franqueza, respeto, son valores que hemos de enarbolar, cuidar y fomentar para que, como engranajes de un mismo motor giremos en sintonía uniendo esfuerzos.
Podemos seguir trabajando solos. Ocultando información. Podemos espiar lo que hace el vecino intentando llegar primero. Tal vez nos vaya bien, y en el mejor de los casos lleguemos a nuestro objetivo aunque de algo estoy segura: nos demandará mucho más esfuerzo y más tiempo llegar a la meta.
La otra forma es la que llevo adelante con mi equipo, colaborar, tender lazos, tejer redes. Estamos convencidos que la colaboración es el modo de trabajar, crecer y multiplicar éxitos y rentabilidad.
Esa es nuestra manera de ser, y así estamos co-creando un mundo mejor.
Por Mariana Stange.
La autora es Ingeniera Civil y acompañante espiritual
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